ALFONSO V -el Noble-, (999-1028), sucede a su padre Bermudo II el Gotoso en el trono de León, a la temprana edad de cinco años, bajo la tutela de su madre ELVIRA GARCÍA y del conde de Galicia, MENENDO GONZÁLEZ, que ha sido su ayo y el alférez de su padre Bermudo II. Su llegada al trono demuestra que ha arraigado ya suficientemente la tradición hereditaria para que la coronación de un niño se produzca sin problemas. Pero eran momentos de extrema debilidad del gobierno y de la sociedad leonesa.

Véase Genealogía

Pero el signo fundamental del momento es la desunión entre los mismos cristianos. El conde de Castilla SANCHO GARCÍA, tal vez a petición de su hermana ELVIRA, madre de ALFONSO V, intenta apartar del cargo de regente al conde gallego MENENDO GONZÁLEZ para ocupar su lugar. Tiene que ser un juez enviado por al-MALIK quien dictamine en el pleito, fallando a favor del regente.

Se registran una serie de revueltas en León que culminan con el asesinato del regente MENENDO GONZÁLEZ. Por ello, ALFONSO V se hace personalmente cargo del gobierno, pese a su aún muy corta edad (14 años). Su política inicial, de acercamiento a Castilla, ira poco a poco volviéndose más tensa a medida que ésta actúe de acuerdo con sus intereses y no con los de León.

Alrededor de 1014, la situación de SANCHO GARCÍA, conde de castilla, frente a León es de auténtica ruptura y las actuaciones del conde se encaminan a crear dificultades a su joven sobrino ALFONSO V. Por el contrario, sus relaciones con Navarra son magníficas.

ALFONSO V, rey de León, intenta sacar a su reino de la postración en que se encuentra, aunque las continuas luchas internas le impiden aprovechar la gran oportunidad que representa la desintegración del califato de Córdoba. Para agravar más sus problemas, en torno a 1016 los normandos vuelven a desembarcar en Galicia y ALFONSO V debe movilizar sus fuerzas para expulsarles.

Superado el peligro normando y más calmados los castellanos tras la muerte del conde SANCHO GARCÍA, ALFONSO V puede reforzar su politica de repoblación y reordenación del reino, aunque ésta se efectúa a un ritmo muy lento.

Desde el primer momento, el jovencísimo conde de Castilla, GARCÍA SÁNCHEZ tiene que enfrentarse a las pretensiones de ALFONSO V de León de recuperar las tierras del Cea y del Pisuerga que le arrebatara Sancho García. Así, el rey leonés se apodera del castillo de Castrogonzalo.

La actitud de ALFONSO V de León es aprovechada por SANCHO el Mayor de Pamplona para convertirse en protector del conde de Castilla, su cuñado, GARCÍA SÁNCHEZ, menor de edad. Así, apoyando al conde de Castilla, SANCHO III el Mayor adquiere cada vez más influencia en los asuntos castellanos, hasta colocar el condado prácticamente bajo su protectorado.

Para impulsar la recuperación del reino leonés, ALFONSO V de León convoca, en julio de 1017, un gran concilio que promulga una serie de importantes leyes que, seguramente, son modificadas en 1020. El conjunto legislativo llamado Fuero de León, se centra en dos temas básicos: el ordenamiento de la administración de justicia y el retorno a sus obligaciones de los siervos y colonos. En conjunto, la normativa tiende a promocionar la repoblación y el desarrollo económico, tanto en el país en general como en su capital en particular.

SANCHO III de Pamplona convertido en árbitro circunstancial de la política de los reinos de León y Castilla, aupará a sus más directos familiares a los principales tronos cristianos. Así, la tensión entre León y Pamplona se resuelve en 1024 con el matrimonio de ALFONSO V de León y la hermana de SANCHO III de Pamplona, doña Urraca, pese al consejo en contra del abad OLIBA por la consanguinidad de ambos cónyuges. Se consigue, pues, la paz entre los reyes cristianos, que aceptan el poder hegemónico de Sancho, quien logrará expansionar su reino por tierras de la Rioja y Aragón.