Entre el 5 de mayo y el 2 de junio, bajo la presidencia del patriarca de Constantinopla, EUTIQUIO, se celebra el II Concilio de Constantinopla (V Concilio ecuménico) integrado por ciento cincuenta y un obispos (En esencia todos los obispos orientales y solamente seis occidentales de la diócesis del África). El Papa VIGILIO que en un principio ha prometido su asistencia, se niega a presidirlo aun encontrándose en la misma ciudad imperial, aduciendo el escaso número de obispos occidentales que han acudido. La primera acción del Concilio consiste en designar una embajada que ruegue al Papa se digne aceptar la presidencia del concilio, gestión que resultará infructuosa ante la determinación del anciano pontífice. El emperador JUSTINIANO I ordena que prosiga el Concilio aunque no cuente con la aprobación pontificia. Se vuelven a tratar dogmas cristológicos.
CONCILIO ECUMÉNICO 05 (II de Constantinopla) (553)
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El II Concilio ecuménico de Constantinopla condena el Origenismo.
Exponente privilegiado de la gnosis ortodoxa, Orígenes (185-253) ha sido el primero en concebir un sistema completo del cristianismo, integrando las teorías neoplatónicas. Sus ideas, recuperadas y sistematizadas en los siglos siguientes por una corriente de pensamiento llamada origenismo (entre nestorianismo y monofisismo), suscitan vivas controversias siendo finalmente condenadas en el II Concilio ecuménico de Constantinopla celebrado en el año 553.
El Papa VIGILIO, condena sesenta proposiciones de Teodoro de Mopsuestia.
El Papa VIGILIO publica el 14 de mayo, su primer Constitutum, en el que condena sesenta proposiciones de Teodoro de Mopsuestia y prohíbe que se condene a Teodoro de Ciro e Ibas. Este documento que es leído en el Concilio II de Constantinopla en su sesión celebrada el 26 de mayo produce la indignación del emperador JUSTINIANO I que ordena la supresión del nombre del papa VIGILIO de las tablas oficiales, si bien se conserva la unión con Roma.
El Papa Vigilio, finalmente, reconocerá el Concilio II de Constantinopla como ecuménico.
Finalmente, el Concilio II de Constantinpla, en su sesión octava, proclama catorce anatematismos contra las principales herejías, desde Arrio a Eutiques y los tres últimos se dedican a los “Tres Capítulos”. Con ello termina sus tareas el Concilio segundo de Constantinopla, sin la menor aprobación pontificia. Finalmente, el papa VIGILIO reconocerá el concilio como ecuménico con la esperanza de evitar un cisma con las iglesias orientales.
Los franquistas, prosiguen su avance por Balaguer y Tremp situando el frente en el río Segre.
Los franquistas, prosiguen su avance por Balaguer y Tremp situando el frente en el río Segre.