En Francia, la apariencia democrática del gobierno en tiempo del rey LUIS FELIPE I, fue despareciendo progresivamente (agitaciones callejeras en Lyon y París, desorganización del partido republicano, retricción de la libertad de prensa). Thiers fue sustituido en el Ministerio por Guizot, a raiz de la crisis económica de 1839-1840 y la intervención en Egipto.

Conocido también como la Convención de 1839, el Tratado de Londres es firmado en la fecha. Entre los países signatarios están el Reino Unido, Austria, Prusia, Rusia, Francia y los Países Bajos. En el tratado se reconoce la independencia de Bélgica del Reino Unido de los Países Bajos dominios a los cuales pertenece en virtud de las negociaciones del Congreso de Viena (1814-1815), donde el territorio de la futura Bélgica fue ubicado como un estado “tapón” para evitar en lo posible una nueva expansión de Francia por Europa como había sucedido durante el imperio de Napoleón Bonaparte. En el documento se especifica que Luxemburgo es partido en dos, la parte Occidental se integra en Bélgica y la Oriental en Holanda. El Tratado de Londres de 1839 reconoce, pues, a Bélgica como estado independiente y se acuerda en el artículo VII, sin duda la disposición más importante por las repercusiones posteriores, que el nuevo país se mantendrá perpetuamente neutral. El pacto quedará roto, sin embargo décadas más tarde y ya en el siglo XX, cuando Alemania el 4 de agosto de 1914 invade territorio belga como paso previo a la invasión de Francia durante la I Guerra Mundial.

FEDERICO VI de Dinamarca ha nadado a contracorriente de la oleada reaccionaria, introduciendo en su país un soplo de aire liberalizador, especialmente tras la Revolución de Julio de 1830 en Francia. Ha organizado asambleas provinciales e implantado un sistema de gobierno representativo. Muere el 3 de diciembre de 1839 y le sucede su hijo, que reinará como CRISTIÁN VIII. Con él se verá frenado el liberalismo.

El II Imperio proporciona un clima propicio al desarrollo económico. El rápido crecimiento industrial comienza en la década de 1840. La red ferroviaria en 1842 triplicará su extensión; las nuevas instituciones bancarias proporcionarán el sistema crediticio nacional necesario; los tratados comerciales con Gran Bretaña y otros países darán a la sobreprotegida industria nacional una saludable competencia; y se mejora la infraestructura de las ciudades y los puertos, en especial de París, que se transformará con el trazado de amplias avenidas que atravesarán los barrios centrales, con la planificación de parques espaciosos y con la construcción de edificios públicos. Los logros de Luis Napoleón I en política interior contrastarán con sus fracasos en el exterior. La victoria sobre Rusia en la guerra de Crimea (1853-1856), aliada con Inglaterra, y el prestigio que le dará la conferencia de paz de París serán éxitos que no se repetirán.

El punto de ruptura con el equilibrio que maronitas y drusos han sabido mantener hasta este momento, se produce a raíz de la dominación en Siria y Líbano del virrey de EgiptoOHAMED ALÍ desde 1832, que nombra a su hijo Ibrahim gobernador de la zona, quien intenta desorganizar el viejo feudalismo agrario de la montaña. Las potencias europeas, a fin de restablecer el poder otomano en Líbano y acabar con el dominio egipcio en la zona, fomentan la rivalidad entre las comunidades de las montañas. Será el comienzo de un intervencionismo europeo que no terminará hasta la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, la rivalidad franco-británica se proyecta en la tensión intercomunitaria, ya que Francia apoya a los maronitas y Gran Bretaña a los drusos. Los otomanos tienen dificultades para designar como emir a un druso o a un maronita sin aviar el clima de enfrentamientos. MOHAMED ALÍ conserva Egipto y Sudán como dominio hereditario. Sus descendientes gobernarán Egipto hasta 1952, cuando FARUK I sea derribado por la revolución nasseriana.

El destino obligado de Sebastián Iradier y Salberri es París y desde allí en una gira a los EEUU., México y Cuba. Estando en este último país, compone la célebre habanera La Paloma que lo hace popular. Retorna a Europa y reside un tiempo en Londres y posteriormente regresa a París. Allí tuvo una vida activa de contactos con el mundo musical y literario. Frecuenta el trato de grandes personajes de la época, entre ellos la emperatriz Eugenia de Montijo, Rossini, Mérimée y las cantantes Malibran y Viardot.

Muere en un manicomio GEORGE BRUMMEL. Por su elegancia pasó a ser un íntimo amigo del PRÍNCIPE DE GALES que gastaba miles de libras al año en cosas de vestir para tratar, a pesar de su gordura, ser una persona elegante. Cuando BRUMMEL se vestía era un espectáculo al que asistían algunos selectos amigos, entre ellos el PRÍNCIPE DE GALES. Su forma de ponerse la corbata era esperada por todos con ansiedad. Finalmente, el PRÍNCIPE DE GALES se cansó de él y de sus impertinencias y lo abandonó. A partir de entonces, su razón fue declinando hasta la muerte.

Fallece en Niza el célebre violinista Niccolò PAGANINI. Durante su estancia en París, en 1831, una noche alquiló un coche de punto para que le llevase a la sala donde debía dar el concierto. Al llegar allí le preguntó al cochero; ¿Cuánto le debo? Veinte francos, contestó. ¿Veinte francos? ¿Tan caros son los coches en París?, replicó Paganini. Mi querido señor -contesto el cochero- cuando se ganan cuatro mil francos en una noche por tocar con una sola cuerda, se pueden pagar veinte francos por una carrera. Paganini se enteró por el portero de la sala del precio justo y volvió al coche: He aqui dos francos, que es lo que le debo; los otros dieciocho se los daré cuando sepa conducir con una sola rueda.

Las cenizas de Napoléon I son trasladadas desde Santa Elena a París, donde serán enterradas en Les Invalides entre el entusiasmo popular.

Francia no realiza su ocupación efectiva de Costa de Marfil hasta 1842, en que el capitán Bouet-Willaumez firma unos tratados con los jefes indígenas.