CONDADO DE CERDANYA (798 - 1462)

Total de piezas: 4

Fallece RADULFO, hermano de VIFREDO el Velloso. Besalú se incorpora al patrimonio del hijo de VIFREDO, MIRÓ II el Joven, conde de Cerdanya


A la muerte, en la fecha, de RADULFO, hermano de VIFREDO el Velloso, Besalú se incorpora al patrimonio del hijo de VIFREDO, MIRÓ II el Joven, conde de Cerdanya y, desde entonces, Besalú y Cerdanya forman el patrimonio principal de dicha rama secundaria de los descendientes de VIFREDO. Besalú será sede episcopal por breve tiempo, bajo el conde BERNAT Tallaferro. Posteriormente se agravarán los conflictos con los obispos de Urgell y de Girona.

El obispo de Urgell se convierte en soberano temporal de los valles de Andorra.


Con la expansión del condado de Urgell hacia el sur (Mur, Àger, Ponts, Balaguer, Guissona, Agramunt, etc.), donde había terrenos más fértiles, las zonas montañosas dejan de tener interés para BORRELL II, conde de Barcelona y de Urgell, por lo que, en la fecha, inicia un proceso de traspaso de los dominios andorranos al obispado de Urgell a cambio de posesiones dentro del condado de Cerdanya. El obispo de Urgell se convierte de esta manera en soberano temporal de los valles de Andorra.

Se procede a la división del patrimonio familiar y Oliba se convierte en conde de la Cerdenya.


El abuelo del abad Oliba de Ripoll era Vifredo el Velloso y sus padres los condes de Cerdanya y Besalú. Cuando tenía 18 años su progenitor renunció al condado, por lo que, junto con su madre y sus hermanos, tuvo que hacerse cargo de la gestión de su patrimonio. En el año de la fecha, se procede a la división del patrimonio familiar y Oliba se convierte en conde de la Cerdanya, el Conflent, Berga y Capcir.

Esta pieza también aparece en ... OLIBA (Abad del Monasterio de Ripoll y de Cuxá)

El segundo hijo de PETRONILA Y RAMON BERENGUER IV, PEDRO, heredará, en su momento, el condado de Cerdanya.


El segundo hijo de PETRONILA Y RAMON BERENGUER IV, PEDRO, en su momento, heredará el condado de Cerdanya y los derechos sobre Narbona, Beziers y Carcassona, aunque siempre como vasallo de su hermano mayor, el conde de Barcelona. A su tercer hijo, se le asigna el papel de posible heredero. Con la cláusula que los tres hijos habían de sucederse recíprocamente se establece una nueva atadura entre las diferentes posesiones de la familia.