A lo largo de la historia del cristianismo ha habido muchos intentos de recomponer la unidad, casi siempre infructuosos, porque con frecuencia se ha entendido simplemente como un retorno a la Iglesia de los orígenes. El ecumenismo, tal como lo entendemos actualmente, nace en los albores del siglo XX entre pastores protestantes en países de misión. Muchos misioneros constatan que la división entre los cristianos da un pésimo testimonio e impide las conversiones. Entonces comprenden mejor el deseo de Jesús de que los creyentes estén unidos «para que el mundo crea». En 1910, tiene lugar en Edimburgo (Reino Unido) el primer encuentro ecuménico de centenares de pastores protestantes de muy variadas confesiones. No se logra la unidad pero sí que se inicie el trabajo ecuménico, entendido como el esfuerzo en pie de igualdad de cristianos y comunidades cristianas para recomponer la unidad perdida.

Durante el pontificado de PÍO X, dos hermanos de la aristocracia romana bailan el tango ante el Papa. El Papa considera el tango un baile inmoral y lo prohibe. Posteriormente será autorizado por PÍO XI.

Las legislaturas liberales presididas por Canalejas, promoverán una auténtica persecución contra la Iglesia que provocará una rotura de las relaciones diplomáticas entre España y la Santa Sede y contribuirá a alimentar rencores y rencillas. Solicitará, en consecuencia, la revisión del Concordato de 1851 y forzará el abandono de algunos privilegios de los que goza el clero. Mientras tanto, el PSOE va implantándose lentamente. PABLO IGLESIAS, consigue entrar como diputado. Los partidos republicanos se encuentran tan divididos como los monárquicos. La extrema derecha, los carlistas, también, a su vez, están igualmente divididos con un programa que sólo mira al pasado.

En España, el 15 de junio de 1910 en la apertura del Congreso, CANALEJAS anuncia la Ley del Candado que no se discutirá en Cortes hasta meses más tarde (en diciembre de 1911). Este proyecto de ley trata de crear una nueva reglamentación de las asociaciones clericales, con el fin de desargumentar la posición de los partidos radicales, aunque no lo entienden así la Iglesia y la oligarquía que ve en la ley una intromisión del gobierno en los asuntos eclesiásticos. El nombre de Ley del candado es el nombre aplicado a esta ley porque prohíbe el establecimiento de nuevas congregaciones religiosas en España, limitando así entre otros, el poder de la Iglesia sobre el Estado. ¡Echa el candado!. La Ley del Candado enfrenta a CANALEJAS con Roma y con parte del clero frente a sus ideas de libertad de cultos y enseñanza de la religión, que desencadena una oposición violenta de los ultracatólicos provocando que nunca llegará a aplicarse.

En diciembre de 1910 se aprueba la «Ley del Candado» (6/1910), que impide durante dos años el establecimiento de nuevas órdenes religiosas sin autorización previa. Pero esta ley no tiene eficacia al aceptarse una enmienda según la cual la ley pierde su vigencia si al término de esos dos años no se ha aprobado una nueva ley de Asociaciones y, aunque dicha ley será presentada al Congreso en mayo del año siguiente, sin duda es un plazo demasiado corto para el parlamentarismo de la época.

El «noucentisme» es el movimiento cultural hegemónico durante el primer tercio de siglo XX en Catalunya, con una gran influencia en la definición del programa institucional del catalanismo. A pesar de que contiene claros elementos de reacción antimodernista, sobre todo en la esfera artística y religiosa, donde el pensamiento del obispo Josep Torras i Bages ha influido notablemente, mantiene muchos puntos de contacto con la obra renovadora del modernismo. Los hechos de la Semana Trágica y las contradicciones sociales que manifestarán producirán una primera crisis en el ideal «noucentiste», el cual, nuevamente definido, proseguirá su expansión y se impondrá en el mundo de las artes y la arquitectura desde 1911.

TORRAS I BAGES, obispo de Vic, publica una de sus cartas pastorales más famosas: «Dios y el César» escrita en castellano, sin duda para facilitar su lectura fuera de Catalunya. Esta carta es en defensa de los derechos de la Iglesia ante la autocracia persecutoria gubernamental, que merece elogio público del papa Pío X: «realmente te muestras en ella como obispo, tal y como lo deseaba el Apóstol».

MENELIK II, emperador de Etiopía sufre un ataque de parálisis y le sucede en el cargo su nieto Lij Yasu, quien nunca gozará del favor de la población debido a su vocación islámica, contraria a la mayoría cristiana. TAFARI Makonnen, que ha contraido matrimonio con Wayzaro Menen, nieta de Menelik II-, aprovechará la situación para erigirse como líder de la oposición cristiana. MENELIK II ha definido todas las fronteras de Etiopía con Gran Bretaña, Francia e Italia, fallecerá en 1913.

Antonio Adolfo Pérez y Aguilar es nombrado primer Arzobispo de San Salvador al haber sido creada por Pío X la Provincia Eclesiástica salvadoreña con las sufragáneas de San Miguel y Santa Ana. Fallecerá el 17 de abril de 1926.

Fallece el cardenal catalán Josep Vives i Tutó en Monteporzio Catone. Es enterrado en el cementerio romano de Campo Verano. Muchos años después, el 18 de noviembre del 2009, sus restos serán trasladados a Catalunya y depositados provisionalmente en la cripta del convento capuchino de Arenys de Mar. Los restos cardenalicios descansarán a partir del 28 de febrero de 2010 en su parroquia bautismal en Llavaneres. Vives i Tutó no había vuelto a su país desde que en 1899 fue nombrado cardenal. Josep Vives i Tutó fue un estrecho colaborador de dos papas importantes, León XIII y Pío X. Fue confesor de este último. Intervino en la redacción de la encíclica Pascendi sobre el modernismo teológico. El cardenal Vives i Tutó impidió en el año 1902 la remodelación de las diócesis de Catalunya, y, por otra parte, que se impusiera el decreto del conde de Romanones que pretendía obligar a las escuelas catalanas la enseñanza del catecismo en lengua castellana. Sus acciones ante el cardenal Rampolla, en abril del 1909, Setmana Tràgica en Barcelona, evitaron que el Dr. Torras i Bages fuese alejado de la sede episcopal de Vic a través de un traslado al arzobispado de Burgos.