Las Cortes catalanas, en la fecha, son abiertas por el rey CARLOS III. Estas Cortes durarán hasta el 31 de marzo de 1706 y se desarrollarán a satisfacción de todos. Serán las últimas en la historia de la Corona de Aragón. CARLOS III confirma las concesiones hechas por FELIPE V a la corte general de 1701-1702. Por otra parte, distribuye un gran número de títulos y honores, con objeto de halagar a la élite de Catalunya. Paralelamente a las instituciones catalanas, CARLOS III crea otras instituciones de gobierno, como la Junta de Caballeros, la Junta de Estado y la Junta Eclesiástica. Las previsiones parecen confirmar que Catalunya ha salvado, una vez más, sus instituciones de gobierno al apoyar al que parece seguro triunfador en el pleito dinástico.

A España le preocupa que los franceses de Luisiana puedan expandirse en dirección Sur, hacia los territorios españoles. Esto explica la fundación de Albuquerque en 1706 y San Antonio en 1718, en un intento de subrayar su presencia en aquellas tierras y su posesión de las mismas.

En Barcelona, en la fecha, se corona al Archiduque Carlos de Austria como Carlos III de España.

En 1706, la rebelión catalana se extiende a Zaragoza, en tanto los ingleses invaden España desde Portugal.

FELIPE V reúne un ejército de unos 25.000 soldados que dirige hacia Barcelona, donde se encuentra CARLOS III. En la fecha, se inicia el sitio de la ciudad, que resiste con gran ferocidad los ataques masivos.

En Barcelona, los asaltantes llegan a tomar el castillo de Montjuïc, pero el asedio no prospera. Con la llegada, el 7 de mayo, de una expedición de naves británicas en ayuda de Barcelona, FELIPE V tiene que levantar el sitio, el día 10, y retirarse apresuradamente, abandonando en su retirada abundante material bélico.

Durante los meses de abril a junio el curso de la contienda en la península es favorable Al archiduque CARLOS a quien rinde acatamiento Aragón. Sus tropas siguen hacia Madrid y el 20 de junio la llegada de las fuerzas anglo-portuguesas aliadas a la capital, obligan a FELIPE V y su Corte a abandonar la ciudad e instalarse en Fuencarral. A los pocos días, las tropas del archiduque CARLOS ocupan el Alcázar de la ciudad.

Después de la entrada de las tropas aliadas del archiduque en Madrid, numerosos nobles y funcionarios acceden a darle obediencia y es proclamado rey de España como CARLOS III. La proclamación tiene lugar el 26 de junio de 1706. Los madrileños, fieles a FELIPE V, reciben con poco entusiasmo este nombramiento, produciéndose enfrentamientos con las tropas aliadas del archiduque.

Partidarios de FELIPE V se han hecho, en estas últimas semanas, dueños de la Villa de Madrid. En la fecha, en la Plaza Mayor de Madrid, el archiduque es rechazado públicamente por los ciudadanos de Madrid como rey de España. FELIPE V vuelve a Madrid. El ejército felipista, dirigido por el excepcional Berwick, hace retirar a CARLOS III y sus tropas, de manera que el dominio de éste queda reducido a los territorios de la Corona de Aragón. La guerra sigue su curso pero esta vez con resultado adverso para las armas de CARLOS III.

Analizando las poblaciones catalanas que se alzan a favor del Archiduque CARLOS y las que se decantan por FELIPE V, parece adivinarse una ancestral rivalidad entre villas. Cervera es filipista, y las poblaciones tradicionalmente rivales, Anglesola, Guisona Agramunt, son austracistas, Pinell de Brai se declara felipista contra la eterna rival Mora de Ebro. Berga, asimismo, se proclama felipista y Cardona austracista. Fraga es felipista contra Lérida y Monzón, que eligen al otro pretendiente. Gentes de Vic y Torelló asaltan la vecina Manlleu. Así también ocurre en buena parte de España: Jaca es felipista mientras Huesca es austracista. En las memorias del Vizconde del Puerto se refieren casos semejantes como la Tudela felipista y su vecina Egea, austrófila. Así, pues, en todas partes de España hubo posicionamientos a favor de uno u otro pretendiente.