En 1909, un grupo de judíos funda la primera ciudad puramente judía, Tel Aviv. Los judíos han comprado fracciones de terreno a terratenientes europeos, turcos y sobre todo árabes, generalmente a precios extremadamente altos.

Reflejo de la fuerza sionista y de la protección que gozan los judíos en Palestina, es que en 1910 hay en la zona de Jerusalén más de cien escuelas judías, cifra que duplica a los centros de enseñanza árabes de esa zona. La mayoría de los comercios, bancos y medios de comunicación importantes están en manos o bajo control judío e, incluso, el gobierno turco ha creado una sección de policia formada por judíos,

También son judías buena parte de las mejores explotaciones agrícolas de Palestina. La instauración de los «Kibbutz» -granjas colectivas, donde los trabajadores comparten el trabajo, el alimento, las instalaciones y los beneficios- origina graves problemas con la población nativa, ya recelosa del poder que están consiguiendo los recien llegados. Los kibbutz dejan a muchos obreros agrícolas sin trabajo y los bajos costes de su producción arruinan a muchos propietarios, que han de vender a las organizaciones sionistas sus tierras, sobre las que se asientan nuevos inmigrantes. A esta época y, principalmente por esta causa, corresponde la primera movilización árabe contra el sionismo. De estos años datan los primeros atentados terroristas, ciertamente muy aislados, que se conocen en Palestina.

HITLER, que durante estos años ha estado acusando a los judíos de ser los que no le han permitido entrar en la Academia de Bellas Artes de Viena porque son ellos quienes la dirigen, lleva una vida de resentimiento y de pobreza hasta que encuentra su lugar como soldado en la primera guerra mundial, en cuyo transcurso al parecer lucha con bravura.

Al estallar la Primera Guerra Mundial o Gran Guerra, hay más de 60.000 judíos en Palestina (sólo en Jerusalén, más de 45.000) frente a 650.000 árabes. Oriente Próximo pertenece al Imperio otomano, aliado de Alemania. Francia y Gran Bretaña no ocultan sus ambiciones sobre estos territorios. Gran Bretaña, que ocupa Egipto desde 1882, necesita Palestina para proteger el canal de Suez, vía de comunicación con sus colonias asiáticas. Pero para ello debe derrotar a los otomanos que han hecho de Palestina su base de operaciones contra Egipto, ocupado por Gran Bretaña.

Por otra parte, las leyes de guerra caen sobre la comunidad judía de Palestina, pues los turcos toman a los sionistas como aliados de los británicos. El empleo del hebreo es prohibido en lugares públicos, así como en letreros de calles y comercios. Los judíos en edad militar son enrolados en el ejército otomano o expulsados de Palestina. Algunos casos de espionaje judíos desencadenan persecuciones, encarcelamiento y ejecuciones. Todo esto determinará que cuando concluyan las hostilidades la comunidad judía de Palestina estará reducida a 50.000 personas.

A lo largo de los próximos año 1917-1933 tendrán lugar en diversos puntos de Europa, acciones antisemitas, algunas de ellas tremendamente crueles.

El 2 de noviembre de 1917, el Gobierno Británico promete permitir a los judíos la erección de un «Hogar Nacional Judío» en Palestina. Esta promesa formulada en la Declaración Balfour, estimula los planes prácticos del sionismo. En febrero de 1919, la Organización Sionista somete a la Conferencia de Paz de París su primer plan territorial, que es rechazado.

WEIZMANN, líder del movimiento sionista, expone en las conversaciones de paz de Versalles que dan fin a la Primera Guerra mundial, cómo debe ser el «hogar judío». WEIZMANN no reivindica un Estado, sino que se permita la llegada anual de entre «sesenta mil y ochenta mil» judíos, y cuando se logre la mayoría será «el momento de reclamar el gobierno del país».

En 1919 se produce la tercera aliyá -vuelta a Palestina-, que lleva unos 30.000 judíos en cuatro años. En este año, de un total de 750.000 habitantes en Palestina hay censados menos de 70.000 judíos.