Enfrentamiento entre Alejandro y Arrio. CONSTANTINO interviene trata de conciliar ambas posiciones.


ALEJANDRO, Obispo de Alejandría, condena el arrianismo en su «Epístola Encíclica». ARRIO le contesta en términos similares. CONSTANTINO trata de conciliar ambas posiciones mediante cartas enviadas a los dos religiosos, y la mediación de Ossio de Córdoba. No en balde dice: «Considero la interna división de la Iglesia como más peligrosa que las guerras y las batallas». Al fin, ALEJANDRO, convoca, en la fecha, un Concilio en Alejandría, con la asistencia de más de cien Obispos de Egipto. Este Concilio anatematiza a ARRIO junto con sus discípulos. La comunicación de esta sentencia, a la que acompaña una violenta censura de EUSEBIO de Nicomedia, personalidad muy querida y respetada, provoca una conmoción en la Iglesia de Asia menor y de ÁFRICA, que amenaza con extenderse a Europa. ARRIO, viéndose expulsado de Egipto, se traslada a Palestina y finalmente a Nicomedia, reclutando seguidores.