Canaán está virtualmente sumido en la anarquía. En el plano religioso, los habitantes de Canaán practican sobre todo la “religión de la naturaleza”, honrando a los “Baales” o fuerzas de la naturaleza divinizadas y a sus esposas, las “Astartés”, diosas del amor y de la fecundidad. Los hijos de Israel que adoran al dios YAVÉ, se verán muchas veces tentados por los cultos sensuales de los cananeos en los altozanos. Los hebreos se unirán para celebrar sus tradiciones tribales y cultuales en los santuarios eregidos en Guilgal, Siquén, Siló

Los filisteos, que han sido rechazados del Delta egipcio, desembarcan en la costa meridional de Canaán. Los filisteos son de origen desconocido, aunque se supone que provienen del Egeo y más concretamente de Creta (la Kaftor de las fuentes bíblicas). Será precisamente de los filisteos de quienes los griegos tomarán el nombre que designará inicialmente a la zona costera meridional y a partir del período helenístico a todo el país: Palestina. Y si bien los filisteos no conseguirán la unión de la zona, las ciudades filisteas formarán una poderosa pentarquía integrada por las ciudades de Gaza, Ascalón, Azoto, Ekrón, y Jafta que conferirá homogeneidad a la zona costera, propiciando su posterior penetración hacia el interior. Los filisteos se relacionarán estrechamente con los fenicios, en la costa septentrional de Canaán.

El Carmelo (vocablo hebreo que significa “jardín” y también “tierra fértil que produce muy buenos frutos”), es una montaña (altitud aprox. 600 m.) de Palestina, en el norte del actual estado de Israel y próxima a la costa mediterránea. En el Antiguo Testamento recibe el nombre de “Vergel de Dios”. Su importancia se remonta al siglo VIII aC. A este monte se retiraba a rezar el profeta Elías, y en una ocasión en la cual Dios había castigado a su pueblo rebelde con un verano de tres años, Elías estando rezando en la cima del Monte Carmelo envió a su siervo a que observara en el horizonte para ver si veía algo. El siervo volvió a contarle que se veía una pequeña nube. Con esto entendió Elías que ya iban a llegar las lluvias. Y en efecto la nube fue creciendo y se convirtió en una inmensa y muy provechosa lluvia que alegró enormemente a aquellas gentes que llevaban 36 meses sin agua. (1 Re 18, 44) (1Re 19;41-46) La Iglesia Católica ha creído que esa nubecilla que apareció en el Monte Carmelo era imagen o anuncio de María, la cual al aparecer en este mundo nos trajo la más bella noticia: la de que con Ella, por medio de su Hijo Jesucristo nos llegaría la más grande y provechosa lluvia de gracias sobre todos nosotros.

Cuando Asiria declina, Judá se declara independiente de nuevo.

Principio de la misión profética de JEREMÍAS. Año 13º del reinado de Josías. (Jr 25;3)(Jr 1;2).

Se descubre en el templo de Jerusalén un rollo conteniendo varias leyes procedentes del antiguo reino del norte y que habría sido llevado al templo por los levitas del norte huyendo de la invasión de los asirios. Una vez completado, este conjunto de leyes se convertirán en el Deuteronomio. Es un documento muy oportuno, que servirá de base a la reforma que emprende JOSÍAS -rey de Judá- con una finalidad política y religiosa (2Re 22-23).

Jeremias cuando lleva 23 años de ministerio profético, pronuncia su famosa frase: “… y toda esta tierra será ruina y desolación y servirán estas gentes al rey de Babilonia setenta años” (Jr 25;11). (Jr 25;1) (Jr 25;11). La cautividad de los 70 años de (Jr 25;11) empiezan en esta fecha y terminan en 536. (Estos 70 años se refieren a la cautividad, no a la desolación que empezó años después). (Dn 1;1). No se conoce este asedio por la historia (Jr 46;2) (Dn 1;1).

Naturalmente, Babilonia no podía ver con buenos ojos los éxitos de NECAO en lo que antes había sido señorío indiscutible del Imperio Asirio, al que Nabopolasar y Nabucodonosor intentaban suplantar o heredar. La derrota egipcia ante los babilonios, que al final se produce, en la fecha, deja Palestina abierta a los vencedores. Tropas caldeas y bandas de guerrilleros devastan Palestina ya que se resisten al sometimiento de los babilonios. (2Re 24;2) ( Jr 35;11)

Durante dos siglos, los judíos formarán parte del imperio persa. Mientras, va creciendo el poderío de GRECIA. Siguen siendo oscuros muchos detalles de la historia de Israel de aquellos años. Para resistir al nuevo peligro de diluirse entre otras culturas étnicas en una Palestina en la que ellos constituyen la minoría, contarán con el apoyo de dos profetas de un racismo extremado: ESDRÁS y HEHEMÍAS. De esta forma, en un rincón del imperio persa, en una exigua provincia desprovista de importancia política y económica, renace una teocracia judía, que va a representar un papel trascendental en la Historia del mundo.

En tiempo de ARTAJERJES I, rey de los persas, es enviado ESDRAS para reorganizar la región de Judea o Palestina. ESDRÁS se esfuerza en pacificar a judíos y samaritanos, quienes gozarán de un estatuto especial en el imperio, teniendo que obedecer a “la Ley del Dios del cielo” (Esd 7;21), bajo la dirección del sumo sacerdote. Esta ley es, sin duda, el PENTATEUCO actual, que ESDRÁS ha redactado a partir de diferentes traducciones. Durante veinte años se consigue una frágil unión entre judíos y samaritanos. Aproximadamente por la misma época, también es enviado NEHEMÍAS quien se cuidará de la reforma política y administrativa.