Cayo Graco asume el cargo de tribuno de la plebe en Roma. Desde allí intentará continuar con las reformas de su asesinado hermano Tiberio, y en esa tarea también sucumbirá.

Roma se plantea la necesidad de conquistar las Islas Baleares. Éstas son refugio de piratas y de aventureros que dificultan la navegación comercial de los barcos romanos. El cónsul QUINTO CECILIO METELO dirige la expedición que se apodera de las islas en el 123 aC. Los indígenas reciben a los romanos con una lluvia de piedras que lanzan con gran puntería con sus hondas. El cónsul ha previsto el peligro y tapa las cubiertas con grandes piezas de cuero. Palma y Pollença son las primeras poblaciones fundadas por los romanos en Mallorca.

CAYO SEMPRONIO GRACO, hermano menor del asesinado Tiberio (133aC), político mucho más prudente que éste, reemprende con éxito los planes políticos que había propuesto: insiste en la reforma agraria y pretende conseguir otros cambios sociales. Ante el fracaso de sus propuestas, como protesta, GRACO y sus partidarios ocupan el Aventino, y el Senado declara el estado de sitio. Tras un combate adverso, GRACO hace que uno de sus esclavos le dé muerte. Sus seguidores supervivientes mueren después apaleados por los senatoriales.

En el 121 aC. los romanos ocupan la antigua colonia griega de Massalia (Marsella), a la que llamarán Massilia. La conquista de Massilia y sus alrededores constituye la primera conquista romana fuera de la península itálica (Italia y Sicilia), razón por la cual se la denomina Provincia Nostra o, simplemente, Provincia de donde deriva su nombre actual. En latín la palabra para designar la función del gobernador romano es «provincia», pero también se acaba aplicando al territorio que es gobernado. Aunque posteriormente los romanos gobernarán sobre muchas provincias, la que incluye Massalia (Marsella), al ser la más cercana y la primera, seguirá siendo «la» provincia. Actualmente se sigue llamando así, ya que la región de Francia que incluye Marsella es conocida con el nombre de Provence.

Los romanos fundan la ciudad de Narbona en el año 118 aC. Las nuevas posesiones conquistadas en «la» Provincia tendrán, pues, su capital: Narbona.

Las tribus germanas de los cimbrios, los teutones y los ambrones, invaden Nórica y derrotan allí a un ejército romano en la Batalla de Noreia (Carintia). A continuación, deciden trasladarse hacia las tierras occidentales de las Galias donde entrarán en contacto con los celtas. Poco se conoce sobre la historia temprana de los pueblos germánicos, excepto lo que se sabe a través de sus interacciones con el Imperio romano y los registros de hallazgos arqueológicos

En las costas meridionales del Mediterráneo, Roma desea hacerse con Numidia, el tramo litoral que se extiende al oeste de la desaparecida Cartago. Allí ha de luchar con YUGURTA, un gobernante númida que gana batallas sobornando a los generales romanos. De resultas de ello son exiliados algunos personajes notables. En la fecha, es elegido para el consulado Cayo MARIO siendo nombrado por plebiscito para dirigir la guerra contra YUGURTA.

Después de cruzar el Rin, los Cimbrios, los Teutones y los ambrones descienden hacia la Narbonense infligiendo varias derrotas a los romanos que están a las órdenes del general romano Q. Servilio Cepi, en la fecha, cerca de la aldea céltica llamada Arausio y dejando cien mil romanos sobre el campo después de la batalla.

Argelia durante la dominación romana vivirá un gran esplendor (desarrollo de Timgad, Tebessa) siendo posteriormente cristianizada.

Después de algunos reveses, Cayo MARIO, en la fecha, derrota a YUGURTA y Roma se apodera de todas las regiones del litoral meridional mediterráneo comprendidas entre Hispania e Italia. En estas campañas contra YUGURTA, MARIO abandona la práctica tradicional de reclutar tropas de la clase de los «adsidui» o propietarios y, simplemente, alista voluntarios del proletariado. La relación entre la posesión de propiedades y el servicio militar que se consideraba como una dedicación parcial del campesinado, queda totalmente rota y el servicio al ejército se convierte en una forma de empleo para hombres que no poseen tierras. No obstante, la consecuencia de ello es que los ejércitos proletarios empiezan a pedir alguna remuneración permanente por sus servicios y ya que el Estado no está preparado para garantizar un sistema regular de remuneración de lotes de tierras para compensar a los veteranos, los soldados acuden a sus jefes para obtener algún beneficio. De este modo los ejércitos se convertirán en instrumentos de los intereses políticos en manos de jefes sin escrúpulos que abundarán en la tardía república.