JULIO CÉSAR (Dictador romano)

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En Roma, se teme que CÉSAR, del partito plebeyo, haga valer su influencia para favorecer al pueblo.


Mientras tanto, en Roma, los conservadores del partido patricio temen que CÉSAR, del partido plebeyo, haga valer su influencia para favorecer al pueblo, por lo que se alían a la desesperada con POMPEYO, a su vez lo bastante celoso de CÉSAR como para prestarse a ser utilizado como antagonista suyo. De hecho, CÉSAR y POMPEYO están distanciados, tanto por el carácter y tendencias políticas como por sus comunes deseos de imponerse a los demás. POMPEYO, en consecuencia, no puede tolerar que le haga sombra su rival JULIO CÉSAR, el conquistador de las Galias.

Se da el ultimatum senatorial encargando a POMPEYO la defensa de la República frente a CÉSAR.


Se da el ultimatum senatorial por el que se encarga a POMPEYO -del partido conservador- la defensa de la República frente a CÉSAR. Éste constituye, actualmente, el mayor peligro. CÉSAR recibe la orden del Senado en el sentido de que disuelva las legiones y se persone en Roma si quiere presentar su candidatura para un segundo consulado. CÉSAR comprende las intenciones del Senado y sabe que si obedece, lo más probable es que lo procesen con cargos amañados y lo ejecuten. Después de largas conversaciones, a través de sus representantes en Roma, CÉSAR se muestra dispuesto a plegarse a las exigencias del Senado si POMPEYO renuncia a su gobierno de las dos provincias de Hispania (Citerior y Ulterior) y resigna el mando de sus tropas. POMPEYO se niega en redondo a tal acuerdo.

CÉSAR entiende la medida del Senado como una declaración de guerra.


CÉSAR se convence, de que quieren privarle del apoyo de su ejército y entiende la medida del Senado como una declaración de guerra, así que el día 11 toma la decisión de su vida. Por la mañana, ordena a la legión que previsoramente ha hecho venir a Rávena que se adelante y tome posiciones a la orilla del Rubicón. Al hacerse de noche, acompañado por sus amigos más fieles, se dirige hacia la frontera. Aquí se produce el prodigio (que cuenta Suetonio en “Vidas de los doce césares”): un hombre de talla y hermosura extraordinarias (un dios, sin duda) cruza el río a toque de trompeta delante de ellos, como abriéndoles paso. Éste hecho provoca la grave decisión de marchar sobre Roma. Para ello, CÉSAR debe cruzar con sus tropas el río Rubicón, pero está prohibido a cualquier magistrado atravesarlo al frente de un ejército sin consentimiento del Senado. (En este prodigio se ve como el romanticismo ahondó el halo legendario que envolvía a César)

Esta pieza también aparece en ... ROMA (REPÚBLICA) (509 aC - 27 aC)

CÉSAR da la orden famosa: “Iacta alea est (la suerte está echada)”


Al alba del día siguiente, 12 de enero, CÉSAR da la orden famosa: “Marchemos hacia donde nos llaman los signos de los dioses y la iniquidad de los enemigos. Iacta alea est (la suerte está echada)”. La reacción de los soldados es una aclamación unánime. Al frente de sus hombres, CÉSAR, que no admite la autoridad de POMPEYO, cruza el Rubicón marchando hacia Roma que será abandonada por POMPEYO al no tener sus legiones en Italia. Se inicia la Guerra Civil entre POMPEYO y JULIO CÉSAR (49-45 aC.). Desde entonces “cruzar el Rubicón” tiene el significado de dar un paso irrevocable. (La frase “Iacta alea est” -habitualmente traducida como “la suerte está echada”, sería la traducción de una expresión griega que significa literalmente “los dados han sido echados” o “lancemos el dado”.)

POMPEYO huye de Roma a Brindisi, embarcándose hacia Grecia, allí las legiones le apoyarán.


POMPEYO, que no dispone de sus legiones y, por otra parte, no se atreve a enfrentarse a CÉSAR y a sus legiones, endurecidas en la batalla, huye de Roma a Brindisi, embarcándose hacia Dyrrhachium (Grecia), donde sabe que las legiones de Oriente habrán de apoyarle. Le acompañan la mayoría de los senadores, entre ellos CICERÓN, y otros elementos conservadores.

Para poder neutralizar a Pompeyo, César decide atacar donde su adversario tiene más soporte, Hispania.


Para poder neutralizar a POMPEYO, CÉSAR decide atacar, por vía terrestre, donde su adversario tiene más soporte, Hispania. Las legiones de CÉSAR, que provienen de las Galias, cruzan los Pirineos y derrotan, en la fecha, a los generales pompeyanos, Afranio y Petreyo, en Ilerda (Hispania), en la batalla del Segre o batalla d’Ilerda. Las tropas de CÉSAR siguen hasta Gades (Cádiz) pero CÉSAR regresa a Roma para perseguir a POMPEYO. Por el camino ocupará Marsella, tras un terrible asedio.

Pompeyo necesita dinero para ganarle la guerra a César. Se fija en Egipto cuyo rey le debe el trono.


POMPEYO debe rehacer su ejército si quiere ganar la guerra que tiene abierta contra CÉSAR. Para acometer tal empresa solamente necesita dinero. ¿Dónde conseguirlo? POMPEYO se fija en Egipoto. Egipto no es ya lo que fue en tiempos de los faraones. En el siglo I se ha convertido en un satélite de Roma gobernado por un débil rey -TOLOMEO XIII- que debe su trono a POMPEYO. Ha llegado el momento de pasarle factura… En la fecha, llega a Alejandría.

En su persecución de POMPEYO, CÉSAR llega a Egipto dejando fuera de combate al ejército egipcio.


En su persecución de POMPEYO, CÉSAR llega a Egipto ayudado por tropas hebreas -que en agradecimiento disfrutarán, posteriormente, de ciertos privilegios: exención del culto oficial y del servicio militar-. TOLOMEO le envia a CÉSAR un lujoso cofre, con la cabeza y el anillo de su rival Pompeyo. El hecho produce un efecto opuesto, ya que CÉSAR disgustado, le depone y pretende castigar a los criminales. TOLOMEO XIII sale huyendo del campamento y trata de refugiarse en una nave, mas perece ahogado sin poder conseguirlo. CÉSAR consigue, en la fecha, dejar fuera de combate al ejército egipcio. En estas acciones se incendia la Biblioteca de Alejandría.

César persiguiendo a Pompeyo se encuentran en Farsalia. Luchan y vence César. Pompeyo huye.


CÉSAR, desde Roma se dirige a Brindisi, y desde allí salta a Epiro para sitiar Dyrrhachium donde se encuentra su enemigo. Pero POMPEYO se escapa y ambos generales, en la fecha, vuelven a encontrarse en Farsalia, en la Tesalia meridional. César vence consiguiendo que se rindan 20.000 pompeyistas, pero POMPEYO logra de nuevo escapar.

Aparición de CLEOPATRA en su primer encuentro ante CÉSAR envuelta en una alfombra.


Parece ser que CLEOPATRA se encuentra acampada más allá de Pelusio y las tropas de su hermano TOLOMEO XIV le impiden avanzar. Una noche CLEOPATRA atraviesa las líneas enemigas y consigue que un barquero la lleve hasta Alejandría. CÉSAR se encuentra en sus aposentos cuando se le comunica que ha recibido un regalo: un alfombra. Cuando esta es desenrrollada, ante los ojos de aquel cincuentón aparece una jovencita de veinte años con el grado justo de desaliño. Es la mismísima CLEOPATRA.