FERNANDO III (Rey de Hungría, 1625)(de Bohemia, 1636)(Emperador SIRG)(1637-1657)

Total de piezas: 17

Intento de elección de FERNANDO, hijo del emperador del SIRG FERNANDO II, como Rey de Romanos.


El emperador del SIRG, FERNANDO II, convoca en 1630 una asamblea de electores sólo católicos en Ratisbona para que se nombre Rey de Romanos (o sea, sucesor en el trono del emperador) a su hijo mayor FERNANDO. Los enviados de RICHELIEU a la dieta, explotan hábilmente el descontento de los electores católicos, especialmente de MAXIMILIANO de Baviera, hacia el emperador. Éstos exigen la destitución de WALLENSTEIN -caudillo mercenario al servicio del emperador FERNANDO II contra los rebeldes protestantes y la intervención de sus aliados suecos y daneses- y la disolución de su ejército. Pero, después que el emperador da su conformidad, se niegan a elegir a su hijo como Rey de Romanos.

FERNANDO III de Habsburgo, se casa con María Ana, hija de FELIPE III de España.


FERNANDO III de Habsburgo, se casa el 20 de febrero de 1631 con María Ana de España, hija menor de FELIPE III de España y de Margarita de Austria (tía paterna de FERNANDO III), los cuales son primos terceros por línea masculina, descendientes de Felipe I de Castilla y Juana I de Castilla. Tendrán seis hijos.

Fernando II es sucedido por su hijo FERNANDO III, que es coronado nuevo emperador deL SIRG.


Fernando II es sucedido por su hijo FERNANDO III, rey de Hungría (1625), rey de Bohemia y de los Romanos (1636), que es coronado, en la fecha, nuevo emperador de Alemania (1637-1657). FERNANDO III, que ha contribuido a impulsar el asesinato de Wallenstein, empieza a pensar en la paz. Está claro que la crueldad de la Guerra de los Treinta Años, en la que cada bando piensa que su contrario tiene pacto con el demonio, está destruyendo Alemania sin beneficiar a nadie más que a Francia.

El emperador FERNANDO III se muestra ahora dispuesto a dejarlos en paz en toda Alemania.


El emperador FERNANDO III se muestra reacio a permitir la existencia de protestantes en su reino, pero ahora está dispuesto a dejarlos en paz en toda Alemania. Su opción por la paz se acentúa cuando los suecos, bajo el mando del competente general Lennart Torstenson, derrotan a los imperiales, en la fecha, cerca de Leipzig.

FERNANDO III da a todas las regiones de Alemania el derecho de conducir su propia política exterior


FERNANDO III, emperador del SIRG, da a todas las regiones de Alemania el derecho de conducir su propia política exterior (ius belli ac pacis). De este modo el Emperador trata de ganar a más aliados en las negociaciones con Francia y Suecia. Este edicto contribuye a la erosión gradual de autoridad imperial en el Sacro Imperio Romano.

JORGE I RÁKÓCZY, príncipe de Transilvania, obtiene del emperador FERNANDO III la PAZ DE LINZ (1645)


Aliado con suecos y franceses, JORGE I RÁKÓCZY, príncipe de Transilvania, ataca la Alta Hungría y obtiene del emperador FERNANDO III la “Paz de Linz” (1645) que reconoce la libertad de culto protestante en Transilvania.

FERNANDO III se casa con su segunda esposa María Leopoldina de Habsburgo-Médicis


En 1648, FERNANDO III se casa con su segunda esposa María Leopoldina de Habsburgo-Médicis, Archiduquesa de Austria. Ella es una hija de Leopoldo V, Archiduque de Austria y Claudia de Médicis. Ellos son primos segundos como los nietos por la línea masculina de Carlos II de Estiria, Archiduque de Austria y María Ana de Baviera. Tendrá un solo hijo:

Se firma la Paz de Westfalia que termina la “Guerra de los Treinta Años”.


En esta fecha, se firma en Münster, el segundo de los dos tratados que constituyen el Tratado de Westfalia -o la Paz de Westfalia- que rubrica el final de la “Guerra de los Treinta Años” (El primero es firmado el 15/5/1648 en Osnabruck). Las negociaciones correspondientes han tenido lugar, a lo largo de los pasados cinco años, en las localidades de Münster y Osnabruck, en la provincia alemana de Westfalia, al noroeste de Alemania. La “Guerra de los Treinta Años” ha sido el último conflicto significativo por causas religiosas. Unos ciento treinta años después de que Martín Lutero iniciara la Reforma, Europa se rendía por fin a lo inevitable: que el continente iba a quedar permanentemente dividido entre católicos y protestantes. El poder imperial es de hecho eliminado.