Los almohades constituyen una secta fundada por el africano MUHAMMAD IBN TUMART que, proclamándose Mahdi, esto es, el Mesías del Islam, comienza a predicar la observancia estricta del Corán. Se dice de él, que un día, al entrar en la mezquita, se sentó en el lugar del emir ALÍ y siendo advertido por un ministro, porque ya entraba el emir, no hizo caso y leyó un capítulo del Corán, dejando esto una gran impresión en la muchedumbre. En otra ocasión, al encontrarse con la hermana del emir que iba a caballo con el rostro descubierto, contra las leyes del Corán, la derribó de la montura. La historia volvía a repetirse. Un nuevo visionario aparecía por las polvorientas calles de Marrakech y una nueva ola de fundamentalismo encendía las hoguera de la guerra sobre las yertas cenizas que dejaban los almorávides.
IMPERIO DE LOS ALMOHADES (1146-1248)
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Los almohades, habitantes del Atlas marroqui, se levantan contra los almorávides.
Los almohades, habitantes del Atlas marroqui, se levantan contra los almorávides a quienes en unos años arrebatarán su imperio y fundarán uno nuevo: el Imperio almohade. El imperio almohade, como todos los grandes imperios de la antigüedad, tiene una debilidad en su propia extensión y en la irreconciliable diversidad de pueblos que encierra, lo que lo hace ingobernable. El emir no ha acabado de poner en orden un extremo de sus dilatadas posesiones cuando ya se desgobierna el extremo opuesto. Y el gasto militar necesario para mantener la casa en calma sólo se compensa mientras la adquisición de nuevos territorios aporta rico botín a las arcas del Estado. En el momento en que el esfuerzo se va en conservar lo adquirido, en lugar de ampliarlo, el negocio comienza a hacer aguas. Es el sino de los grandes imperios, especialmente de los de la antigüedad, que aún no han dejado de crecer cuando ya se adivina la decadencia.
Inicia su califato el almohade Abd-al-Mumin (1128-1163)
Inicia su califato el almohade Abd-al-Mumin (1128-1163)
Los almohades, proclaman califa al zenata ABD AL MÚMIM.
Los almohades, en 1130, inician la invasión de Marruecos proclamando califa, en la fecha, al zenata ABD AL MÚMIM (1130-1163).
El golpe de gracia al imperio de los almorávides fue la sublevación del distrito de Mértola en 1144, donde se impuso como rey el místico Ibn Qasi.
El golpe de gracia al imperio de los almorávides fue la sublevación del distrito de Mértola en 1144, donde se impuso como rey el místico Ibn Qasi, dando lugar al periodo de los segundos reinos de taifas. Cuando este régulo fue derrocado, solicitó el socorro de la nueva fuerza emergente: los almohades que, repitiendo el ciclo, fueron adueñándose progresivamente desde el Algarve de todo al-Ándalus, desalojando a la administración almorávide y trasladando la capital de Granada (que lo fue del imperio almorávide en al-Ándalus entre 1090 y 1148) a Sevilla, que será la nueva capital almohade andalusí desde ese último año y en ella se erigirán importantes monumentos arquitectónicos que se han conservado hasta la actualidad, como la Giralda o la Torre del Oro, que continuaban la tradición artística andalusí taifal y almorávide. Con la caída de la capital Marraquech a manos de los almohades en 1147, el Imperio almorávide cederá su lugar al nuevo poder rigorista, que impondrá su hegemonía en el Magreb y al-Ándalus hasta la derrota de las Navas de Tolosa en 1212.
ALFONSO VII entran en Córdoba, pero pronto la abandonan ante la imposibilidad de defender la plaza.
Los éxitos cristianos, la desunión musulmana y el peligro de desembarco de los almohades impulsan a éstos a ofrecer a ALFONSO VII la ciudad de Granada. Los Ándalusíes están dispuestos a todo antes que a soportar una nueva dominación africana. En la fecha, las tropas de ALFONSO VII entran en Córdoba, pero pronto la abandonan ante la imposibilidad de defender la plaza. ALFONSO VII la devuelve a los almorávides.
Se produce el primer desembarco almohade en la Península Ibérica, llamados por los rebeldes del Algarbe (Sur de Portugal).
Se produce el primer desembarco almohade en la Península en junio de 1146, llamados por los rebeldes del Algarbe (Sur de Portugal). La iniciativa militar de los cristianos de las décadas precedentes es violentamente truncado por la enérgica acometida de estos nuevos invasores: los almohades (al-muwahid). Entran en la península en avance lento conquistando una tras otra todas las ciudades más importantes. Los almohades, proceden de otra familia bereber los «masmuda » opuesta a la de los almorávide. Son defensores de la unicidad del dogma y la austeridad en los gustos. Inicialmente eran sedentarios que han vivido en las montañas del sur de Marruecos. Tras muchos años de guerras, han conquistado todo el Magreb.
Los almohades se han lanzado contra el reino de Portugal. Conquistan Tarifa, Algeciras, Jerez y Sevilla. Siguen hacia Badajoz y Lisboa.
Los almohades se han lanzado contra el Reino de Portugal. Alrededor de la fecha, ya han conquistado Tarifa, Algeciras, Jerez y Sevilla terminando con el imperio almorávide. Luego siguen hacia Badajoz y Lisboa.
Lucena, núcleo del saber talmúdico hispanojudío, es arrasada por los almohades.
Lucena, núcleo del saber talmúdico hispanojudío, es arrasada, en la fecha, por los almohades, cuya población, judía, es perseguida de forma implacable y se ha de refugiar en tierras cristianas, fundamentalmente en el Reino de Castilla y en Catalunya.
Abd – el Mumin (1150 – 1163), rey almohade al-Ándalus.
Abd – el Mumin (1150 – 1163), rey almohade al-Ándalus. Los almohades no llegan a someter Valencia controlada por Ibn Mardanis, quien llegará a controlar el sureste español incluida Granada, hasta 1.172.