SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (Frente oriental)(1939-1945)

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Las tropas soviéticas ocupan Viena .


Las tropas soviéticas ocupan Viena en la fecha y Austria queda sometida a la administración cuatripartita de las potencias vencedoras: la Unión Soviética, los EEUU., Gran Bretaña y (gracias a De Gaulle) Francia. Sin embargo, desde este mismo año, tras la celebración de unas elecciones, empieza a funcionar un régimen republicano controlado por los ocupantes. El país será gobernado entre 1945 y 1966 por una coalición del partido popular (de inspiración católica) y del partido socialista presidida por Karl Renner. Austria ha luchado al lado de Alemania durante toda la segunda guerra mundial, al mando del nazi local Arthur Seyss-Inquart, que más adelante será ahorcado como criminal de guerra.

La ofensiva hacia Berlín resulta más lenta de lo que a STALIN le gustaría.


A pesar de que la producción militar alemana ha caído a niveles desesperantes y las reservas de combustible son más que insuficientes, las tropas alemanas pelean con mayor fiereza que nunca y por diversas razones: el fanatismo nacionalista y anticomunista, la violenta e implacable represión y la humillación que supone una rendición incondicional y los millones de refugiados que serían capturados por los soviéticos son las principales razones que tiene el soldado alemán para oponer resistencia al Ejército Rojo. De esta manera la ofensiva hacia Berlín resulta más lenta de lo que a STALIN le gustaría. Además la negativa de HITLER a abandonar la capital del Reich obliga a los generales alemanes a defenderla a toda costa, ya que han hecho un juramento de lealtad al Führer, el cual también ha ordenado no evacuar la ciudad.

El general Zhukov, al mando del Primer Frente Bielorruso, se acerca a Berlín.


En la fecha, el general Zhúkov, al mando del Primer Frente Bielorruso, encuentra una fuerte resistencia alemana en los Altos de Seelow, que retrasa su avance sobre Berlín. Stalin por su parte, hace creer a Eisenhower que la ofensiva sobre Berlín es una distracción para una real ofensiva sobre Dresde, pero al mismo tiempo urge a los generales Zhúkov y Kónev a capturar la capital del Reich lo más pronto posible para capturar todo lo posible de tecnología nazi en la capital. Durante un tiempo los estadounidenses planean enviar paracaidistas sobre Berlín para capturarla, pero Eisenhower no tiene deseos de capturar la ciudad antes que los soviéticos y sabiendo que las bajas serán elevadas abandona el plan.

Con el Rin ya cruzado, la derrota final de Alemania está a la vista.


Con el Rin ya cruzado y aseguradas por completo las cabezas de puente, los aliados tienen la situación en su mano y los grupos de ejércitos 12 y 21 se disponen para la siguiente fase de su ofensiva. En el norte, el 21.° Grupo de Ejércitos tiene mucho éxito al avanzar al interior de Holanda y hacia la costa báltica. El 18 de abril de 1945 estaba en los suburbios de Bremen y acercándose a Hamburgo. Al sur, el 12.° Grupo de Ejércitos avanza con parecida velocidad, cerrando la bolsa del Ruhr en las primeras dos semanas de abril. En esta situación, el problema más importante para los americanos es la cantidad de alemanes que se rinden, lo que causa dificultades administrativas para hacerse cargo de los prisioneros. El avance del 9.° Ejército hacia el Elba también va bien. El 4 de abril cruza el Weser; cuatro días más tarde había salvado el Leine, tres días después llega al Elba por el sur de Magdeburgo. Sólo encontraron alguna resistencia seria el 7.° Ejército de EE.UU. y el Iº Ejército francés, alrededor de Würzburg y Karlsruhe, respectivamente; pero ni siquiera esto es suficiente para retrasar gravemente el avance. El 18 de abril de 1945, la derrota final de Alemania está a la vista.

Los soviéticos finalmente alcanzan al último cinturón defensivo que Heinrici había levantado, decidiendo el resultado de la batalla.


A las dos de la mañana del 16 de abril 22.000 cañones soviéticos de largo alcance abrieron fuego a lo largo de todo el frente, concentrándose la mayor intensidad frente a la localidad de Seelow, barriendo cada palmo de terreno en la planicie entre la localidad y el Óder. Mientras tanto en el sur, el Primer Frente Ucraniano de Kónev iba avanzando de acuerdo al plan, empujando hacia atrás al IV Ejército Panzer del Grupo de Ejército Centro al mando del general Ferdinand Schörner, dicha acción estaba afectando peligrosamente tanto a Heinrici como a Schörner, ya que sus Grupos de Ejército se arriesgaban a ser envueltos. Stalin, molesto por los contratiempos en Seelow, dio permiso a Kónev para liberar Berlín, presionando a Zhúkov, que envió sus reservas a combatir frente a Seelow, logrando avanzar solamente seis kilómetros. Sin embargo Zhúkov siguió presionando, sufriendo enormes pérdidas, pero ocasionando también severas bajas entre los defensores alemanes. En la noche del 18 de abril los soviéticos finalmente alcanzaron al último cinturón defensivo que Heinrici había levantado, decidiendo el resultado de la batalla.

Para el anochecer del 19 de abril las defensas alemanas han sido destruidas y el Frente Oriental ha dejado de existir.


Para el anochecer del 19 de abril las defensas alemanas han sido destruidas y el Frente Oriental ha dejado de existir. Ante este panorama los restos del 9º Ejército y el IV Cuerpo Panzer de la Wehrmacht corren el riesgo de ser rodeados por el I Frente Ucraniano que avanza desde el sur y el I Frente Bielorruso desde el este. Este último se encuentra a menos de sesenta kilómetros de los suburbios de Berlín y ninguna fuerza importante se les opone. Sin embargo para lograr esto las bajas son elevadas ya que en lo que va del mes de abril los rusos han perdido 2.807 tanques.

Berlín se halla ya bajo el alcance de los cañones soviéticos.


En la fecha, el general soviético Zkúkov toma Strausberg, a sólo 35 km de la capital alemana. Aunque los alemanes ya conocen el sonido de las explosiones de los bombardeos aéreos, sin embargo, los que se oyen en su periferia este 19 de abril de 1945 suenan de distinta forma. Los más entendidos, aquellos que, ahora inválidos o heridos, han estado en el frente de batalla, dan pronto con la respuesta: el nuevo sonido se debe a los obuses de la artillería de campaña, y no a las bombas de la aviación. Eso significa, en contra de lo que señalan los medios oficiales, que Berlín se halla ya bajo el alcance de los cañones soviéticos. Una y otra vez, más que asombrados estupefactos, sus habitantes se preguntan: ¿cómo ha sido esto posible?

Desde el comienzo de su ofensiva general en 1/1945, el avance del Ejército Rojo ha sido espectacular.


Desde el comienzo de su ofensiva general de invierno en enero de 1945, el avance del Ejército Rojo ha sido espectacular. A pesar de la enérgica defensa y de los ocasionales contraataques germanos, las tropas soviéticas han recorrido en poco más de tres semanas el amplio espacio que separa el río Vístula del Oder, último gran curso fluvial en su camino a Berlín, a un ritmo que supera los 30 km diarios. Es más, en su orilla occidental han logrado establecer dos importantes cabezas de puente: una al sur de Frankfurt del Oder y otra al norte de Küstrin, población a sólo 65 km de la capital. Las batallas defensivas no tienen cabida en la mente de Hitler, que hace oídos sordos a los informes sobre el inminente paso del Oder por los soviéticos. Se aferra a cualquier vana esperanza, moviendo una y otra vez los ejércitos germanos en busca de la oportunidad de recuperar la iniciativa definitivamente pérdida. Nadie, o casi nadie, se atreve a llevarle la contraria.

Aunque muy envejecido, HITLER sigue imponiendo su voluntad sobre quienes le rodean.


Aunque muy envejecido y con un andar vacilante, HITLER sigue imponiendo su voluntad sobre quienes le rodean. Sin embargo, ahora rehuye el contacto con su pueblo, y promulga duras directrices como las “Medidas de destrucción en el territorio del Reich (Decreto Nerón), que establecen una política de tierra quemada, o aquella que ordena el fusilamiento de todos los varones de las casas en que ondee una bandera blanca. Tampoco son infrecuentes sus largas divagaciones sin relación alguna con lo que se está tratando, o sus estallidos de cólera contra todo y todos, en especial sus generales, a los que acusa de ineficacia y traición y a los que cubre de insultos e improperios. Ello contrasta con el tono amable y paternal que emplea con sus allegados y el personal de servicio. Por otra parte, desde que se ha trasladado al búnker de la Cancillería, destruida ésta por los bombardeos aliados, su particular noción del tiempo se ha acentuado. No resulta extraño que las reuniones con sus ayudantes sean convocadas a horas intempestivas porque él se ha levantado a media tarde.

El canciller alemán cree que el ataque soviético sobre Berlín puede ser detenido.


El día 20 de abril, cumpleaños del Führer, 56 años, parece comenzar bien. El canciller alemán cree que el ataque puede ser detenido, y con esta esperanza recibe en su búnker a las máximas autoridades del régimen, que vienen a felicitarle por su aniversario. Junto a los ya habituales Goebbels, Bormann o Keitel, recibe a Himmler, Giring, Speer o Dbnitz. También se halla allí Eva Braun -la amante de HITLER-, que se ha trasladado a Berlín días antes. Pese a todo, el ambiente es tenso, y se intuye que quizá sea la última vez que puedan reunirse. Algunos apremian al Führer para que se traslade a lugar seguro, pero él siempre se niega. Se quedará en la capital, y nada ni nadie le harán cambiar de opinión. Al atardecer llegan las primeras informaciones en el sentido de que los soviéticos han logrado abrir una brecha entre los grupos de Ejército Vístula y Centro, por la que sus tropas se dirigen hacia la capital.