El motín parece haber acabado. Pero CARLOS III no se fía y la noche del 25, contra la opinión de su madre, ISABEL de Farnesio, que le aconseja quedarse en Madrid y afrontar la situación, decide abandonar la capital y retirarse al Real Sitio de Aranjuez para ponerse a salvo. Toda la familia real abandona el palacio. Aquella salida nada tiene que ver con los habituales viajes de la corte. Se hace de noche y en secreto, utilizando pasadizos escondidos, hasta tomar los carruajes fuera de la puerta de San Vicente. El grupo se dirige sigilosamente a Aranjuez, donde el Rey ha enviado previamente a la Guardia Valona para hacerse cargo de su custodia. Es, pues, verdaderamente una huida.
REAL SITIO DE ARANJUEZ
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Se destierra al odiado Esquilache y se nombra al Conde de Aranda presidente del Consejo de Castilla.
Al día siguiente, al conocerse la noticia de la marcha de CARLOS III. Los madrileños se sienten ofendidos y desconcertados. Lejos de apaciguarse se sublevan de nuevo. Vuelven a ocupar las calles de la capital y a punto están de marchar sobre el Palacio de Aranjuez para enfrentarse con el Monarca. Para acabar con el conflicto se solicita la presencia real, pero CARLOS III se niega a regresar a Madrid. Pese a todo, la situación se va tranquilizando poco a poco. Aunque se resiste a ceder, el Rey tiene que hacer concesiones. La principal es el destierro del odiado Esquilache. En compensación, designa a un nuevo hombre fuerte de su total confianza, con la prudencia esta vez de elegir a un español. Se trata del actual capitán general de Valencia, el conde de Aranda, y le nombra presidente del Consejo de Castilla. Miembro de la aristocracia, pero convencido reformista, será la cuña de la misma madera que permitirá abortar los intentos de oposición de los privilegiados a la política de modernización preconizada por el Rey. La lectura en la Plaza Mayor de una carta del rey aceptando todas las demandas de los amotinados, apacigua la revuelta.
Muere en Aranjuez, según muchos a causa del disgusto, la reina madre Isabel de Farnesio.
La crisis originada por el caso de Esquilache, deja graves secuelas, en primer lugar en la propia familia real. Es fatal para la reina madre, ya anciana, que cae enferma y muere en Aranjuez, según muchos a causa del disgusto. Y CARLOS III ya no volverá a ser el mismo. Pierde la confianza que tenía en su pueblo y, aunque es un hombre valiente, como ha demostrado en el campo de batalla, a partir del motín el temor a otros alzamientos similares no le abandonará nunca.
CARLOS III elimina el catalán de la enseñanza primaria y secundaria por una Real Cédula.
Así como Felipe V había eliminado el uso oficial del catalán, CARLOS III lo elimina de la enseñanza primaria y secundaria por una Real Cédula fechada en Aranjuez en 23 de junio de 1768. Según la cédula, la medida ha de servir para «extender el idioma general de la Nación, para su mayor armonía y enlace recíproco» y responsabiliza a las autoridades judiciales del control de su cumplimiento. En los años siguientes se sucederán las prohibiciones en otros ámbitos, por ejemplo, en el de la redacción de libros mercantiles (Cédula de CARLOS III de 24/12/1772). Tales medidas no conseguirán la total desaparición de la lengua catalana, que incluso será vehículo de notables creaciones literarias. La actuación de CARLOS III en este tema se entiende como una respuesta a las reivindicaciones lingüísticas contenidas en el «Memorial de Greuges» presentado por los súbditos de la Corona de Aragón en 1760.
Tratado de Aranjuez por el que queda fijada la frontera entre Haití y Santo Domingo.
En la fecha, por el Tratado de Aranjuez -firmado entre España y Francia-, queda fijada la delimitación entre la colonia francesa de Saint Domingue (Haití) con capitalidad en Puerto Príncipe y la española Santo Domingo cuya principal ciudad es Santo Domingo. El límite exacto de estos territorios no es establecido con exactitud por lo que permanecerá cuestionado hasta 1929.
Para su entrada abierta en el conflicto de Norteamérica, España firma con Francia el Tratado de Aranjuez.
Para su entrada abierta en el conflicto de Norteamérica el gobierno español ha firmado el llamado Tratado de Aranjuez, acuerdo secreto con Francia sellado en Aranjuez el 12 de abril de 1779. A la larga esta decisión tendrá repercusiones negativas ya que, aunque se lucha contra el ancestral enemigo británico, fomenta un ejemplo que seguirán los territorios españoles de América en no mucho. Más tarde Holanda también se unirá a la coalición formada por España y Francia, con ambiciones de ganar posiciones por el dominio de los mares. Francia promete a España su ayuda en la recuperación de Menorca, Mobile, Pensacola, la bahía de Honduras y la costa de Campeche y asegura que no concluirá paz alguna que no suponga la devolución de Gibraltar a España. Esto provocará que los británicos tengan que desviar a Gibraltar tropas destinadas en un principio a las colonias de América.
CARLOS III de España aprueba una nueva bandera y gallardete para las Marinas de Guerra y Mercante.
En un RD dado en Aranjuez el 28/5/1785, CARLOS III aprueba una nueva bandera y gallardete para las Marinas de Guerra y Mercante -propuesta por el Almirante Frey-, sustituyendo así a la de la casa reinante que era de color blanco. La bandera está diseñada en tres listas horizontales, dos rojas y una amarilla gualda en el medio, de doble anchura, colocándose en ésta el Escudo de las Reales Armas de CARLOS III reducido a dos cuarteles de Castilla y León con la Corona Real encima. CARLOS III tomó para la armada la bandera de la Corona de Aragón, ya que en el Mediterráneo los navíos confundían las banderas blancas con pequeños escudos de los diferentes reinos borbónicos. Eligió sus colores porque la combinación de ambos destacan y son muy visibles desde lejos, sin que puedan confundirse con otros pabellones enarbolados por otros bajeles en la mar. Con el tiempo, esta enseña de la marina se acabará tomando como bandera nacional. En efecto, hasta 1908 prácticamente se usará como bandera militar
Convenio de Aranjuez: España pone su armada al servicio de NAPOLEÓN en la guerra contra Inglaterra.
España, temiendo el poder de Francia, pone la armada española al servicio de NAPOLEÓN en la guerra contra Inglaterra, firmando, en la fecha, el Convenio de Aranjuez.
España y Francia, en virtud del Convenio de Aranjuez, suscriben un tratado de invasión de Portugal.
Debido al incumplimiento portugués del bloqueo continental decretado por Francia contra Gran Bretaña, España y Francia, en virtud del Convenio de Aranjuez, suscriben un tratado de invasión de Portugal, para obligar a este país a romper la Alianza Luso-Británica y a cerrar sus puertos a la navegación Británica. Así, pues los antecedentes de este enfrentamiento hay que buscarlos en la política exterior francesa, enfrentada a Inglaterra. Ésta, además de una gran flota, disfruta de una posición envidiable en la península ibérica, al dominar Gibraltar y tener como aliada a Portugal, que le cede el uso de sus puertos, circunstancia a la que desea poner fin NAPOLEÓN. Para ello, apela el emperador francés al Tratado de San Ildefonso (1800), que establece el compromiso de ayuda mutua entre Francia y España, esgrimiendo el peligro que para Francia, aliada de España, supone la influencia y presencia británicas en Portugal. CARLOS IV de España trata de solucionar pacíficamente el problema, enviando cartas a su hija Carlota Joaquina y a su yerno Juan, regente de Portugal. Pero ante su escaso éxito y bajo las presiones francesas declara la guerra a Portugal el 27/2/1801.
Una vez eliminado el Gran Ducado de Toscana, NAPOLEÓN crea el Reino de Etruria.
Una vez eliminado el Gran Ducado de Toscana, NAPOLEÓN crea, en la fecha, por el Tratado de Aranjuez, el Reino de Etruria (se corresponde geográficamente con la actual Toscana). Estado satélite que existirá entre 1801 y 1807. En el contexto de las Guerras Napoleónicas, el duque Fernando III de Toscana es despojado por la firma del Tratado de Lunéville el 9 de febrero de 1801, si bien el país está en manos del gobierno provisional establecido por los franceses, el 27 de noviembre de 1800.