SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (Final de la guerra en Europa) (1945)

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El ejército Rojo libera el campo de exterminio de Auschwitz.


El 27 de enero, los alemanes son forzados por el Ejército soviético a evacuar la Alta Silesia. Por otra parte es liberado el campo de exterminio de Auschwitz. La ofensiva soviética en el este induce finalmente a HITLER a trasladar las fuerzas blindadas del oeste.

La misma tragedia que se ve en las carreteras sucede en los puertos del Báltico.


La operación de los rusos Vístula-Oder progresa rápidamente. Las fuerzas alemanas se derrumban frente a los masivos bombardeos de artillería y se ven obligadas a retirarse. La misma tragedia que se ve en las carreteras sucede en los puertos del Báltico, donde toda la población ribereña trata de ponerse a salvo en los cada vez más escasos buques. Libau, Koenigsberg, Piccau, Danzig, Gdynia dan lugar a escenas dantescas para conseguir plaza en un barco. Como las personas que llevan niños tienen prioridad para alcanzar la tarjeta de refugiado, se denuncian centenares de robos de niños. Puede verse a soldados que tratan de salir de un puerto con un niño en brazos, asegurando que es su hijo; otros intentan colarse llevando en brazos un muñeco de trapo. En medio de aquel pandemonium, aún funcionan patrullas de las SS, que cazan a los desertores y los reexpiden hacia el frente o los cuelgan de una farola.

HITLER planea un poderoso contraataque en Hungría que devuelva a Alemania los campos de petróleo.


HITLER no quiere ni oír hablar de derrota y sigue maquinando combinaciones para cambiar el curso de la guerra. El proyecto que acaricia en febrero es un poderoso contraataque en Hungría que devuelva a Alemania los campos petrolíferos de Ploesti y aleje a los soviéticos de Checoslovaquia y Austria, países donde aún funcionan grandes fábricas de armamentos. Además, cerca de Viena, están las últimas fuentes de suministro petrolífero del III Reich.

HITLER dispone que el 6º Ejército Acorazado de las SS, se traslade a Hungría.


Por algunas indicaciones que da HITLER a los austríacos sobre la formación de partidas de voluntarios, adiestrados en la lucha antitanque, se supone que acaricia la idea de formar en toda esa zona y sur de Alemania una última isla de resistencia, a la espera de la ruptura entre los aliados occidentales y los soviéticos que, según creen los jerifaltes nazis, está a punto de producirse. Allí espera contar con medios materiales importantes, con una geografía favorable a la defensa y con sus partidarios más fanáticos. Por eso, Hitler se dispone a jugarse el resto en Europa central. A espaldas de su jefe de Estado Mayor, Heinz Guderian, dispone que el 6º Ejército Acorazado de las SS al mando de Sepp Dietrich, se traslade a Hungría.

HITLER decide en contra de los argumentos de Guderian, su Jefe de Estado Mayor.


Esa formación acorazada ha sido la fracasada punta de lanza en la batalla de Las Ardenas. Tras su retirada de aquel frente, es reorganizada y rearmada en la zona de Bon, donde recibe el mejor material acorazado producido por Alemania: tanques Panther y Kónigstiger y cazacarros Jagdtiger y Hertzer. En total, Sepp Dietrich ha retenido unos 150.000 hombres, 800 carros y cazacarros y 3.200 cañones y morteros. Guderian planea trasladar ese “puño de hierro” a Pomerania y golpear el ala derecha soviética, cortando sus alargadas líneas situadas junto al Oder y paralizando su avance. Pero Hitler desoye los argumentos de Guderian.

Los alemanes no pueden cambiar la situación en Hungria y finalmente serán rechazados.


HITLER toma esta decisión en consonancia con su mentalidad: no le interesa una guerra defensiva que, ineluctablemente, conducirá a la derrota; busca acciones decisivas, que provoquen un vuelco en la situación y, en este caso, está en juego no sólo un golpe de efecto contra los soviéticos, sino la propia supervivencia del III Reich. El memorándum del ministro del Tercer Reich, Albert Speer, lo dice claro: “el colapso de los ejércitos alemanes se producirá en seis u ocho semanas, por falta de combustible y municiones”. Ésa será la perspectiva nazi cuando los Tres Grandes se reúnan en Yalta. Evidentemente, tal como ha ocurrido en Las Ardenas, Sepp Dietrich no podrá cambiar la situación en Hungría y, tras algunos éxitos iniciales, será rechazado.

Con el avance del Ejército Rojo, Hungría es liberada de los alemanes. Pero las tropas soviéticas se quedan en el país.


Al contrario de las esperanzas húngaras y las promesas de las Potencias Aliadas, Hungría, liberado de los alemanes no puede convertirse en un Estado democrático independiente. Se proclama la República Popular de Hungría, y se elige como su primer presidente a Zoltán Tildy, ex pastor protestante y jefe de los Pequeños Agrarios. El reino de Hungría sólo había tenido regente en sus escasos años de existencia. Las tropas soviéticas se quedan en el país. La democracia pluripartidista establecida después de la guerra desaparece paulatinamente por influencia soviética y por la fuerza ponen en el poder al Partido Comunista, cuyo bando stalinista dirigido por Mátyás Rákosi introducirá en el año 1948 la dictadura de tipo soviético.

Conferencia de Yalta (4 y el 11 de febrero de 1945): participan ROOSEVELT, CHURCHILL y STALIN.


Del 4 al 11 de febrero de 1945 se reúne en la veraniega población de Yalta (en la península de Crimea) la Conferencia más importante durante la 2ª GM (Conferencia de Yalta). Segunda conferencia en la cumbre.  Ahí se decide el reparto del mundo entre la URSS (STALIN), EE UU (ROOSEVELT) y, en menor medida, Gran Bretaña (CHURCHILL), se proyecta la creación de la ONU y se decide perseguir a toda costa la completa derrota y la rendición incondicional de las dos potencias del Eje (Alemania y Japón; Italia ya no contaba a esas alturas). No habría negociación para la paz, simplemente se buscaría la claudicación de Alemania y Japón. Roosevelt no pudo, sin embargo, convencer a Stalin para la participación de la URSS en el frente del Pacífico; todo lo más que consiguió de él fue una mera promesa de declaración de guerra a Japón antes de los tres meses (Stalin se sabía impotente ante la inmensa dificultad de mantener simultáneamente dos frentes abiertos y separados por miles de kilómetros). En una declaración sobre la Europa liberada se establecía el propósito de que se creasen instituciones democráticas en las zonas que habían estado bajo el control alemán, lo que se incumpliría totalmente.