En Escocia, al principio de la regencia (María de Guisa), por ser MARÍA Estuardo menor de edad, se ha conseguido un equilibrio casi milagroso entre reformistas y católicos, pero su logro se viene abajo cuando Inglaterra comienza su “cruel galanteo” en 1544. ENRIQUE VIII envía un ejército que arrasa el país repetidas veces creyendo que conseguirá así la mano de MARÍA Estuardo para el joven heredero protestante de Inglaterra. Evidentemente esta desastrosa? táctica no servirá más que para fortalecer en toda Escocia al impopular partido francocatólico del cardenal Beaufort y la reina madre, que gobiernan el país con la ayuda de tropas francesas y ejecutando públicamente a los herejes en la hoguera.

Los franceses, bajo el mando de François, conde de Enghien, derrotan a las fuerzas del imperio en la batalla de Cerisoles en 1544, pero fracasan en su intento de penetrar en Lombardía. En otro frente, CARLOS I de España y ENRIQUE VIII de Inglaterra se unen en la invasión del norte de Francia, sitiando Boulogne-sur-Mer y Soissons. La falta de colaboración entre ingleses y españoles y los agresivos ataques otomanos llevan a CARLOS a abandonar estas conquistas, restaurando el statu quo una vez más

Los ingleses ponen sitio a Boulogne mientras las tropas imperiales de CARLOS (V) avanzan por el este, llevando el pánico a París, y sus vanguardias llegan hasta Meaux, a 40 kilómetros de la capital.

En 1546, ENRIQUE VIII autoriza la construcción de barcos y de defensas costeras. No vivirá lo bastante para ver acabados unos y otras, pero con él ha dado comienzo la tradición naval inglesa.

En la fecha, fallece ENRIQUE VIII de Inglaterra. No termina su reinado como lo empezó, esto es, como el príncipe encantador que tantas esperanzas suscitaba, sino como un monstruo de sadismo. En efecto, los últimos diez años de su vida, ENRIQUE VIII los ha pasado aquejado por la enfermedad. Ha sufrido un accidente durante un torneo que casi acaba con él y que probablemente le afecta el cerebro, engordando hasta adquirir un aspecto grotesco. Fallece en Londres, tras haber reglamentado la sucesión ala Corona: Eduardo V, hijo de Juana Seymour; Maria Tudor, hija de Catalina de Aragón; Isabel Tudor, hija de Ana Bolena. Todos ellos reinarán, por este orden.

A ENRIQUE VIII le sucede su hijo de sólo nueve años EDUARDO VI (1547-1553) -hijo de ENRIQUE VIII y Jane (Juana) SEYMOUR-. EDUARDO, el tercer monarca de la dinastía Tudor, es el primer gobernante inglés protestante, aunque fue su padre Enrique VIII el que rompió las relaciones entre la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia Católica Romana. Es durante el reinado de EDUARDO cuando la Iglesia de Inglaterra inicia su proceso de transformación hacia una forma moderada de Protestantismo que se conocerá en adelante como Anglicanismo.

En la fecha, la flota británica derrota a los escoceses en la batalla de Pinkie (cerca de Edimburgo). Los ingleses ocupan Edimburgo, aunque no su castillo, y bombardean la ciudad de Dundee.

Los ingleses invaden Haddington. En junio, una gran armada francesa desembarca en Leith para defender a los escoceses, tras haberse llegado a un acuerdo por el cual MARÍA Estuardo contraerá matrimonio con el heredero del trono francés.

La expansión de Inglaterra se inicia a mediados del siglo XVI cuando la más frágil -dinástica y políticamente- Inglaterra busca una salida a la asfixia que pueden imponerle españoles, franceses y holandeses, mediante el establecimiento de una serie de colonias ultramarinas en América del Norte. Paradójicamente, fue la búsqueda de la libertad de conciencia el mayor acicate para que los ingleses se trasladaran al otro lado del océano.

Inglaterra, cuyas arcas se encuentran al borde de la ruina tras financiar multitud de ataques a Escocia, decide por el momento poner fin a las hostilidades con el vecino del norte.