Los serbios son obligados a abrazar el cristianismo por el emperador HERACLIO (610-641). Pero apostatan pronto.

En 868, los serbios son obligados de nuevo a la conversión por el emperador BASILIO I el Macedonio. Ya lo habían sido en 610 con Heraclio pero sin éxito.

Los búlgaros derrotan decisivamente a los servios.

En esta época, los serbios adoptan la versión constantinopolitana del cristianismo.

A partir de la segunda mitad del siglo X, cuando el papado se unió a la dinastía otónica, en Bizancio la fidelidad a la Santa Sede, no tenía ya consistencia alguna. Los cristianos más selectos del Oriente, que siempre habían apoyado la unión con Roma, v. gr., en la lucha contra las imágenes y durante el cisma de Focio, ahora se separan del Papa, porque éste termina por reconocer al mismo Focio, y porque ayuda en más de una ocasión a subir al trono patriarcal a sujetos verdaderamente indignos, como el joven Teofilacto, que fue elegido a los diez años y consagrado a los dieciséis, y que en su manía por los caballos no tuvo reparos en abandonar los oficios del Jueves Santo ante la noticia de que su yegua favorita acababa de traer un hermoso potro. Así las cosas, MIGUEL CERULARIO, en la fecha, reúne un sínodo de la Iglesia de Constantinopla excomulgando a los legados papales. Poco tiempo después, las iglesias orientales se unen a la de Constantinopla y arrastran al cisma a los pueblos por ellas evangelizadas: Serbia, Bulgaria, Rusia, Rumania. Etc. Se consuma así el CISMA DE ORIENTE y la separación entre Roma y Constantinopla es un hecho que aún perdura.

Los serbios son eslavos que viven al oeste de Bulgaria, a lo largo de las costas adriáticas.
En 1168 ha empezado a gobernarlos Esteban Nemanya I (1166-1196), que estimulará la adopción de la forma constantinopolitana de cristianismo. Así, pues, los serbios se convierten en grecoortodoxos, mientras que croatas y eslovenos, estrechamente relacionados con los anteriores y situados al Noroeste, optan por el catolicismo romano.

El estado más grande e importante constituido por gentes eslavas en los Balcanes fue el de los serbios, que gobernado en principio por jefezuelos, logró, sin embargo, consolidarse luchando contra los búlgaros y los bizantinos, hasta obtener la independencia con el príncipe Esteban NEMANYA (1166-1196), fundador de la primera dinastia nacional. Los bizantinos habían dominado Serbia desde los tiempos de Basilio II, pero a la muerte de MANUEL I Comneno, en la fecha, y con el eclipse del poderío bizantino, Serbia proclamó su independencia.

Macedonia, Serbia, Montenegro y parte de Bosnia acaban siendo meras provincias del Imperio bizantino gracias a las conquistas de Bizancio sobre los búlgaros.

Serbia conquista, en estos años, Montenegro, Herzegovina, y la zona danuviana. Mantiene relaciones comerciales con Venecia y funda numerosos establecimientos religiosos ortodoxos.

En Serbia, el príncipe Esteban NEMANYA abdica, en la fecha, e ingresa en un monasterio de Athos. Su hijo ESTEBAN I NEMANYA gobierna como príncipe (1196-1217). Intensifica las relaciones con Venecia, casándose con la nieta del dux Enrico DANDOLO