DOMICIANO, hermano del malogrado Tito, es proclamado emperador romano (81-96). Parece que, irremediablemente, el poder corrompe la sangre de sus gobernantes. Las dinastías que comienzan con buenos augurios, acaban degenerando en gobiernos despóticos. Aunque DOMICIANO es un emperador apreciado en las provincias por la severidad con la que juzga a los gobernadores corruptos, y es casi idolatrado por los legionarios, acaba por hacerse odioso a los romanos por su crueldad, y llegará a ser considerado como un nuevo Nerón. Sus buenas disposiciones iniciales pronto se verán veladas por la crueldad y el frenesí persecutorio.
DOMICIANO (Emperador romano)(81 - 96)
Total de piezas: 11
Suevos, sármatas y dacios realizan continuas incursiones sobre los asentamientos romanos del Danubio.
La amenaza más peligrosa a la que el Imperio romano tiene que hacer frente durante el reinado de DOMICIANO, tiene su origen en el norte de Iliria, donde suevos, sármatas y dacios realizan continuas incursiones sobre los asentamientos romanos ubicados a orillas del Danubio. De estos pueblos, los más poderosos son los sármatas y los dacios. Liderados por su rey, estos últimos, en la fecha, cruzan el Danubio y se internan en la provincia de Mesia, sembrando el caos a su paso y asesinando brutalmente al gobernador Sabino.
En este año, JUAN -evangelista- es desterrado de Éfeso a la isla griega de Patmos.
Debido a la sistemática persecución a la que son sometidos en tiempo del emperador DOMICIANO los principales líderes cristianos, en este año, aproximadamente, JUAN -evangelista- es desterrado de Éfeso -la actual Aya Soluk- a la isla griega de Patmos (grupo de las Espóradas), cerca de la costa oriental del Asia Menor, enfrente de Mileto. (Ap 1;9).
Los romanos hacen retroceder a los dacios hasta su territorio. Pero seguirán los ataques y contraataques.
Los romanos hacen retroceder a los dacios hasta su territorio. Pero la victoria no será definitiva a favor de los romanos y durante unos cuatro años se seguirán ataques y contraataques.
DOMICIANO viaja por todas las provincias occidentales, permaneciendo tres años en Germania e Iliria.
La autocracia de DOMICIANO se acentúa con el hecho de que permanece largos periodos de tiempo fuera de la capital, comparables a los de Tiberio en Capri o Rodas. A pesar de que el poder del Senado ya ha disminuido considerablemente tras la caída del orden republicano, durante el reinado de DOMICIANO el poder central no parece siquiera encontrarse en la capital imperial, sino en el lugar en el que él se encuentre. De hecho, los miembros de la corte imperial habitan en Alba o Circeo hasta que, en la fecha, se completa la construcción del Palacio Flavio, emplazado en la Colina Palatina. El emperador viaja por todas las provincias occidentales del Imperio, permaneciendo tres años en Germania e Iliria; desde estas provincias combate a las tribus que amenazan sus territorios.
El emperador romano DOMICIANO se ve obligado a pagar tributo a los dacios para asegurar la paz.
El emperador DOMICIANO llegue a un acuerdo en el 90 con el monarca dacio para la firma de un tratado de paz por el cual se permitirá el libre acceso de efectivos romanos a través de su territorio dacio. El emperador ordena comenzar el «limes» (línea fortificada) entre el Rin y el Danubio, que alcanzará cerca de 550 km. Otros «limes» será edificados por todo el Imperio romano. DOMICIANO se ve obligado a pagar tributo a los dacios para asegurar la tranquilidad de la frontera danubiana del Imperio, así como a establecer colonos romanos en el suroeste de Germania, para asegurar la unión Rin-Danubio, cuyo territorio pasará a denominarse «Campos Decumates». El significado de Decumates se ha perdido y ha sido objeto de mucha disputa. La palabra probablemente se refiere a un término celta antiguo indicando la división política de la región en «diez cantones». También porque los colonos tienen que pagar un décimo (10%) de sus rentas como impuesto. Por otra parte, DOMICIANO separa de Galia las dos provincias de la ribera derecha del río Rhin: Germania superior y Germanía inferior.
Construcción en Roma, del circo DOMICIANO. Intento de reemplazar los combates de gladiadores.
Durante el reinado de DOMICIANO se termina la construcción del abfiteatro Flavio iniciado en la época de Vespasiano. Por otra parte, se construye, también en Roma, el denominado circo DOMICIANO, para intentar reemplazar los combates de gladiadores por los juegos atléticos griegos, juegos que en la época son tildados de «degeneración extranjera, infectada de nudismo» (El circo es el lugar donde se celebran las populares carreras de carros (bigas y cuadrigas) conducidos por un auriga). En la actualidad el monumento ha quedado bajo el subsuelo de la actual, Plaza Navona. Pueden observarse restos bajo uno de los edificios colindantes de aquélla. El Circo Máximo de Roma se construye en el periodo Imperial y es remodelado por varios emperadores. Estará en funcionamiento hasta la toma de la ciudad por los bárbaros. Se puede apreciar la grandiosidad del edificio observando la monumentalidad de sus ruinas. En la espina tenía dos obeliscos, que hoy se encuentran uno en la Plaza del Pópolo y el otro en San Juan de Letrán.
Bajo DOMICIANO, una segunda persecución se extiende contra los cristianos.
Una «segunda» persecución se extiende contra los cristianos en ciertas provincias del Imperio. El motivo para esta persecución es el mismo de siempre: la sospecha, el recelo. Los cristianos se ven obligados a «enterrarse», casi literalmente. Los únicos lugares relativamente seguros son las catacumbas, cementerios subterráneos. Allí asisten a la misa, alumbrados por lámparas de aceite y temblorosas velas. Por eso, desde entonces, dos velas almenos iluminan el altar, mientras se celebra la santa misa, en recuerdo de los fieles de las catacumbas y de cuantos han sufrido persecución a lo largo de los siglos. En las catacumbas entierran, también, a los mártires. Así se inicia la costumbre de colocar las reliquias de algún santo en el ara de nuestros altares. (Hoy en día es dudoso que existiera una persecución general contra los cristianos en tiempo de DOMICIANO. Los casos que se conocen de persecución en esta época son más por cuestiones políticas que no religiosas).
La tolerancia de los romanos hace extraña esa especie de saña que se desata contra los cristianos.
No hay ninguna causa legal que justifique la condenación por el hecho de ser cristiano. Roma siempre ha sido tolerante con las religiones y en todo el Imperio se ha permitido el ejercicio de las religiones tradicionales de las tierras conquistadas, siempre que no interfieran en el orden público. Por eso resulta más extraña aún esa especie de saña que en algunos lugares y en algunas épocas se desata contra los cristianos. En parte se debe a la propia debilidad moral de la religión oficial del Imperio. Por eso los cultos mistéricos que vienen de Oriente, como los de Isis o Cibeles, tienen aceptación entre el pueblo que encuentra en ellos un sucedáneo con el que llenar el vacío oficial. Por otra parte, aumenta el culto imperial. DOMICIANO se hace llamar Dominus et Deus («Señor y Dios»). Por eso, y por otras violencias, se granjea especialmente la enemistad del Senado. En este sentido, no es de extrañar que en tiempo de este emperador los cristianos sean perseguidos y condenados como ateos y reos del crimen de lesa majestad.
JUAN, que está desterrado en la isla de Patmos, escribe, por estas fechas, el Apocalipsis («Revelación).
JUAN, que sigue desterrado (85) por DOMICIANO en la isla de Patmos, escribe, por estas fechas (96-98), el Apocalipsis («Revelación») que está dirigido a las siete iglesias de la provincia proconsular de Asia y que se constituirá en el último libro del Nuevo Testamento. De todos los escritos del Nuevo Testamento, Apocalipsis es el más dificil de interpretar. Los eruditos difieren acerca del significado exacto de algunos de los pasajes mas importantes de este libro. Pero el proposito básico es el mismo: revelar a Cristo como Señor, triunfante sobre el mal. Apocalipsis será una fuente de estimulo e inspiracion a los cristianos de todas las generaciones. Además de gentes sencillas (artesanos, comerciantes, esclavos) empieza a haber entre los cristianos muchas personas cultas y de nobles familia.