Manifestaciones en Madrid, Barcelona y Bilbao. Los organizadores de los movimientos son, principalmente, los socialistas y los anarquistas. Las principales reivindicaciones de los obreros son la reducción de la jornada laboral a ocho horas y la prohibición del trabajo en niños menores de catorce años. En Madrid los actos se celebran el día 4, y comienzan con un mitin en el Liceo Rius donde destaca la participación de Pablo IGLESIAS, fundador del PSOE. Seguidamente tiene lugar una manifestación pacífica, y por fin, una comisión entrega a SAGASTA, presidente del Gobierno central, las peticiones de los trabajadores. Similares éxitos se obtienen en Barcelona y Bilbao.

En España, cae el gobierno liberal-fusionista.

En España, dentro del Partido Liberal Conservador se producen desacuerdos personales, que hacen quiebra muy pronto, durante el propio año 1891. El más importante de ellos es el que separa el estilo y el entorno de Francisco SILVELA, hombre dotado de evidente elegancia y de un impreciso afán purificador, del estilo y los amigos de Romero ROBLEDO, quien encarna todos los intereses creados de los españoles en las Antillas y es el mejor especialista en “hacer” elecciones. CÁNOVAS necesita justamente un especialista en estos saberes y no puede dudar entre los dos. SILVELA, en la fecha, abandona el partido.

Práxedes Mateo Sagasta crea un gobierno, llamado «de los notables» o «gabinete de altura», donde figuran Antonio Maura, el marqués de la Vega de Armijo, Moret, Montero Ríos y otros.

Inicia su actividad, en la fecha, el nuevo gobierno SAGASTA. Queda nombrado el joven y brillante Antonio MAURA Montaner, ministro de Ultramar (1892 – 1894). MAURA se hace cargo de una cartera particularmente abrumadora, pues ya en Cuba y en Filipinas se producen inquietantes signos de rebeldía.

Habiendo agotado su programa, el fusionismo de izquierda en España tiene ante sí dos grandes problemas que podrían constituir las dos nuevas fórmulas programáticas del fusionismo: el saneamiento económico y Ultramar. Fuese o no por la iniciativa de CASTELAR, SAGASTA echa a andar por el primer camino, con el llamado “presupuesto de la paz” para 1893-1894. Pero la breve guerra de Melilla de este año 1893 no sólo impedirá el cumplimiento inmediato de esos proyectos hacendísticos, sino que llevará a la política española una euforia nacionalista y beligerante que no permitirá insistir en esa direcciòn. El fusionismo no es capaz de remontar el obstáculo.

El establecimiento del sufragio universal, propicia que el republicanismo abandone su actitud abstencionista y participe formando candidaturas de coalición republicana (con federales, posibilistas y progresistas) a las elecciones generales. En las de este año, los republicanos consiguen éxitos importantes en las comarcas donde está arraigada la tradición republicana como en Barcelona, l’Empordà y Reus, además de ganar muchos votos en las principales zonas industriales (Sabadell, Manresa, Sant Feliu de Llobregat) y en las agrícolas (Penedès, Garraf y Baix Camp) en donde se erigen en defensores de los rabasaires. La organización del republicanismo (Centres, casals, ateneus y fraternitats republicanes) está muy concentrado en la ciudad de Barcelona, con 45 centros, y en las más importantes ciudades catalanas.

MAURA elabora un proyecto de autonomía para la isla de Cuba, en el que se establece una nueva visión territorial, la celebración de elecciones y la creación de un consejo para las competencias de carácter interno que está presidido por un gobernador general, enviado de la metrópolis. El proyecto de autonomía de Cuba presentado por Antonio MAURA es rechazado por la mayoría del Congreso. El creciente malestar que reina en la isla, hacía aconsejable la adopción de una serie de medidas que callaran a la potente burguesía industrial azucarera y que, al tiempo, debilitara a los independentistas; así lo entendió MAURA pero no se puso en práctica.

En enero y febrero, sigue la fuerte polémica en distintos medios sobre la política de Sagasta en Cuba. Mientras, las gestiones del general Martínez Campos con los musulmanes permiten restablecer la normalidad en la zona y obtener una indemnización para España.

Inicio de un nuevo gobierno con Sagasta al frente.