En los últimos años del siglo XIX Europa alcanza el apogeo de su poder. De hecho, el continente americano, Australia y Nueva Zelanda los gobiernan descendientes de europeos. La práctica totalidad de África y de las islas del Pacifico han sido conquistadas y colocadas bajo dominio europeo. En Asia, amplias regiones como Siberia y la India se hallan controladas directamente por los europeos, y naciones independientes como el Imperio otomano, Persia, Afganistán, Siam y China están sometidas a la continua y creciente presión o interferencia europeas. En todo el mundo, el único país fuerte y no europeo es Japón, y ello al precio de adoptar en gran medida la tecnología y la cultura europeas. De todas las potencias, Gran Bretaña es la predominante a escala mundial. El Imperio británico incluye más o menos la cuarta parte de la superficie terrestre, y alrededor de la cuarta parte de su población. Su sólida economía y su poderosa marina la convierten en la nación más influyente del mundo, y la mayoría de las tierras no directamente dominadas por Gran Bretaña están sujetas a ella en el ámbito económico.

Buffalo Bill llega a Barcelona con el circo en el que demuestra sus habilidades durante su gira por Europa. En la Ciudad Condal fallecen de gripe 10 de sus indios antes de partir de gira a otras poblaciones italianas.

La década final del XIX ha supuesto en España, como en el conjunto de Europa, una etapa de crisis económica. En nuestro caso se puede pensar que esta situación está agravada por el hecho del desastre de 1898 pero, en realidad, éste ha tenido unas consecuencias económicas que pueden calificarse de netamente positivas en cuanto que ha producido una importante repatriación de capitales. Éstos, procedentes de las colonias, facilitan la creación en 1901 del Banco Hispanoamericano y, en 1902, la conversión del Crédito Mobiliario en Banco Español de Crédito. El resto de los grandes bancos españoles procederán de la capitalización obtenida por la exportación de mineral de hierro hacia Gran Bretaña y por eso remitirán a nombres vascos (Urquijo, Vizcaya…). Desde un principio la banca española tiene un carácter mixto, o sea, no sólo comercial sino también industrial.

Otra de las divergencias entre el resto de Europa y España reside en que ésta continua siendo un país fundamentalmente agrario en el que entre el 65 y 70% de la población activa trabaja en el sector agrícola o ganadero, mientras que la población activa empleada en la industria representa menos de un 16% del total y aproximadamente la mitad de ella se ocupa en sectores de necesidad tan perentoria o de tan escasa complejidad como las confecciones o la construcción. En cuanto al sector terciario o de servicios, una parte muy importante de él está integrada por el servicio doméstico, lo que es indicativo de una sociedad retrasada.

La United Fruit Company (UFC) (1899-1970) es una multinacional estadounidense que destaca en la producción y el comercio de frutas tropicales (especialmente plátanos y piñas) en plantaciones del Tercer mundo, sobre todo en Iberoamérica, Estados Unidos y Europa. Sus intereses comerciales abarcan grandes extensiones de Centroamérica y el Caribe donde la empresa es conocida como Mamá Yunay (Nótese que «Yunay» es una deformación del término «United»Tiene muchísimo poder en los países centroamericanos ya que, con la colaboración del gobierno estadounidense, ayuda al derrocamiento de sistemas democráticos y a la implantación de dictaduras represoras en aquellos países que presentan hostilidades a su actuación empresarial. Es lo que se ha dado en llamar «república bananera», ya que apoyan a un líder local para poder llevar a cabo sus intereses económicos.

El campo español está atenazado desde hace mucho tiempo por enfermedades estructurales como son no sólo el latifundismo y el minifundismo, sino también el retraso técnico que le hacen estar estancado en los cultivos tradicionales como el trigo, el olivo y la vid. A comienzos del siglo XX, aproximadamente un 6% de la propiedad de la tierra sigue en manos de la nobleza, con desigualdades regionales notables. De todos modos, en lo esencial el latifundismo es ya burgués e incluye una explotación racional. Las fincas grandes (superiores a 250 ha.) suponen un 28% del territorio nacional, pero en la mitad sur del país este porcentaje se eleva mucho más. Nada semejante a este latifundismo existe en otros países de Europa occidental. Por otra parte, los rendimientos por hectárea en nuestro país son cinco o seis veces inferiores a los de Inglaterra o Alemania.

En Catalunya, sigue la constitución de grandes empresas de la industria química: la Sociedad Anónima Cros (1904). La necesidad de una fuerte inversión y de una tecnología moderna exige la entrada de capital extranjero. A pesar de ello, el carácter auxiliar de esta industria y las limitaciones de la misma química catalana, especialmente las deficiencias en la enseñanza, conducen a una dependencia respecto de lo que se hace en el exterior. Esta situación será en parte resuelta por la presencia de extranjeros o gracias a los viajes de catalanes por Europa, que permitirán la incorporación de los nuevos procedimientos. La Cros es una empresa familiar centenaria que en 1904 se transforma en S.A. para continuar la expansión comercial e industrial. Siguiendo la línea de su antecesora, la S.A. Cros tendrá como objetivo fabricar ácidos y otros productos químicos y materias primeras para adobos. Mantendrá el carácter fuertemente familiar.

Roque Sáenz Peña, presidente de la República Argentina (12/10/1910-9/8/1914). Su elección puede tomarse como el primer intento argentino de impulsar un régimen que edifique un estado moderno sobre la base de un sistema democrático y que instale a Argentina entre los países industrialmente desarrollados. En este cambio de siglo, durante la denominada edad de oro, la población casi se ha triplicado debido a la llegada masiva de inmigrantes y ciudades como Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza han experimentado un notable incremento. Los magnates argentinos viajan a Europa y el tango traspasa fronteras. Durante este período se fundan varios periódicos y aparecen nuevos partidos políticos.

Austria, en la fecha, presenta un ultimátum a Serbia intencionadamente inaceptable. En el escrito correspondiente, se concede a Serbia solamente cuarenta y ocho horas para aceptar las duras condiciones del ultimátum. La lucha por la hegemonía y la agresiva política de alianzas practicada en Europa, el nacionalismo y la carrera armamentista de las grandes potencias, las tensiones en el Estado multinacional austro-húngaro, así como las exigencias de Rusia para tener salida libre al Bósforo y los Dardanelos son razones que empujan a Europa hacia un grave conflicto.

Sin embargo, el ministro de Estado de Austria, conde Berchtold, engaña a su soberano, el emperador FRANCISCO JOSÉ I de Austria-Hungría, y le informa de que los serbíos han disparado sobre tropas austríacas. El Emperador, en la fecha, firma la declaración de guerra a Serbía. Esta declaración de guerra se considera el inicio de la Primera Guerra Mundial o Gran Guerra. Los pueblos de Europa acogen con entusiamo la Primera Guerra Mundial. Las masas estallan en gritos de júbilo al oir los agresivos dicursos de monarcas, militares y políticos y la juventud europea se precipita muy contenta a la aventura de la guerra. El nacionalismo, vinculado desde la revolución Francesa de 1789 a los conceptos de autodeterminación y soberanía popular, pronto ha empezado a desarrollar una ideología radical. El nacionalismo y el patriotismo se han vuelto directamente contra todos aquellos que los han promovido y que de pronto se han convertido en enemigos. Para la población que desconoce la experiencia de la guerra, ésta significa «una rápida incursión en lo romántico, una aventura salvaje y viril que los jovenes no pueden llegar a perderse…»