CHURCHILL y los británicos están preocupados por el futuro de Siria que se encuentra en manos del complaciente gobierno de Vichy que plantea una posible amenaza para los valiosos reecursos petrolíferos de la zona. Con la atención de HITLER distraída por la guerra en la Unión Soviética, los alemanes, en realidad, no tienen planes inmediatos para operar en Oriente Medio y hace mucho que han retirado sus aviones de la zona. Pero CHURCHILL no puede dejar un flanco abierto tan cerca de los imprescindibles pozos de petróleo. Por eso, en la fecha, los británicos y las fuerzas de la Francia Libre invaden Siria desde Irak y Palestina. La lucha resulta confusa, porque los británicos y la Francia Libre combaten contra una resistencia bastante dura de las fuerzas de la Francia de Vichy de la zona. La batalla durará cinco semanas, con antiguos compañeros de armas luchando encarnizadamente unos contra otros. Tras el armisticio de San Juan de Acre quedará definitivamente en manos británicas.

ROOSEVELT congela los fondos del Eje en EEUU.

A pesar de los informes de sus propios agentes de inteligencia, y de los británicos, sobre un ataque inminente, STALIN se niega a creerlos. La agencia rusa de noticias TASS emite, en la fecha, un comunicado que dice así: «Ante los absurdos rumores, los organismos responsables juzgan necesario afirmar que son pura propaganda lanzada por las fuerzas contrarias a la URSS y a Alemania, con el fin de extender e intensificar la guerra».

Alemania y Turquía firman un tratado de amistad.

Para Alemania es importante aplastar a la Unión Soviética antes de la llegada del invierno. Eso hubiera sido posible en caso de iniciar la invasión el 22 de abril, pero no resulta tan evidente comenzándola el 22 de junio. A HITLER, sin embargo, no le caben dudas. Está seguro de que la Unión Soviética se colapsará antes del invierno. Tanto, que ni siquiera ha hecho planes para una campaña de invierno y no se ha preocupado de que a sus hombres se les provea de ropa de abrigo y a los vehículos, de anticongelantes. HITLER, embriagado por el éxito, cree que le basta con desear para conseguir. Y ello a pesar del fracaso en la batalla de Inglaterra.

A las tropas alemanas se suman las rumanas, finlandesas, húngaras y eslovacas. Las italianas y los voluntarios españoles se les unirán más tarde. Las autoridades rusas son cogidas por sorpresa, aun después de las advertencias de la inteligencia británica y de su propio servicio secreto en Alemania. Inmediatamente los ingleses se declaran aliados de Rusia.

Se produce un incidente entre el barco de guerra americano «Texas» de Estados Unidos y el submarino alemán U-203 a cargo de Rolf Mötzelburg. A raíz de este incidente se prohíbe a los submarinos alemanes atacar a los barcos de guerra americanos, incluso si aparecen en el área de bloqueo de Gran Bretaña.

Alemania quiere que el Vaticano denomine a esta invasión «cruzada contra el bolchevismo», y la contestación vaticana, con su negativa, es otra lista de agravios, que se añade a la que acaba de formular el episcopado alemán tras su reunión de Falda. A la vez, la Santa Sede considera la posibilidad de formular una condena pública. Al principio, decide amagar. Por un tiempo, por desgracia breve, parece surtir efecto. Más adelante, ya no le importa a Alemania, y en el Vaticano se llega a la conclusión de que no servirá para nada.

El Pacto germano-soviético se rompe cuando, en la fecha, HITLER ordena el ataque nazi contra la Unión Soviética. Se empieza a abrir paso la Operación Barbarroja. Tres millones de soldados alemanes y sus aliados cruzan la frontera soviética y avanzan a lo largo de todo el frente. Si Italia no hubiera invadido Grecia haciendo allí un triste papel, HITLER, utilizando a Hungría, Rumania y Bulgaría, hubiera lanzado su ofensiva en abril o mayo. La necesidad de hacerse con Grecia, a donde el fracaso italiano había atraído a tropas británicas y estimulado el levantamiento de los yugoslavos contra los alemanes, costó dos meses de lucha. Así pues, Alemania no estuvo en condiciones de emprender la aventura soviética hasta la segunda mitad de junio. ¿Tendrá eso importancia? La tendrá, en efecto.

La ofensiva alemana contra la Unión Soviética -operación Barbarroja- ofrece un respiro a los ejércitos británicos. Ciento dieciocho divisiones de la Wehrmacht atacan del Báltico al mar Negro. Al invadir la Unión Soviética, el Ejército alemán es seguido por brigadas de la muerte formadas especialmente, las cuales ejecutarán a casi un millón de judíos e «infrahumanos» en el territorio ruso ocupado. Se construyen centros de exterminación para matar a poblaciones enteras: millones de judíos y miles de gitanos y prisioneros soviéticos serán ejecutados. Aunque hay colaboradores en los territorios ocupados que ayudan a los nazis, la resistencia a su política es importante. Antes de la ocupación alemana, Bulgaria, Hungría, Finlandia e Italia rechazan deportar judíos; existe una actividad guerrillera general en los territorios ocupados, y se producen levantamientos armados de judíos en Tarnów, Radom, Bedzin, Bialystok y otros lugares, así como en el campo de Sobibor.