La definición del Onze de Setembre como Diada nacional de Catalunya arranca de los años 80 del segle XIX. Pero no es hasta principios del siglo XX que la Diada se transforma en uno de los símbolos catalanistas más populares. En 1901, un grupo de jóvenes que militan en el catalanismo radical de entidades como «Catalunya i Avant», «Lo Somatent» o «Lo Renaixement» son detenidos por la policía cuando efectúan la ofrenda floral al monumento de CASANOVA. (La celebración de la Diada será reprimida en numerosas ocasiones, sobre todo durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), y será prohibida por la dictadura franquista (1939-1975)).

En la fecha, la Unió Catalanista convoca una manifestación para exigir la liberación de los detenidos en la Diada de este año. Asisten miles de personas, que, cuando acaban, hacen otro homenaje floral al monumento de Casanova. Finalmente, los jóvenes apresados fundan la asociación «La Reixa» para ayudar a los catalanistas detenidos y conmemorar cada año la Diada. (Otras fiestas de carácter patriótico que empiezan a celebrarse, entre los medios del catalanismo radical, son, de un lado, l’Aplec del Pi de les Tres Branques, cerca de Berga, y, de otro, el Corpus de Sang, en recuerdo de la entrada de los segadores a Barcelona, el 7 de juny de 1640, como fiesta nacional catalana).

Una cuantiosa herencia (un millón de francos) de una antigua alumna, Ernestine Meunier, hace posible que FERRER i GUÀRDIA pueda llevar a cabo la inauguración, en la fecha, de su proyecto de Escuela Moderna en la ciudad de Barcelona. Es una escuela laica con treinta alumnos de ambos sexos, sin exámenes, sin premios y sin castigos. Sólo la autodisciplina y la convicción de que los alumnos, cuánto más autónomos, más preparados. Los estudiantes visitan fábricas para conocer la vida de los obreros y leen libros de texto publicados por la propia editorial. FERRER, más que un innovador, sistematiza el movimiento para la enseñanza democrática. La novedad de la Escuela Moderna radica en la aplicación de métodos modernos y científicos de pedagogía en un marco racionalista, humanitario y antimilitarista.

La «Escola Moderna» abre sus puertas en el nº 56 de la calle Bailén de Barcelona, el 8 de octubre de 1901, con 30 alumnos de ambos sexos no separados por ningún tipo de categoría o clasificación. Así, Francesc FERRER I GUÀRDIA funda en Barcelona la primera escuela racionalista a fin de conseguir una enseñanza alternativa a la confesional. La denominada «Escola Moderna» introduce los principios de la coeducación, el conocimiento del entorno y el laicismo. Además del lado pedagógico, FERRER es un conspirador revolucionario que mantendrá estrechos vínculos con LERROUX y el obrerismo anarquista. Entre los sectores conservadores, FERRER tiene fama de personaje revolucionario, masón y fanático anticlerical. Su obra más conocida es La Escuela Moderna, donde expone sus principios pedagógicos, de la cual el estudioso de su obra, Pere Solà, duda que él sea el autor único.

En las elecciones municipales celebradas en la fecha, regionalistas y republicanos obtienen en Catalunya la mayor parte de las regidurías, confirmando su hegemonía.

Huelga en Catalunya iniciada por los obreros metalúrgicos en el mes de diciembre de 1901 que exigen la disminución de la jornada laboral de 10 a 9 horas. Se añaden los descargadores de carbón en el muelle de Sant Bertran, seguidos de los panaderos y de los obreros de otros ramos.

El origen de la Associació Protectora de l’Ensenyança Catalana está en la agrupación que en 1897 ha fundado Francesc Flos i Calcat y que en 1902 toma el nombre definitivo.

El galleguismo y el valencianismo se puede decir que no tienen impacto político apreciable durante el primer tercio del siglo XX. Tanto en Galicia como en Valencia existen, aunque quizá en un grado muy inferior al de Catalunya o el País Vasco, factores culturales que favorecen la creencia en una personalidad característica. Pero ciertamente en ambas regiones falta un desarrollo económico que tienda a la vez a la diferenciación con respecto al resto de España. En realidad, se puede decir que en el terreno político más que nada lo que sucede es que determinadas fórmulas políticas se tiñen de un cierto regionalismo, sin derivar hacia un nacionalismo y, menos aún, radical.

Entre las construcciones del catalán LLuis Domènech i Montaner realizadas en el siglo XX, destacarán l’Hospital de Sant Pau (1902-1912), el Gran Hotel de Palma de Mallorca (1902-1912), el Palau de la Música Catalana (1905-1908), la casa Lleó Morera (1905) y la casa Fuster (1908), las dos últimas en el Passeig de Gràcia de Barcelona. Su producción se caracteriza por el uso del hierro forjado, la obra vista y una colorida decoración floral con cerámica barnizada y policromada.

La situación de los museos en Catalunya es de una gran dispersión, con un grave déficit del inventario i del catálogo del patrimonio artístico. En 1902, Puig i Cadafalch, regidor municipal, forma una Junta de Museus i Belles Arts con el objetivo de organizar una Exposició d’Art Antic que sirva para plantear la unificación de algunos museos. En la operación participan, además del Ajuntament i la Diputació, el Bisbat y l’Acadèmia de Belles Arts, instituciones poseedoras de notables colecciones.