El hijo de Felipe III el Atrevido, que reinará como FELIPE IV el Hermoso, hereda el trono de Francia (1285-1314). Desde el primer momento, FELIPE IV el Hermoso sólo tiene una ambición: aumentar las posesiones de la Corona y el poder regio. El monarca elige consejeros capaces y ambiciosos al servicio de su administración, de los que los más conocidos son Guillermo de Nogaret y Pierre Dubois. Juntos intentarán suprimir las limitaciones a la autoridad real. Se obligará a obispos, barones y ciudadanos a cooperar con el rey, bien sometiéndolos a la justicia real o demandando nuevos impuestos para la corona. El rey anexionará con éxito el Franco Condado, Lyon y zonas de Lorena, pero fracasará en su intento de controlar Flandes. Felipe consiguirá fortalecer el gobierno real, pero sus métodos arbitrarios socavarán el respeto que había conseguido la monarquía con sus antecesores. Este descenso de prestigio estará acompañado por una ruptura en la línea sucesoria: entre 1314 y 1328, cuatro hijos de Felipe IV -Luis X, Juan I, Felipe V y Carlos IV el Hermoso- subirán al trono sucesivamente y todos morirán sin dejar ningún heredero varón.
GUILLERMO de Nogaret (Consejero de FELIPE IV de Francia)
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Una nueva bula papal, la «Unam Sanctam», decide a FELIPE IV a procesar a BONIFACIO VIII.
La reacción de FELIPE IV a la bula papal «Unam Sactam» en la que cree ver una reafirmación del concepto de «monarca universal» que sin duda ostenta el pontífice, aunque sólo en lo espiritual, es el detonante para que el rey francés, aconsejado por GUILLERMO de Nogaret, se decida a pasar a la acción convocando, el 12 de marzo de 1303 una asamblea en el Louvre en la que, tras acusar a BONIFACIO VIII de herejía y simonía, se decide su procesamiento, encargando al consejero Guillermo de Nogaret su captura y traslado a París. Se lanzan sobre el Papa terribles acusaciones: que BONIFACIO es un hereje, que ha comprado su cargo, que no cree en la inmortalidad del alma, que ha matado a su predecesor, que tiene un demonio encerrado en su alcoba… Sobre la base de este batiburrillo de disparates, sus acusadores piden que el Papa sea depuesto y se proceda a una nueva elección.
Se trata por todos los medios de hacer que Bonifacio VIII abdique o que revoque las bulas.
Sometido BONIFACIO VIII a un trato indigno, tratan por todos los medios de hacerle abdicar o revocar las bulas, pero Bonifacio se niega a hacerlo. Ante su firmeza, sus raptores empiezan a debatir qué hacer con aquel hombre «obstinado». ¿Matarle? ¿Llevárselo secuestrado a Francia?… Felizmente, el cardenal Boccasini, uno de los pocos que no ha abandonado al pontífice, y que ha podido escaparse, informa a la población de lo que está sucediendo. La reacción popular no se hace esperar; el papa es de inmediato liberado y los franceses y sus colaboradores italianos -algunos Colonna- tienen que huir.
BONIFACIO VIII prepara la bula Super Petri solio en la que se excomulga al rey de Francia, FELIPE IV.
En decisión que lo define, el rey FELIPE IV de Francia ha enviado al mismo NOGARET a Roma con la orden de prender al papa y llevarlo a París para ser juzgado. BONIFACIO VIII es informado del plan y prepara la bula Super Petri solio en la que se excomulga al rey de Francia. Pero Nogaret también está bien informado del accionar del papa.
Guillermo de Nogaret captura al Papa Bonifacio VIII («Atentado de Anagni»).
Guillermo de NOGARET, ayudado por Sciarra Colonna y otros «gibelinos», hace una incursión relámpago en Anagni donde se encuentra el papa por ser su residencia veraniega y, en la fecha, captura al Papa BONIFACIO VIII («Atentado de Anagni»). «Aquí está mi cuello, aquí está mi cabeza» dice el pontífice a su secuestrador, cuando éste aparece con sus hombres en el salón del trono.
BONIFACIO VIII ha sido liberado pero no puede superar la dolorosa impresión de aquel incidente.
BONIFACIO VIII ha sido liberado pero no puede superar la dolorosa impresión de aquel incidente y pocas semanas más tarde, en la fecha, muere. Con su muerte, el poder temporal de los Papas empieza a debilitarse. Su pontificado representa el fin de la pretensión de dominio universal de la Iglesia Católica frente a los poderes monárquicos de las nacientes naciones de Europa. Las profecías de San Malaquías se refieren a este papa como Ex undarum benedictione (De la bendición de las olas), cita que hace referencia tanto a su nombre de pila, Benedetto, como al hecho de que en el escudo de armas de su familia aparecen unas olas. Después de Bonifacio VIII, sin embargo, sus sucesores conservaron fuerza espiritual y aún pudieron actuar utilizando a gobernantes seculares adictos, pero nunca más volvieron a reclamar verdadero poder sobre las naciones.
Es elegido nuevo Papa, BENEDICTO XI. Se levanta la excomunión del rey de Francia, FELIPE IV.
BENEDICTO XI -papa- (27.10.1303-7.7.1304). El cardenal Boccasini que ha acompañado a Bonifacio VIII cuando es secuestrado por Nogaret, es elegido para sucederle. Es dominico. Mucho más pacífico que su antecesor, su breve pontificado se inicia con la abolición de la excomunión dictada contra FELIPE el Hermoso de Francia, pero se niega sistemáticamente a perdonar a los autores materiales de la ofensa sufrida por su predecesor en Anagni, excomulgando tanto a Guillermo de Nogaret, consejero del rey francés, como a Sciarra Colonna.
Fallece el Papa BENEDICTO XI. Muere inesperadamente de forma sospechosa.
Fallece el Papa BENEDICTO XI. Muere inesperadamente de forma sospechosa, al parecer envenenado por orden de Guillermo de Nogaret. De sus ocho meses de pontificado, se conoce la anécdota de que su madre, pobre y viuda fue a visitarlo, para lo que se le vistió apropiadamente para ser recibida por el Papa. Éste al verla, protestó por no reconocer a la pía dama, humildemente vestida, a quien tanto quería. Fue beatificado en abril de 1736 por Clemente XII, su nombre se introdujo en el martirologio romano por disposición del Papa Benedicto XIV en 1748. Las profecías de San Malaquías se refieren a este Papa como Concionator patareus (El predicador de Patara), cita que hace referencia a su pertenencia a la Orden de los Predicadores.
FELIPE IV, rey de Francia, escoge a NOGARET, su fiel consejero, para que consiga un apoyo legal a sus acciones contra los templarios.
FELIPE IV el Hermoso, rey de Francia, escoge a NOGARET, su fiel consejero, para que reúna a doctos especialistas en teología y en derecho canónico para que den un apoyo legal a sus acciones contra los Templarios. Las más grandes injusticias siempre encuentran jueces y fiscales que al servicio del poder, por injusto que éste sea, den visos de legalidad a las más infames corrupciones.
El resultado del juicio -Bula «Rex gloriae»- es declarar a FELIPE IV inocente.
El resultado del juicio -Bula «Rex gloriae»- es declarar a FELIPE IV inocente de todos los actos de salvajismo ejercidos contra BONIFACIO, y hasta NOGARET es «disculpado» por haber sido el autor material del secuestro y tortura del papa; éste, por su parte, es declarado inocente del delito de herejía que se le ha imputado, pero culpable de obstinación. Mucho agrada este fallo a FELIPE, cuya codicia y avaricia son proverbiales, porque premia a la sede pontificia con cien mil florines «para sufragar los gastos del proceso