REPÚBLICA FEDERAL ALEMANA (1949-1990)

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El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, pide a Mikhail Gorbachov que derribe el Muro.


El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, visita Berlín y cerca de la Puerta de Brandeburgo, le pide al líder soviético Mikhail Gorbachov que derribe el Muro con una frase que se ha hará célebre: “Señor Gorbachov, derribe este muro”.

Honecker se jacta de que el muro de Berlín permanecerá en pie durante otros 50 o 100 años.


Protestas populares en contra del Gobierno de Alemania Oriental se vuelven más extendidas y audaces. Entre los dirigentes del bloque del Este, Honecker, líder del SED, es quien se opone más rotundamente a las reformas políticas y económicas de Mijaíl Gorbachov en la URSS, las famosas glásnost y perestroika. En enero, tan sólo un mes después de que Gorbachov anunciara en la Asamblea de la ONU una reducción significativa de las tropas soviéticas en Europa del Este, Honecker se jacta de que el muro de Berlín permanecerá en pie durante otros 50 o 100 años. En realidad, la advertencia de Gorbachov , con la que deja claro que la URSS no intervendrá militarmente en apoyo de sus tutelados (como ha hecho en 1953 en la RDA, en 1956 en Hungría y en 1968 en Checoslovaquia), va dirigida a Polonia y Hungría. Las huelgas del sindicato Solidaridad en protesta por el aumento decontrolado de los precios, así como las masivas manifestaciones cívicas de los húngaros por cuestiones internas, han puesto contra las cuerdas a los gobiernos de los dos países.

El gobierno húngaro abre la frontera con Alemania Oriental de donde huirán miles de personas a RFA.


Hungría se desliga del Pacto de Varsovia y abre oficialmente sus fronteras con Austria a refugiados alemanes que hayan salido del país, creando la primera abertura en la Cortina de Hierro. En verano, más de 13.000 “turistas” de Alemania Oriental pasarán a su través al lado occidental de la ciudad.

Miles de manifestantes de Alemania Oriental huyen hacia la RFA a través de los controles de la frontera.


Miles de manifestantes de Alemania Oriental van hacia los puntos de control de la frontera exigiendo que los dejen pasar. Los soldados se quedan quietos mientras que miles de personas atraviesan la frontera y buscan refugio en la Embajada de la República Federal en Praga, y otras huyen cruzando la frontera austro-húngara. Al mismo tiempo, sobre todo en Leipzig, se manifiestan más de 70.000 personas.

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“¡No hay fuerza capaz de detener el avance del socialismo!”, proclama Erich Honecker .


Los dirigentes de la RDA son los que se han opuesto durante más tiempo y con mayor encarnizamiento a cualquier reforma. “¡No hay fuerza capaz de detener el avance del socialismo!”, proclama Erich Honecker en 1989, poco antes de ser destituido por una votación unánime del politburó. No quiere ver que el bando socialista se desintegra en torno a él. Pero ni siquiera Honecker, obcecado hasta el último momento, puede detener la marcha de las cosas. Las ciudades de toda la RDA se ven recorridas durante el otoño de 1989 por manifestaciones que reclaman libertad y democracia.

Se lleva a cabo en Berlín oriental, la mayor manifestación en la historia de la RDA.


La manifestación de Alexanderplatz es una movilización popular en favor de profundas reformas políticas en la República Democrática Alemana, que tiene lugar el 4 de noviembre de 1989 en la Alexanderplatz de Berlín Este. La marcha es una de las más importantes en la historia de Alemania Oriental, y es una de las piezas clave en el final de la república socialista, que concluirá con la caída del Muro de Berlín cinco días después y la reunificación alemana. La movilización ha sido convocada por los actores y empleados de los teatros de Berlín Este, y es una de las pocas ocasiones en las que las autoridades permiten una manifestación no gubernamental. Entre los portavoces de la marcha se unen opositores, actores como Ulrich Mühe, y miembros oficiales como Günter Schabowski y Markus Wolf, que piden cambios en el sistema político. El número de asistentes se cifra entre 500.000 y 1.000.000 de personas, según la fuente.

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En la manifestación del 6 de noviembre de 1989 en Leipzig participa casi medio millón de personas.


En la manifestación del 6 de noviembre de 1989 en Leipzig participa casi medio millón de personas.

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Bajo la presión de la revolución pacífica, los dirigentes de la RDA renuncian a sus cargos.


Bajo la presión de la revolución pacífica, el gobierno en pleno de la RDA dimite. Asimismo, lo hace dos terceras partes del Politburó, mientras KRENZ reabre la frontera con Checoslovaquia. Fuera, las manifestaciones arrecian y el éxodo de ciudadanos a través del país vecino alcanza un ritmo de 200 personas por hora. Debe rebajarse la tensión y rápido. KRENZ decide informar a la prensa internacional de los cambios que el nuevo liderazgo del partido contempla en respuesta a las protestas masivas y las quejas de Checoslovaquia.

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Miles de personas pasan a Berlín occidental y se inicia, entre unos y otros, el derribo del muro.


El sucesor de Honecker como Jefe de Estado y secretario general del SED, Egon KRENZ, anuncia en una accidentada conferencia de prensa, a través de un nervioso -y atosigado por los periodistas- portavoz miembro del politburó, que todos los alemanes orientales pueden ir al lado occidental “con efecto inmediato” a pesar de que la nota de KRENZ no menciona una fecha concreta. Esto ocurre a las 18:53. Comienza la estampida. En minutos, berlineses orientales sitian los puestos de guardia fronteriza. A partir de las 23 horas se abren los pasos fronterizos y dejan pasar, primero ordenadamente y después sin control alguno a sus eufóricos conciudadanos. Nadie quiere asumir la responsabilidad de ordenar el uso de la fuerza. Al otro lado les reciben con los brazos abiertos los berlineses occidentales, que también han acudido en masa a la frontera tras enterarse de la noticia. En medio de escenas de júbilo, unos y otros se dirigen al muro, se suben a él y empiezan a derribarlo.