Aragón y Castilla vuelven a mostrar sus apetencias sobre el territorio navarro.


A raíz del fallecimiento en noviembre de 1150 de García V Ramírez de Navarra, Aragón y Castilla vuelven a mostrar sus apetencias sobre el territorio navarro. Pero mientras el castellano mira a más largo plazo y prepara el control por medio de vasallajes y matrimonios, la política aragonesa es más radical y persigue, la anulación de Navarra como reino independiente y el reparto de sus tierras, lo que podría representar el fortalecimiento definitivo de la corona aragonesa. Estos cambios conducen a un nuevo pacto: ALFONSO VII y RAMON BERENGUER IV. Se reúnen en Tudején (Tudellén o Tudillén) y acuerdan el reparto de Navarra entre ambos. Tudején (despoblado cercano a Tudela), que pertenece a Castilla y hace frontera con Navarra y Aragón (de ahí el nombre que tomará después: Fitero, etimológicamente: hitero, de hito, mojón, muga o frontera). Este acuerdo representa para SANCHO VI de Navarra, una auténtica declaración de guerra.