La agudización de las tensiones en 1939, y en el caso italiano, la creciente tensión con Francia, llevan a que Mussolini se avenga finalmente a firmar un pacto de estrecha alianza militar con Alemania. El 22 de mayo de 1939, Alemania e Italia firman en Berlín un tratado -conocido como Tratado de Berlín, y más pomposamente «Pacto de Acero»- en el que se comprometen a formar un bloque entre ambas potencias ante los Aliados, como un medio de defenderse en caso de agresión hacia cualquiera de ellos. Diversos malentendidos entre ambas potencias totalitarias, precipitarán que la más poderosa de las dos arrastre a la guerra a la otra en septiembre de 1939. Mussolini, alegando la falta de preparación del ejército italiano, esperará unos meses hasta lanzarse a la guerra junto a su aliado germano. Sin embargo, a la larga este Tratado traerá desastrosas consecuencias para Italia, pues Mussolini al firmarlo piensa con ello detener los afanes expansionistas de Hitler, no dándose cuenta que al ser Alemania la potencia mas fuerte de las dos, terminará arrastrándolo a la guerra.
ANTECEDENTES SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
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El Estado Mayor alemán está convencido de que la guerra es inminente.
Sin decir nada a Italia, en la fecha, el Führer convoca al Estado Mayor del Ejército. En esta conferencia se constata que hasta los aspectos más aventurados de los planes de HITLER, propuestos dos años antes en noviembre de 1937, parecen haberse cumplido a la perfección. Austria y Checoslovaquia han sido borradas del mapa, tragadas por un Gran Reich que ahora engloba casi todo el centro del Continente. Por tanto, el cuadro de la situación que HITLER desarrolla es optimista. Les comunica su decisión de dar un nuevo paso en la conquista de los amplios espacios continentales que precisa su pueblo: esta vez le toca el turno a Polonia. A la vista de los antecedentes, los riesgos parecen pequeños: «Nuestros enemigos -confía a su auditorio- son hombres que están por debajo del término medio. Ninguna personalidad. Ningún genio, nada de hombres de acción… «. Es el momento adecuado para la invasión, aunque ello signifique entrar en guerra con franceses y británicos. Todos se levantan con la convicción de que la guerra es inminente y de que la suerte de las naciones europeas va a decidirse en ella. Sobre la sala flota la rotunda sentencia con que HITLER ha resumido sus planes: «La fuerza es el derecho».
Se produce un significativo aumento de contactos entre la Unión Soviética y la Alemania nazi.
A partir del mes de junio de 1939 se produce un significativo aumento en el número y nivel de contactos entre los dos archienemigos ideológicos del momento: la Unión Soviética y la Alemania nazi. Aunque Moscú está negociando un acuerdo militar con París y Londres para hacer frente a la agresividad germana (Alemania ya ha firmado con Italia el denominado Pacto de Acero 22/5), la lentitud de las conversaciones y la mutua desconfianza de los gobiernos, convencen a STALIN de que es preferible aliarse con el III Reich y renunciar a Inglaterra y Francia. STALIN sabe que ni Londres ni París están preparados para la guerra y duda, con fundamento, que intervengan en caso de que Alemania ataque la URSS.
El intermedio de los 21 años de relativa paz (1918-1939) que separa las dos guerras mundiales, se conoce como «período de entreguerras.»
El intermedio de los 21 años de relativa paz (1918-1939) que separa las dos guerras mundiales, se conoce como «período de entreguerras». Algunos historiadores afirmarán que la Segunda guerra mundial será una continuación de la Primera. Otros sostendrán que serán totalmente independientes, pero en general coincidirán en que un conjunto de hechos relacionados entre sí, acabarán provocando los acontecimientos de 1939. Por otra parte, a la década 1929-1939, corresponde el triunfo de los totalitarismos, avivados por las consecuencias socioeconómicas del crack de 1929. El hombre, despojado de su ser consustancial, se convierte en blanco de la tiranía totalitaria. En 1939, los europeos se levantan ante su expansión conquistadora, en defensa de sus derechos y territorios: es el inicio de una nueva contienda.
HITLER y STALIN, siempre oportunistas, firman el pacto de no agresión nazi-soviético.
HITLER y STALIN, siempre oportunistas, firman el pacto de no agresión nazi-soviético. Este pacto es popularmente conocido como el Pacto Ribbentrop-Molotov, nombres de los dos ministros de exteriores de Alemania y de la URSS respectivamente que intervienen en la firma. Gran Bretaña y Francia quedan estupefactas ya que este pacto establece públicamente que Alemania y la Unión Soviética permanecerán neutrales si el otro firmante entra en guerra. El pacto en sus cláusulas secretas, propone repartirse entre las dos potencias mucho territorio de la Europa del este. Alemania va a reivindicar el oeste de Polonia y parte de Lituania mientras que la Unión Soviética se apoderaría de Finlandia, Letonia, Estonia y zonas de Rumanía. Ante la concentración de tropas alemanas en Eslovaquia, Polonia decreta la movilización general, y lo mismo hacen Francia e Inglaterra.
El Pacto de no agresión germano-soviético indigna al Japón que abandona el Pacto Antikomintern .
La firma del Pacto de no agresión germano-soviético indigna al gobierno de Tokio, que abandona el Pacto Antikomintern en el propio mes de agosto.
CHAMBERLAIN escribe a HITLER por medio de Henderson para evitar la guerra.
El 23 de agosto CHAMBERLAIN escribe a HITLER por medio de Henderson para evitar la guerra, HITLER responde con tono amenazante y coacciona a Gran Bretaña para separar sus intereses de los de Polonia.
HITLER envía por mediación del embajador británico en Ver un ultimátum a Varsovia.
HITLER envía por mediación del embajador británico en Berlín, Neville Henderson, un ultimátum a Varsovia. En él indica que acepta la llegada de un representante con plenos poderes antes del fin de agosto para tratar de Dánzig y su corredor. No es sino una estratagema de diversión, pues ya ha señalado el 1 de septiembre como fecha definitiva para el ataque. Su Estado Mayor le ha advertido que, si se vuelve a aplazar, la llegada de las lluvias a fines de otoño, convertirá la llanura polaca en un barrizal.
STALIN rompe las conversaciones con occidente.
El 25 de agosto, STALIN rompe las conversaciones con occidente. Ese mismo día a las 15 horas HITLER ordena la invasión de Polonia para el día siguiente, corta las comunicaciones con el exterior, cierra los aeropuertos y prohíbe el paso de aviones extranjeros por cielo alemán. Diversas unidades navales alemanas han zarpado ya de sus bases y tomado posiciones en el Atlántico para entorpecer cualquier reacción franco-británica. Pero a las 16,30 h., es informado de que británicos y polacos van a firmar un tratado de defensa mutua, justo cuando MUSSOLINI le comunica que Italia no estará preparada para la guerra hasta 1943. Presa de un súbito temor, el canciller alemán anula la orden de ataque, mientras las emisoras de radio germanas difunden incesantes noticias sobre las atrocidades que los polacos están cometiendo contra la minoría alemana. Mientras ROOSEVELT llama a la paz y el papa pide que sigan las conversaciones.
Polonia anuncia la movilización general. Gran Bretaña rehusa presionar a los polacos .
Los intentos de mediación, tanto oficiales como oficiosos, han continuado durante estos tres dramáticos días, pero HITLER no cede. Por el contrario, su tono se hace cada vez más beligerante. Por fin, el 30 de agosto, Polonia anuncia la movilización general y Henderson -embajador británico en Berlín- comunica al canciller germano que Gran Bretaña rehusa presionar a los polacos para que acepten su propuesta. La suerte está echada.