Trece son las ciudades españolas habilitadas, en la fecha, para comerciar directamente con América. El alza de los precios agrícolas, a partir de 1770, y la demanda europea y americana de aguardiente, barrilla para tintes y seda impulsa un sólido comercio capaz de interesar a extranjeros y de elevar la condición de artesanos a la de grandes comerciantes.

Los reyes de Portugal, que se proclaman dueños de la actual Guinea Ecuatorial, ceden a España, en la fecha, las islas de Annobón, Fernando Poo y Corisco, además de los derechos de libre comercio en un sector de la costa de Guinea, a cambio de tierras españolas en el sur de Brasil -la colonia de Sacramento-, que les despierta más interés, (Tratados de San Ildefonso y Pardo, de 1777 y 1778).

En la fecha, el rey CARLOS III de España, nombra primer ministro -Secretario de Estado- al conde de FLORIDABLANCA, don José MOÑINO, iniciándose así la era de este gran estadista español. Carlos III contó con ministros de desigual valía. El italiano Jerónimo Grimaldi sustituyó con desventaja a Wall en la Secretaría de Estado y negoció el pacto de familia. Pedro Pablo Abarca de Bolea, conde de Aranda, Pedro Rodríguez Campomanes y José Moñino y Redondo, conde de Floridablanca, fueron ministros competentes, cuya actuación redundó en beneficio de la prosperidad del país.

Las danzas se generalizan a partir del siglo XVI con el objeto de realzar determinados actos religiosos. El más importante es la fiesta del Corpus Christi, instituida por Urbano IV en 1264. Juan XXII dispondrá mucho tiempo después que se celebraran procesiones (con danzas). A partir de entonces son junto con los autos sacramentales, los componentes básicos de esta fiesta. El número de danzas decrece hasta su total prohibición en 1777 por la Pragmática Sanción de 20 de febrero, dada por CARLOS III. En efecto, se prohíben los bailes en las iglesias, en los atrios y en los cementerios, así como ante estatuas de santos. A pesar de ello, en los pueblos se seguirán practicando danzas en las procesiones.

En la fecha, por el Tratado de Aranjuez -firmado entre España y Francia-, queda fijada la delimitación entre la colonia francesa de Saint Domingue (Haití) con capitalidad en Puerto Príncipe y la española Santo Domingo cuya principal ciudad es Santo Domingo. El límite exacto de estos territorios no es establecido con exactitud por lo que permanecerá cuestionado hasta 1929.

Primer Tratado de San Ildefonso firmado entre España y Portugal el 1 de octubre de 1777, por el que los portugueses ceden la disputada colonia del Sacramento, en el actual Uruguay, a España, más las islas de Annobón y Fernando Poo en aguas de la Guinea, a cambio de la retirada española de otras zonas que ha conquistado al sur de Brasil. Este tratado supone un acercamiento entre ambas coronas, después de décadas de enfrentamientos y disputas desde la independencia portuguesa en 1680 y la alianza lusa con Inglaterra. Queda fijada la línea fronteriza entre las colonias españolas y portuguesas en América del Sur.

En 1778, durante la guerra de Independencia norteamericana, España ofrece a Gran Bretaña su neutralidad a cambio de la devolución del peñón. La negativa británica provoca el apoyo español a los independentistas norteamericanos y el inicio, al año siguiente, de un nuevo asedio al peñón.

En la fecha, se promulga en España el segundo decreto de Libre Comercio de la época, que posibilita a una serie de puertos peninsulares el tráfico directo con determinadas áreas americanas que acaba con el monopolio de Sevilla-Cádiz. Además de agilizar el comercio y vivificar las economías regionales, los citados decretos permiten mayores recaudaciones para el erario público.

Tratado de El Pardo, entre España y Portugal, sobre espacios coloniales.

Las islas de Annobón y Fernando Poo en el Golgo de Guinea, han sido descubiertas por Portugal en el siglo XV. Pero en la fecha, la gobernación de Fernando Poo y Annobón, es un área administrativa integrante del Imperio español dentro del Virreinato del Río de la Plata. Así, pues, Portugal, en la fecha, entrega las islas a España quien toma posesión de las mismas en nombre de la corona española. Las islas debían servir para el comercio de esclavos y se pretendía utilizarlas como escala en una futura ruta desde las Filipinas.