El día 7 de mayo se recupera la normalidad, con las calles de Barcelona controladas por guardias de asalto y carabineros. Unas 300 personas han perecido en los enfrentamientos.

En Barcelona, a partir de mediados de 1937 se agrava la penuria alimentaria y se generaliza el racionamiento. Se hace difícil, en efecto, conseguir algunos productos (como la leche, el azúcar, la carne, el pescado o el pan blanco) y la población se alimenta de «farinetes», moniatos, verduras y de carne de caballo.

El Gobierno de Euzkadi con AGUIRRE como presidente, fija su sede en Barcelona.

Los franquistas intensifican los ataques aéreos sobre Valencia, sede del gobierno de la República y sobre Barcelona, su cinturón industrial, y las ciudades fabriles como Sabadell, Terrassa y Manresa.

En la fecha, el gobierno de la República, presidido por Juan NEGRÍN, se instala en Barcelona, porque es una ciudad militarmente más segura que Valencia (donde se ha instalado el gobierno a final de 1936). En realidad, sin embargo, parece que el gobierno quiere controlar más de cerca a Catalunya, ya que considera que los catalanes están actuando por su cuenta durante toda la guerra. Este hecho comporta durante todo el año 1938 una pérdida progresiva y muy intensa de importancia, tanto de las instituciones autonómicas anteriores al inicio del conflicto, como de las configuradas posteriormente al 19 de julio. Barcelona caerá antes que Valencia.

Bombardeo de Barcelona por parte de la Aviación nacional. La vida cotidiana en Barcelona quedará muy condicionada por la psicosis de terror provocada por estos bombardeos.

Barcelona, capital de la República desde noviembre de 1937, es bombardeada en diversas fechas -a lo largo del mes de enero-  por la aviación franquista, provocando muchos muertos y heridos entre la población civil. Al parecer, alguna de estas acciones han sido ordenadas, actuando por su cuenta y riesgo, por el mando italiano. Los ataques que estaba sufriendo Barcelona, motivó que las Fuerzas Aéreas de la República Española (FARE), bajo las órdenes directas de Ignacio Hidalgo de Cisneros, bombardearan como represalia (versiones contradictorias) las principales ciudades de la «España Nacional»: Salamanca, sede del Cuartel General del «Generalísimo» Franco desde donde «salen órdenes para tanta matanza«, el 21 de enero (hubo 8 muertos y 7 heridos graves); Sevilla el 23 (11 muertos y 23 heridos); y Valladolid el 25 (14 muertos y 70 heridos).

En febrero de 1938 se recibe en Burgos una nota de Prieto – entonces ministro de Marina y Aire – proponiendo el cese de los bombardeos de ciudades por ambos bandos. Sea porque crea que se trata de una maniobra propagandística, o porque piensa que tiene menos que perder, la respuesta de FRANCO es que allá donde exista industria de guerra se seguirá bombardeando.

El día 16 de marzo de 1938, la actividad aérea sobre Barcelona alcanza una intensidad nunca vista hasta entonces. Los aviones franquistas, Heinkels «Zapatones» van entrando agrupados en patrullas, al principio, o en parejas, después, para lanzar su mortífera carga en pleno casco urbano. Continúan el bombardeo durante todo el día 16 de marzo y hasta la tarde del 18. Lo hacen con intervalos aproximados de unas tres horas entre cada incursión, habiéndose realizado en total diecisiete misiones. Al no encontrar oposición eficaz antiaérea o aérea efectúan los bombardeos a más baja altura y velocidad, 400 m y 140 km/h respectivamente, espaciando deliberadamente las bombas y arrojándolas sin objetivo determinado alguno.

En el bombardeo de los franquistas sobre Barcelona, en la fecha, parece ser que el objetivo no era el de destruir la ciudad, pues hubiesen utilizado bombardeos masivos y con bombas de la máxima potencia para ello. Hacían, justo lo contrario: Bombardeos con pocos aviones, dos o tres, prolongando la alarma, espaciando la suelta de bombas de mediana potencia y, eso sí, haciéndolo con frecuencia. Así durante más de 50 horas seguidas. Se trataba sin duda de paralizar por el terror a toda una ciudad de un millón de habitantes. Resultaron muertas unas 1.300 personas y heridas otras 2.000.