Satisfaciendo la antigua pretensión de verse incluido entre las grandes potencias, Japón es invitado a participar como uno de los «cinco grandes» en la convención de paz de Versalles, donde se le reconocerá el control de Shandong y las antiguas posesiones germanas en el Pacifico y le será concedido, además, un sitio en el consejo de la Sociedad de naciones (Liga de Naciones).

En virtud del Tratado de Versalles, Polonia consigue el acceso al Mar Báltico, aunque Gdansk se convierte en una Ciudad Libre.

La paz se ha restablecido en Europa con el trágico balance de cuatro imperios hundidos o disueltos: Alemania (dinastía Hohenzollern), Austria-Hungría (Habsburgo), Rusia (Romanov) y poco después la Turquía otomana, con los vencedores franco-británicos maltrechos y Rusia convertida en el primer estado formalmente comunista de la historia, tras la revolución bolchevique de 1917. El Tratado de Versalles y los siguientes de Saint Germain, Trianon, Sevres y Neuilly modificarán las fronteras en el centro del continente y en el Oriente Próximo en favor de los estados vencedores y de sus aliados. El triunfo de los aliados se identifica, por otra parte, en el campo de los vencedores con el de la democracia. De hecho, Estados Unidos justifica su intervención en la guerra europea para luchar por la «revolución democrática mundial».

El clamor alemán ante la excesiva severidad del Tratado de Versalles tiene su eco, dentro de los países victoriosos, entre grupos germanófilos y pacifistas que desde el primer momento se han manifestado en contra de la guerra. Casi todos los grupos llamados liberales denuncian el Tratado y muchos de ellos abogan por la reducción de las reparaciones y la devolución de las colonias.

El 15 de junio de 1920, el norte de Schleswig fue oficialmente reunificado con Dinamarca (Jutlandia Meridional) gracias al Tratado de Versalles, al final de la Primera Guerra Mundial en 1918. El resto de Schleswig permaneció como parte de Schleswig-Holstein, ahora como provincia del Estado Libre de Prusia.

El presidente de Alemania Von HINDENBURG nombra canciller al teniente general von SCHLEICHER. Alemania acepta volver a la Conferencia de Desarme cuando los representantes de Gran Bretaña, Francia, Italia y los EEUU. se avienen a sustituir la parte V del Tratado de Versalles por una nueva convención.

De acuerdo con las manifestaciones efectuadas, en la fecha, por el mariscal Goering, las fuerzas aéreas alemanas, prohibidas por el Tratado de Versalles, igualan a las de cualquier nación y se componen en su totalidad de aviones modernísimos.

En Alemania, el nacional-socialismo, en el poder desde 1933, da el primer paso vulnerador del Tratado de paz de Versalles después de la Primera Guerra Mundial, procediendo, en la fecha, a la ocupación y consiguiente remilitarización de Renania, desmilitarizada por el Tratado de paz de Versalles, construyendo la «Línea Sigfr¡do» como réplica de la «Maginot» francesa. HITLER no está de acuerdo con lo acontecido en la Cámara francesa el 27 de febrero de 1936 (Tratado de Mutua asistencia con la Unión Soviética). Renania es una franja de 48 km al este del Rin (incluye Colonia, Dusseldorf y Bonn). La violación del Tratado de Versalles permite declarar la guerra a Alemania. Pero ni Gran Bretaña ni Francia reaccionan ante este primer signo de agresividad.

La Segunda Guerra Chino-japonesa supone la culminación de la tensión creciente entre China y Japón, que se remonta a la anterior guerra entre los dos países. Tras la Primera Guerra Chino-japonesa, Japón incorpora Taiwán a su territorio, y los planes expansionistas de Japón continúan durante el principio del siglo XX. Al final de la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles (1919) concede a Japón numerosos privilegios comerciales en China, que causan un gran resentimiento entre la población china, que desemboca en las protestas populares del Movimiento del Cuatro de Mayo en ese día del año 1919. A partir de 1931, Japón establece el estado títere de Manchukuo en Manchuria, ante la impotencia de la República de China, gobernada por el Kuomintang, que parece incapaz de garantizar la integridad territorial del país.

En el IX Congreso del Partido Nacionalsocialista (Nuremberg), HITLER dice: ¡El Tratado de Versalles ha muerto!