BATALLA DE BERLÍN (1945)

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Joseph Goebbels y su esposa Marian, asesinan con veneno a sus seis hijos, y ambos se suicidan disparándose en la cabeza.


En la mañana del 1 de mayo, en el Führerbunker, Joseph Goebbels -ministro de propaganda del Reich- y su esposa -Marian-  asesinan con veneno a sus seis hijos, y en la tarde de ese mismo día ambos se suicidan disparándose en la cabeza. También esa tarde se suicidan en el Führerbunker los generales Wilhelm Burgdorf y Hans Krebs. En medio de la noche, los soldados y oficiales que aún han sobrevivido a la batalla en el cerco de Berlín huyen de la zona del Führerbunker para escapar en grupos con la intención de llegar a los territorios bajo control norteamericano. El general Weidling no participa de la huida al considerarla muy arriesgada, pero acepta que lo hagan sus subordinados mientrar intenta buscar un acuerdo para rendirse al Ejército Rojo en tanto ahora él es la máxima autoridad de Berlín tras el suicidio de Goebbels.

El general alemán Wilhelm Keitel firma la capitulación de Alemania ante el mariscal Zhúkov.


Un grupo de oficiales se fuga de Berlín liderados por el general Wilhelm Mohnke; a este grupo se unen Martin Bormann, el médico jefe de las SS Ludwig Stumpfegger, y el jefe máximo de las Hitlerjugend, Arthur Axmann. Al grupo de fugitivos militares se unen varios civiles hasta sumar algunos millares de individuos, pero el intento fracasa en la madrugada del 2 de mayo. Aunque un grupo numeroso de soldados y civiles llega a Spandau, otros fugitivos ni siquiera logran cruzar los puentes sobre el Spree para huir del área metropolitana de Berlín y son sorprendidos por los soviéticos, que les cortan la retirada. En este intento perecen varios cientos de alemanes, entre soldados y civiles. Mueren también Bormann y Stumpfegger, cuyos cadáveres reconoce Arthur Axmann días después. La gran mayoría de los fugitivos son muertos o apresados por los soviéticos y sólo unos pocos cientos logran huir lo bastante lejos hasta rendirse a los estadounidenses.

El general Weidling envía un mensaje al general soviético Vasili Chuikov, jefe del Segundo Frente Bielorruso para solicitar la rendición incondicional.


Finalmente, a las 01.00 horas del 2 de mayo el general Weidling con su estado mayor envía un mensaje al general soviético Vasili Chuikov, jefe del Segundo Frente Bielorruso para solicitar la rendición incondicional. Chuikov se entera entonces de la muerte de Krebs y acepta a Weidling como jefe máximo de la guarnición berlinesa. Para el amanecer de ese día las tropas soviéticas lanzan un asalto final hacia la Cancillería del Reich, pero hallan muy poca resistencia en tanto la mayor parte de los defensores se habían unido al fallido intento de «ruptura» lanzado por el general Wilhelm Mohnke. Weidling rinde Berlín de manera incondicional el 2 de mayo a las 8.45 horas y requiere por radio a los defensores alemanes que cesen la lucha de inmediato, con lo cual termina la batalla. Para esas horas los focos de resistencia alemana en la ciudad eran ya muy reducidos y la mayor parte de las ruinas de Berlín estaban bajo control soviético. Ante la orden de Weidling, algunos nazis fanáticos optan por suicidarse en la mañana del 2 de mayo.

Alemania firma su capitulación ante el general estadounidense Eisenhower.


A las 02:41 de la mañana del 7 de mayo de 1945, en los cuarteles de la SHAEF en Reims, Francia, el Jefe del Estado Mayor del Alto Mando de las fuerzas armadas alemanas, el general Alfred Jodl, firma el acta de rendición incondicional para todas las fuerzas alemanas ante los Aliados. Esta incluye la frase «todas las fuerzas bajo el mando alemán cesarán las operaciones activas a las 23:01 horas, hora de Europa Central, el 8 de mayo de 1945». Tales palabras no hacen diferenciación entre las fuerzas de la Wehrmacht que luchaban contra los aliados occidentales o contra los soviéticos, por lo cual se infiere tácitamente que pone fin a toda resistencia alemana dondequiera que la hubiera. Cuando la Stavka soviética se entera de la rendición firmada sólo ante británicos y estadounidenses en Reims, exige que el comando supremo de la Wehrmacht también capitule ante el Ejército Rojo. Los máximos jefes de la Wehrmacht son llevados a Berlín, liderados por el general Wilhelm Keitel, donde en la noche del 8 de mayo firman un documento similar en el cuartel general soviético situado en la localidad de Karlshorst (un suburbio de Berlín), rindiéndose explícitamente ante la Unión Soviética, en presencia del general Gueorgui Zhúkov, comandante en jefe de las tropas soviéticas en Alemania. De hecho, esta rendición fijaba a las tropas de la Wehrmacht el deber de rendirse «también» a las 23.01 horas del mismo día.