A los iniciales fundadores de la Orden del Temple se les unen pronto seis caballeros más. Los caballeros, pronuncian votos de castidad, pobreza y obediencia, y añaden el de combatir por el servicio de Jesucristo. Se encuentran, entonces, que viven un poco como frailes y un poco como guerreros. No conocen el descanso y combaten por convicción, por espíritu de sacrificio y no por estímulo de gloria. Modelos de virtud caballeresca, combaten abiertamente, acompañan las caravanas, asisten a los peregrinos, son los primeros en entrar en la batalla y los últimos en retirarse.
ORDEN DEL TEMPLE o TEMPLARIOS
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Dentro de la orden del Temple existen tres clases: los caballeros, los escuderos y los hermanos laicos.
En un principio, dentro de la orden del Temple existen tres clases entre ellos: los caballeros, los escuderos y los hermanos laicos, y en 1172 se añadirá la de los sacerdotes. Todos llevan un cinturón de lino blanco para recordar el voto de castidad. Los sacerdotes visten de blanco y los laicos hábitos oscuros o negros. Los caballeros, que deben ser nobles de nacimiento, se distinguen por su manto blanco de lino o de lana con una cruz latina en lana roja indicándoles que tienen que estar dispuestos a verter su sangre por el bien de la orden; también llevan un anillo asimismo con la cruz.
Diecinueve años después de la conquista de Jerusalén se funda la Orden del Temple.
Diecinueve años después de la conquista de Jerusalén por los cruzados, dos caballeros franceses, -HUGO DE PAYENS y GODOFREDO DE SAINT-OMER, se encuentran en Jerusalén y dándose cuenta de las dificultades que los peregrinos que iban a Tierra Santa tenían para llegar a su destino, decidieron fundar una orden militar que se encargase de protegerlos y al mismo tiempo se dedicase a la defensa del sepulcro de Cristo. Había nacido la que más tarde sería la Orden del temple o de los Templarios
El Papa HONORIO II confirmó la Orden del Temple en el Concilio de Tours en 1127.
El Papa HONORIO II confirma la Orden del Temple en el Concilio de Tours en 1127. S.BERNARDO ea uno de los más valiosísimos consejeros del papa HONORIO II para resolver con éxito enfrentamientos entre los poderes eclesiástico y temporal en diversas partes de Europa.
BERNARDO de Claraval obtiene del sínodo de Troyes el reconocimiento de la Regla de los templarios.
BERNARDO de Claraval obtiene del sínodo de Troyes el reconocimiento de la Regla de los caballeros templarios.
RAMON BERENGUER III el Grande, fallece siendo enterrado en el Monasterio de Santa María de Ripoll.
RAMON BERENGUER III el Grande, enfermo desde julio del año 1030, fallece -en la fecha- siendo enterrado en el Monasterio de Santa María de Ripoll. Cuando se encuentra en las puertas de la muerte -así dicen las viejas crónicas- se hace llevar al hospital de pobres de Barcelona para irse de este mundo con toda humildad. Tiene 48 años y ya es viudo de su tercera esposa, la condesa DOLÇA de Provenza.
Divergente decisión adoptada por los nobles navarros y aragoneses a la muerte de El Batallador.
El sistema de honores establecido en todo el territorio (Pamplona y Aragón) para premiar la fidelidad y la ayuda militar, había fomentado la formación de una clase dominante cada vez más rica y autónoma, pero que no podía prescindir de la intervención del rey como elemento aglutinador de los intereses colectivos. En los amplios espacios conquistados por Pedro l y por Alfonso el reparto realizado de los dominios, muestra una clara tendencia a favorecer a los antiguos linajes aragoneses y a los barones de ultrapuertos, frente a un tratamiento mucho menos generoso dispensado a los nobles navarros y a gente nueva procedente del grupo de caballeros. Este rasgo puede explicar, quizá, la divergente decisión adoptada por los nobles navarros y aragoneses a la muerte de El Batallador.
Fallece Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y de Navarra, que ha resultado herido en el asedio de Fraga.
ALFONSO I el Batallador, rey de Aragón y de Navarra, que ha resultado herido en el asedio de Fraga, fallece a los tres días -en la fecha- en las proximidades de Poleñino, cerca de Huesca. Se dice que no ha perdido nunca una batalla, salvo la última. Sus restos son inhumados en el Monasterio de S. Juan de la Peña (Huesca). No tiene hijos porque no ha vuelto a casarse. Pero ha testado tres años antes, en octubre de 1131, en el sitio de Bayona. Como que no deja hijos ni sobrinos, sino únicamente un hermano, que se ha hecho monje, y algunos parientes lejanos en Castilla, que se han enemistado a causa de sus pretensiones sobre Navarra, da todo lo que tiene al Santo Sepulcro, al Hospital de pobres y al Templo de Jerusalén, a partes iguales. ALFONSO I deja su reino no a las comunidades sino a los lugares a los que sirven las distintas Órdenes; nada más en el suplemento se nombra a los caballeros de dichas Órdenes. Tres días antes de la batalla decisiva que cuesta la vida al Batallador, éste renueva su testamento. De manera que no hay posibilidad de discutir su validez. Pero parece que el difunto rey no ha previsto o no ha previsto suficientemente que Aragón se resistirá a su cumplimiento.
RAMON BERENGUER IV inicia una política de recuperación de la supremacía real en sus dominios.
El carácter y la popularidad de RAMON BERENGUER IV lo hacen atractivo a los aragoneses, que, en cambio, no quieren saber nada de los castellanos. RAMON BERENGUER IV en contacto con la tradición aragonesa poco favorable al feudalismo, inicia una política de recuperación de la supremacía real en sus dominios. Por otra parte, RAMON BERENGUER IV es miembro de la Orden del Temple, por lo que es adecuado para entenderse con las Órdenes de Jerusalén, herederas del trono aragonés.
El papa INOCENCIO II, aprueba los reglamentos y organización definitiva de la Orden del Temple.
En este año el papa INOCENCIO II, aprueba los reglamentos y organización definitiva de la Orden del Temple. Por otra parte, sigue el cisma en la Iglesia aunque en este año el antipapa VÍCTOR IV, sucesor del también antipapa Anacleto, se somete a INOCENCIO II. Con todo, en Roma no hay paz; el pueblo, incitado por el ejemplo de otras ciudades, sueña con la instauración del régimen republicano. La situación se agrava por obra de ARNALDO de Brescia, canónigo agustino, que sueña con la restauración de la antigua grandeza de Roma y con el retorno de la Iglesia a su primitiva simplicidad. Ánimo inquieto y soñador, ya en Brescia se opone al obispo; luego se ha traslada a Francia, donde se hace discípulo de Abelardo y donde mantiene una fuerte discusión con BERNARDO. ARNALDO va a Roma a la muerte de INOCENCIO II, suscita gran entusiasmo entre el pueblo y constituye un gobierno republicano. Unos años después será ahorcado por FEDERICO Barbarroja.