En 1452, NICOLÁS V emite la bula papal Dum Diversas, que concede el rey de Portugal el derecho de reducir cualquier “sarraceno, pagano y cualquier otro incrédulo” a la esclavitud hereditaria. Dum Diversas legitimiza el comercio de esclavos, que se inicia en esa época con las expediciones de Enrique el Navegante para encontrar una ruta marítima a la India, las cuales se financiarán con los esclavos africanos. Esta aprobación de la esclavitud será reafirmada y ampliada en su bula papal Romanus Pontifex de 1455.

Los navegantes portugueses, en su exploreación de la costa africana, hace ya algunos años han alcanzado el tramo costero que les conduce decididamente hacia el Este. Se apresuran en seguir adelante, y en 1472 el navegante Fernando Poo descubre la isla que llevará su nombre (hoy Bioko, en Guinea Ecuatorial). En un par de años ocupan esta isla, así como las de Annobón y Corisco que convertirán en embarcaderos de esclavos. Estas islas se hallan a 2.000 kilómetros al este de Portugal, y los navegantes están claramente en la ruta de las Indias. Pero entonces la costa africana gira hacia el Sur una vez más y no muestra signos de torcer de nuevo hacia el Este. Por un momento, los portugueses se desmoralizan, y el intento de llegar a las Indias languidece.

A finales del siglo XV, la esclavitud en Europa es muy reducida, aunque ello más por razones de escasez que por desarrollo moral o filosófico, ya que la misma es trasladada y sumamente extendida en el nuevo continente por las potencias europeas.

Las labores forzadas, abusos, enfermedades contra las cuales los indios no tenían inmunidad, y el crecimiento de la población mestiza, contribuyen todos a la eliminación del Taino y de su cultura. Las consecuencias de ello serán profundas. La necesidad de nueva fuerza laboral para el cultivo creciente de la caña de azúcar obligará a la importación de esclavos africanos ya desde 1503. Como una solución racional se adopta la encomienda o hacienda por una real cédula de veinte de diciembre de 1503. A cada encomienda se asigna un grupo de indios que bajo la dirección del encomendero trabajarán la tierra. A cambio, el encomendero se compromete a alimentarlos, cuidarlos y evangelizarlos. En teoría no está mal, pero lo que harán los encomenderos será explotarlos como esclavos. Los Reyes Católicos primero y el Consejo de Indias después, legislarán a favor de los indios y promulgarán leyes humanitarias. La dura realidad será que las leyes quedarán en papel mojado y que a seis mil kilómetros de distancia, océano por medio, no habrá manera de velar por su cumplimiento. \”Se acata pero no se cumple\”, declaran cínicamente los encomenderos.

Es ordenado en Cuba, Fray BARTOLOMÉ DE LAS CASAS. Se convertirá en el apóstol de la defensa de los indios, lo que desatará la cólera de los colonos. Recomendará para escatimar la mano de obra india, importar trabajadores negros de África para la América española y así, involuntariamente, sentará un precedente en la trata de negros. Contra las encomiendas luchará Fray BARTOLOMÉ DE LAS CASAS.

Cuando los españoles comprenden que las tierras descubiertas no son las Indias, sino que se trata de un continente diferente, inician el proceso de conquista del Nuevo Mundo. La riqueza de América es pregonada rápidamente atrayendo la atención de muchos aventureros ansiosos de probar fortuna al otro lado del mar. Las tierras descubiertas prometen ofrecer una gran riqueza a sus descubridores, es necesario justificar de alguna manera la intromisión y el sometimiento que se hará del Nuevo Mundo. Inicialmente se piensa en reducir a la esclavitud a la población indígena basando el argumento en cierta inferioridad de los americanos, sin embargo la labor humanista de frailes como B?ARTOLOMÉ DE LAS CASAS logran persuadir a la Corona de conceder derechos a los indios y de emprender una gran campaña evangelizadora entre ellos para convertirlos al cristianismo alejándolos de toda práctica pagana. La evangelización será pues la gran justificación de la Conquista y el pretexto para someter, a veces en forma cruel, a los pueblos descubiertos.

Exterminada la población india de las Antillas, los colonos la sustituyen por esclavos negros importados de África, que son mucho más resistentes y ya se vienen explotando en Europa desde un siglo antes. Los descendientes de estos negros son los que después poblarán las islas del Caribe. El tráfico de esclavos africanos con destino a América no se interrumpirá en los cuatro siglos siguientes. Los que hoy componen un estimable porcentaje de la población estadounidense son descendientes de esclavos llevados a las plantaciones de algodón del sur en los siglos XVIII y XIX.

En Santo Domingo, en 1520, solamente se usará la mano de obra de los esclavos africanos.

Los innumerables colonizadores de Puerto Rico, la mayoría de ellos buscadores de oro, no traían mujeres en sus buques. Para poblar la Isla, los españoles se mezclaron con las indias. A diferencia de otras partes del Caribe, el indio ha sobrevivido aquí junto al nombre que este le dio a la Isla. \”Borinquen\”, el cual aún persiste. La cultura puertorriqueña se inspira en el vinculo formado por el indio y su Isla. Con la llegada de los esclavos de África, se añade otro elemento a la cultura. Esta histórica entremezcla se caracteriza por haber eliminado los problemas raciales en Puerto Rico.

Habituados a convivir en sociedades no clasistas, donde no existe la apropiación del trabajo ajeno, los indígenas resisten sistemáticamente la esclavitud. Por otro lado, su gran sensibilidad a las enfermedades transmitidas por los europeos refuerza todavía más la decisión portuguesa de emplear mano de obra africana en los trabajos agrícolas realizados en la colonia.