El gobierno imperial de Constantinopla se encarga de imponer en sus territorios la doctrina ortodoxa (la «doctrina recta») de Calcedonia. Muchas provincias o regiones la rechazan para manifestar su independencia cultural y religiosa frente al imperialismo griego de Constantinopla. En Egipto, por fidelidad a Dióscoro y a Cirilo, los cristianos eligen el monofisismo como religión nacional de una Iglesia de lengua copta, mientras que los pocos calcedonianos se reclutan entre las minorías helenizadas cercanas al poder. Lo mismo sucede en Siria, donde el monofisismo se convierte en la religión de los cristianos de lengua siríaca (Iglesia Ortodoxa Siria o Jacobita, por Jacobo Baradeo uno de sus primeros líderes) y los calcedonianos reciben el nombre de imperiales. Los monofisitas introducen en la liturgia el credo de Nicea-Constantinopla para mostrar que son fieles a una tradición más antigua que las innovaciones de Calcedonia. Además, los enviados armenios, tampoco aceptarán la condena surgiendo la Iglesia Apostólica Armenia. La Iglesia Ortodoxa Malankara, la Iglesia copta etíope y la Iglesia copta Eritrea también seguirán doctrinas monofisitas. Otras iglesias seguirán el nestorianismo.

En 1884, Gran Bretaña y Francia, así como Italia, se establecen en la costa del mar Rojo, al noreste de Etiopía. El resultado es que, además de la Eritrea italiana, se forman las divisiones políticas conocidas más tarde como Somalia británica y Somalia francesa. Mientras tanto, en el interior de Etiopía se desarrolla una guerra civil entre JUAN IV y uno de los gobernantes de la provincia, MENELIK.

Italia gusta de considerarse una gran potencia europea, como Gran Bretaña, Francia, Alemania, Austria-Hungría y Rusia, pero es a todas luces la más débil. La incorporación de Tunicia por Francia en 1881 la ha humillado hondamente y por ello se ha unido a la Triple Alianza en 1882. La adhesión de Italia a la nueva alianza ha sido llevada a cabo por Agostino Depretis primer ministro durante la mayor parte de esta década. Depretis se muestra liberal en política interior, y extiende el derecho de voto ampliamente (1881). En el exterior es imperialista, y se dedica a buscar alguna región que aún no haya sido incorporada por las potencias más fuertes. Halla una en la costa africana del mar Rojo, y allí los italianos ocupan los puertos de Assab y Massawa en 1885. Posteriormente se constituirá la colonia de Eritrea, y se empezará a presionar para lograr el protectorado sobre Etiopía.

Italia ocupa y se anexiona el puerto de Massawa (Eritrea), y un área de la región del Cuerno de África que más tarde se convertirá en la Somalia Italiana.

JUAN IV vence a MENELIK, y en 1887 tratará de expulsar a los italianos de la costa eritrea, pero desistirá debido a las incursiones del Mahdi en Etiopía septentrional.

La historia contemporánea de Eritrea se inicia en 1889 con la ocupación italiana de esta región del norte de Etiopía. Aunque presentando todas las características del colonialismo, en este caso se acompaña de un desarrollo económico y político sin comparación con los países del entorno.

Eritrea es creada como entidad propia en 1890 por la política colonial italiana. Su nombre proviene de Marem Erythraeum, que es como los romanos llamaban al Mar Rojo. Italia la mantendrá hasta la segunda guerra mundial, con las mismas fronteras que tiene actualmente la República de Eritrea. Los italianos traen un gran desarrollo a la Eritrea italiana, desde la agricultura hasta las industrias básicas pasando por la infraestructura. La capital Asmara será teatro de un desarrollo arquitectónico (principalmente en Art Deco) que todavía hoy en día es admirado mundialmente. Hacia 1940 habrá cerca de cien mil colonos italianos en Eritrea, lo cual tendrá repercusiones en la arquitectura de algunas de sus ciudades y en la religión de sus habitantes.

Eritrea es creada como entidad propia en 1890 por la política colonial italiana. Su nombre proviene de Marem Erythraeum, que es como los romanos llamaban al Mar Rojo. Italia la mantendrá hasta la segunda guerra mundial, con las mismas fronteras que tiene actualmente la República de Eritrea. Los italianos traen un gran desarrollo a la Eritrea italiana, desde la agricultura hasta las industrias básicas pasando por la infraestructura. La capital Asmara será teatro de un desarrollo arquitectónico (principalmente en Art Deco) que todavía hoy en día es admirado mundialmente. Hacia 1940 habrá cerca de cien mil colonos italianos en Eritrea, lo cual tendrá repercusiones en la arquitectura de algunas de sus ciudades y en la religión de sus habitantes.

Desastre italiano en Adua (Eritrea, a la sazón provincia de Abisinia). El ejército del negus Menelik II derrota a los italianos y eritreos; las tropas huyen ala costa y son masacradas incluso por las poblaciones nativas, que se ceban con los rezagados. El Tratado de Addis Abeba pone fin al conflicto, pero siembra en Italia un afán de revancha.

El rey MENELIK II, que ya ha extendido su dominio a todo el reino, manifiesta claramente el 9 de febrero de 1891 que no considera que el tratado con Italia otorgue a esta nación protectorado alguno sobre Etiopía. Italia no lo ha entendido así, por lo que intenta apoderarse por la fuerza del país. Pero sufre una gran derrota y debe retirar su ejército. El 26 de octubre de 1896, Italia ha de firmar un tratado en el que reconoce la independencia etíope, lo que constituye para ella una devastadora humiIlación. MENELIK II debe resignarse a que los italianos permanezcan en la región de Eritrea. Etiopía establece después tratados con Francia y Gran Bretaña, por los que el dominio de estas potencias se limita a la costa, y por los que la independencia de la propia Etiopía queda reconocida.