Nace en Alejandría CLEOPATRA de la dinastía lágida, ptolemaica. Es hija del incompetente TOLOMEO XII, rey de Egipto, que ha tenido que poner los recursos del país en manos de Roma para afianzarse en el poder. Definir la personalidad de la que posteriormente será reina CLEOPATRA VII, será difícil por la descarada intromisión de una propaganda hostil en los testimonios de que se dispone y por la creación de un mito alrededor de su figura que deformará por completo el personaje real. La imagen legendaria procederá del relato del escritor griego Plutarco y de su posterior recreación por William Shakespeare, y desembocará en las modernas versiones novelescas y cinematográficas. De hecho, no se sabe exactamente en que año nació CLEOPATRA. Sólo a partir del apunte del historiador romano Plutarco, en que indica que se suicidó a los 39 años, se deduce que llegó al mundo en 70 ó 69 aC. Tampoco se sabe quien fue su madre, puesto que TOLOMEO XII, según algunas fuentes, tuvo solamente una hija legítima, Berenice IV, nacida de su esposa Cleopatra V.

CLEOPATRA presencia las primeras maquinaciones de la corte en Egipto cuando su padre, TOLOMEO XII, se ve, en la fecha, en la necesidad de ceder a Roma la última posesión exterior lágida, la isla de Chipre, por temor a que se haga efectivo el testamento de su efímero antecesor, TOLOMEO XI, quien, según el Senado romano, ha legado en secreto el reino de Egipto a Roma. La actitud de TOLOMEO XII le cuesta el trono, pues la población de Alejandría, airada por la cesión de Chipre, le expulsa de la ciudad. Se exilía en Roma y el poder queda en manos de su primera hija, Berenice.

Con la ayuda del gobernador romano de la provincia de Siria, instigado por POMPEYO, el rey de Egipto, TOLOMEO XII, recupera, en la fecha, el trono y pasa a sangre y a fuego a sus enemigos, incluida su hija Berenice. En Roma, POMPEYO queda como el protector oficioso de la dinastía lágida.

A la muerte de TOLOMEO XII, rey de Egipto, empieza a reinar su hijo TOLOMEO XIII quien, como es preceptivo, se desposa con una de sus hermanas, en este caso CLEOPATRA VII con dieciocho años de edad pasando a ocupar el segundo lugar en la jerarquía egipcia. CLEOPATRA, la más célebre reina egipcia con este nombre, no tiene ni una gota de sangre egipcia, es griega (macedónica), a pesar de ser reina de Egipto, cuya capital es Alejandría, una ciudad helenística, aun estando en territorio norteafricano. Será la última representante de la dinastía de los Tolomeos lágidas. Según las monedas de que se dispone, su nariz es prominente y espantosa, y su cuello presenta una gran papada. Es, por tanto, mucho menos agraciada de lo que posteriormente se dirá, pero no menos astuta, cultivada e inteligente. El idioma de su corte es el griego. Reina junto con su hermano y marido TOLOMEO XIII. Destacada figura femenina de la antigüedad, intentará afirmar la independencia de Egipto ante Roma.

Para una muchacha de 18 años, con una cultura e inteligencia que ensalzarán incluso los poco favorables cronistas romanos, no debe resultar fácil ser la comparsa de un marido de apenas 11 años. Así, en Egipto, CLEOPATRA no resulta fácilmente manejable para la camarilla que controla el gobierno, por lo que el jefe del Ejército, Aquilas, y el ministro de Hacienda, el eunuco Potino, deciden destronarla y casar a TOLOMEO XIII con su otra hermana, Arsinoe, que parece más dócil. Poco se sabe de la lucha fratricida, pero CLEOPATRA sale derrotada y ha de exiliarse hacia oriente, seguramente a Siria acompañada de sus fieles más íntimos.

Parece ser que CLEOPATRA se encuentra acampada más allá de Pelusio y las tropas de su hermano TOLOMEO XIV le impiden avanzar. Una noche CLEOPATRA atraviesa las líneas enemigas y consigue que un barquero la lleve hasta Alejandría. CÉSAR se encuentra en sus aposentos cuando se le comunica que ha recibido un regalo: un alfombra. Cuando esta es desenrrollada, ante los ojos de aquel cincuentón aparece una jovencita de veinte años con el grado justo de desaliño. Es la mismísima CLEOPATRA.

La muerte de Pompeyo hace desaparecer la causa pública que justifica la presencia de CÉSAR en Egipto. Pero CÉSAR se queda, en una decisión controvertida y criticada desde Roma. Los historiadores antiguos lo atribuirán a los irresistibles encantos de CLEOPATRA. Mas bien parece que CÉSAR quiere que la rica Egipto le ayude financieramente, como antes lo ha hecho con Pompeyo. La tensión en que se encuentra el país le obliga a convertirse en amo y señor si quiere asegurarse este soporte. Por otra parte, está claro que para sobrevivir políticamente CLEOPATRA tendrá que contar con la colaboración de Roma y con su asentimiento. Su alianza con JULIO CÉSAR se explicará desde esta perspectiva con independencia de los recursos que CLEOPATRA utilice para llevarla a cabo y de la posible interferencia de sentimientos que resulltarán dificiles de valorar.

JULIO CÉSAR se dirige desde Egipto a Siria para enfrentarse a FARNACES II, rey del Ponto, que se atreve ahora a desafiar a Roma disputándoles Armenia Menor y Capadocia.

A CÉSAR y CLEOPATRA les nace un hijo, TOLOMEO CESARIÓN, o sea, pequeño César.

CÉSAR decide, pues, poner en orden las disputas dinásticas y erigirse en árbito del conflicto egipcio. Muertos Potino, Aquilas y el propio Tolomeo XIII, CÉSAR interviene, en la fecha, en la disputa por el trono egipcio a favor de la reina CLEOPATRA, hija de TOLOMEO XII, y de otro de sus hermanos, el más joven de ellos, TOLOMEO XIV, de trece años de edad, con quien ha de casarse siguiendo la costumbre egipcia y la decisión de CÉSAR. Ahora, sin embargo, tal como atestiguan las inscripciones de la época, se sitúa a CLEOPATRA en primer lugar. Es, en definitiva, la auténtica reina de Egipto porque constituye la apuesta de JULIO CÉSAR. A la menor de las hijas de TOLOMEO XII, Arsinoe, en cuyo nombre ha iniciado su tiránico reinado Ganómedes, la manda expulsar del reino enviándola a Roma.