En las elecciones de la Cámara de los Comunes celebradas inmediatamente después de la guerra, el Sinn Fein obtiene 73 de los 105 escaños irlandeses en el parlamento de Londres, provocando un brusco cambio de opinión a favor del partido radical independentista, cuyos diputados proclaman nuevamente la República de Irlanda.

Inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial se celebran elecciones parlamentarias en Gran Bretaña, en las cuales pueden votar todos los hombres mayores de 21 años y las mujeres mayores de 30. El resultado, que se conoce el 14 de diciembre de 1918, es una amplia victoria para Lloyd George, que formará un gobierno de coalición y hará uso de su mayoría para zanjar de una vez por todas la cuestión irlandesa.

Los años de lucha que constituyeron la Primera Guerra Mundial, reconciliaron a las clases sociales y políticas de Inglaterra. Al finalizar la contienda, Gran Bretaña parecía figurar entre los grandes vencedores. Los tratados de paz le había proporcionado el dominio de nuevo y amplios territorios en Oriente Medio y África, al tiempo que el peligro alemán quedaba descartado. Sin embargo, la industria que durante la guerra había hecho frente a las necesidades del conflicto y ahora debía bascular hacia sus producciones habituales, se encontraba con el exceso de mano de obra consiguiente a la desmovilización y con una disminución alarmante de la demanda, tanto interior como exterior.

Los diputados irlandeses se niegan a asistir al Parlamento británico y constituyen una Asamblea Nacional y un Gobierno clandestino, presidido por Eamon De Valera (uno de los líderes de la revuelta de Pascua). Pero Gran Bretaña se niega a reconocerlo. Los irlandeses recurren de nuevo a la fuerza armada y se reorganiza el Ejército Republicano Irlandés (IRA) que renueva la campaña de guerrillas y sabotajes contra la Administración británica. Comienza la Guerra de la independencia entre Irlanda e Inglaterra (1919 -1921).

El capitán John Willia, Alcok y el teniente Arthur Whitten Brown, pilotos británicos, en un avión biplano bimotor Vickers Vimy realizan el primer vuelo sin escalas a través del Atlántico.

La mayor pérdida naval de la historia fraguada en un solo día, sucede, en la fecha, meses después de que haya acabado la Primera Guerra Mundial. En menos de cinco horas se hunden 57 barcos alemanes en la base británica de Scapa Flow, al norte de Escocia. Entre acorazados, cruceros y destructores, 400.000 toneladas de alta tecnología bélica acaban en el fondo del mar. No es consecuencia de una batalla o de un accidente. Lo provocan las propias tripulaciones obedeciendo órdenes de su almirante en jefe.

La radiodifusión empieza el 1920 con las  primeras transmisiones desde Chelmsford (Reino Unido), Detroit y Pittsburg (Estados Unidos).

En 1920, en San Remo, Oriente Medio es dividido en cinco mandatos de la Sociedad de Naciones que deberán preparar las independencias: para París, Siria y Líbano; para Londres, Palestina, Transjordania (hoy, Jordania) y el actual Irak, integrado por Mosul (mayoría kurda), Bagdad (mayoría suní) y Basora (mayoría chií). Churchill considera que Londres, con estos arreglos, cumple lo prometido por McMahon. CHURCHILL dice que las fronteras de lo que serán los protectorados británicos en la región las ha dibujado un domingo por la tarde. (Algo parecido ocurrió unos treinta años antes, cuando en la Conferencia de Berlín se dibujaron las fronteras africanas que tantos problemas tendrían que plantear para pueblos y etnias enteras del continente, y que se repartieron entre franceses, británicos y alemanes). Pero los tres hijos de Husein no tendrán suerte. La dinastía Irakí de Faisal será derrocada en 1958. Abdulah reinará en Transjordania hasta 1951, cuando será asesinado por un palestino. Y Ali sucederá a su padre en Hiyaz hasta 1925, año en que Ibn Saud, futuro fundador de Arabia Saudí, se lo arrebatará.

Después de la primera guerra mundial, Gran Bretaña se apodera del África oriental alemana y le asigna el estatuto de mandato. La rebautiza Tanganica el 10 de enero de 1920. Y la que había sido África oriental británica, al norte de la anterior, se transforma en Kenia.

Entra en vigor el mandato de la Sociedad de Naciones por el que Londres administra lo que hoy es Irak. En la región de Basora estalla una revuelta chiita cuyo objetivo es la fundación de un Estado árabe y musulmán independiente. La rebelión es aplastada por los británicos, que entonces establecen una monarquía, confesionalmente suní, con la que pretenden asegurar sus intereses. Con ese marco institucional los británicos controlaron la política Irakí, pero como el gobierno Irakí sufre una crisis de legitimidad, por la forma como se han sucedido los hechos, para darle legalidad los británicos arreglan un plebiscito que le da el 96% de los votos al nuevo Rey.