ORDEN DEL TEMPLE o TEMPLARIOS

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Inicia sus sesiones el Concilio Ecuménico de Vienne. Están presentes los reyes de Francia, de Inglaterra y de Aragón.


CLEMENTE V ha convocado el Concilio Ecuménico de Vienne población del Delfinado en tierra francesa: (XV Concilio Ecuménico). Inicia, en la fecha, sus sesiones con asistencia de muchos cardenales, más de trescientos obispos y muchos priores y abades. Tan sólo se celebrarán tres sesiones: la de inauguración (16 de octubre de 1311), otra para principalmente abolir la Orden de los Templarios (22 de marzo de 1312) y la de clausura (el 6 de mayo de 1312). En la sesión inaugural están también presentes el rey de Francia, FELIPE IV el Hermoso, EDUARDO II rey de Inglaterra y JAIME II rey de Aragón.

En este día se reúne la segunda de las tres sesiones que celebrará el Concilio de Vienne.


En este día se reúne la segunda de las tres sesiones que celebrará el Concilio de Vienne. Entre las materias que se deben tratar está la liberación del Sepulcro de Cristo y la condena de la Orden del Temple. Millares de templarios viven escondidos en las montañas lionesas y nueve de ellos se ofrecen a presentarse en el Concilio para defender la causa común, sabiendo que exponen su vida. En el momento en que en la asamblea se lee la requisitoria contra la orden, comparecen los caballeros poniéndose bajo la protección del Concilio, pero son arrestados y cargados de cadenas con la anuencia del Papa, lo que irrita al Concilio. Por otra parte, el Concilio de Vienne establece que los inquisidores no puedan agravar las condiciones de la detención preventiva y someter a tortura al imputado o pronunciar la sentencia sin el voto favorable del ordinario diocesano o de un representante suyo.

El Papa Clemente V decide actuar fuera del Concilio y anula la Orden de los Templarios.


En el Concilio de Vienne, los obispos piden que se reabra el proceso contra los templarios. La mayoría de los prelados, a excepción de los arzobispos de Reims, Sens y de Ruan, declaran que no pueden juzgar sin un maduro examen oyendo desde el principio a los acusados y a los testimonios. Enterado de esto el rey de Francia FELIPE IV, corre hacia Vienne con sus hijos, los príncipes y varios nobles escogidos, se sienta en el Concilio a los pies del Papa confiando en que su presencia intimide a los recalcitrantes, pero los obispos se le oponen. El Papa CLEMENTE V decide entonces actuar fuera del Concilio y, por medio de la Bula «Vox in excelso», decreta la disolución –no la condena- de la Orden de los Templarios como inútil y peligrosa y, asimismo, que sus bienes pasen a los Hospitalarios. Es el final.

Sesión de clausura del XV Concilio Ecuménico que se ha celebrado Vienne (Francia)


Sesión de clausura del XV Concilio Ecuménico que se ha celebrado en Vienne (Francia).

Los principales de la Orden de los Templarios son condenados a prisión perpetua. Protestan a gritos.


Ante la catedral de Notre-Dame, tres miembros importantes de la Orden de los Templarios son condenados a prisión perpetua. Pero ante la multitud congregada gritan que todo lo que se ha dicho sobre ellos y sobre la orden no son más que mentiras.

Son quemados vivos los tres miembros de la Orden de los Templarios condenados el día anterior.


A consecuencia de sus protestas, son quemados vivos los tres miembros de la Orden de los Templarios (entre ellos, JACQUES DE MOLAY, el Gran Maestre de la Orden). En el momento de subir a la pira que debe consumir su cuerpo, JACQUES DE MOLAY, invocando el nombre de Dios y proclamando su inocencia, emplaza al Papa y al rey para que en el plazo de un año comparezcan ante el «Juicio de Dios». Efectivamente, el Papa CLEMENTE V morirá el 20 de abril siguiente, un mes después del sacrificio de MOLAY, y el rey FELIPE el Hermoso de Francia, pocos días después de la ejecución contraerá una enfermedad, cuyo origen nadie puede averiguar, muriendo el 29 de noviembre de 1314, ocho meses después del emplazamiento.

Así termina la Orden de los Templarios, aunque en algunas naciones durará áun un par de años más.


Así termina la Orden de los Templarios, aunque en algunas naciones durará áun un par de años más. Los caballeros que en Francia se salvan del suplicio y aquellos que residen en otras naciones ingresarán en su mayoría en las órdenes militares que existen en ellas. Varía tentativas, que no darán resultado, se harán a lo largo del siglo XVIII para resucitar la Orden. En Francia todo había sido una cuestión de dinero.