MONTANISMO

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Una reacción inmediata contra el gnosticismo es la de el frigio MONTANO o «herejía del montanismo»


Una reacción inmediata contra el gnosticismo es la del frigio MONTANO (160-189) quien difunde la llamada «herejía del montanismo», por la que anuncia la inminencia del fin del mundo y la necesidad de la intransigencia moral. En Occidente la vida del montanismo será relativamente efímera, pero en el Este, Frigia se mantendrá como su ciudadela hasta la época de Justiniano.

Cabeza de las iglesias de Galia, IRENEO marchará a Roma para entrevistarse con el papa ELEUTERIO.


IRENEO, discípulo considerado el mejor de todos del obispo de Esmirna, Policarpo, en 157 es enviado a las Galias. En Lyon (Valle del Ródano), es ordenado sacerdote y desde el año 177 ejerce allí como presbítero. Este mismo año, IRENEO marcha a Roma para entrevistarse con el papa ELEUTERIO y tratar con él sobre la herejía montanista que amenaza con dividir a los cristianos de Lyon. Parece ser que el papa no encuentra motivo de inquietud en la aparición de este movimiento espiritual.

La reacción contra el gnosticismo y el montanismo acelera la formación del canon del Nuevo Testamento.


La reacción contra el gnosticismo y el montanismo no sólo alienta el pensamiento sobre la doctrina cristiana, sino que también acelera la formación del canon del Nuevo Testamento, proceso que en lo fundamental, se completa hacia la fecha. La Biblia es en si misma insuficiente para articular de manera clara algunos puntos esenciales de la fe cristiana frente a las distorsiones heréticas. Pero la Iglesia del siglo II es muy consciente de ser la guardiana de una tradición sagrada de la cual las Escrituras son el principal componente, pero no el único. S.IRENEO, ya obispo de Lyon (189-202), escribe una «Refutación» insistiendo sobre la fe apostólica de la Iglesia en la unidad de la creación y la redención, y consecuentemente del Antiguo y el Nuevo Testamento, en el que Cristo como nuevo Adán, recupera a la humanidad perdida.

En los primeros años del siglo III escribe Tertuliano su texto apologético contra los judíos.


Paulatinamente, TERTULIANO es arrastrado hacia la secta herética que capitanea Montano (los montanistas), el cual, después de convertido al cristianismo, se ha proclamado profeta y reformador de la Iglesia. Impresionado con vaticinios expresados en momentos de exaltación, asegura como inminente el fin del mundo y la necesidad de la práctica de una moral más rígida. Alrededor de la fecha, escribe TERTULIANO su texto apologético contra los judíos «Apologeticom». Sus inquietudes internas lo llevan a tomar posiciones extremas. TERTULIANO trata de probar en sus escritos que el Cristo anunciado ya ha venido y uno de sus argumentos es que todos los pueblos creen ya en Él: «y los demás pueblos, como los varios pueblos de los góticos, amplios confines de los nuestros, todas las fronteras de las Hispanias, las diversas naciones de las Galias, las regiones de los británicos no alcanzadas por los romanos, pero sometidos a Cristo (…) En todos estos sitios es adorado el nombre de Cristo». En la expresión «todas las fronteras de las Hispanias» hace referencia, sin duda, a la Península Ibérica.

Según Tertuliano, una vez bautizado, el cristiano debía abstenerse de los pecados graves.


Sostiene TERTULIANO, en la línea de Montano, que una vez bautizado, el cristiano debe abstenerse de los pecados graves -apostasía, homicidio, adulterio- porque cometer un pecado grave después del bautismo demuestra que nunca lo has recibido verdaderamente. Tal es la clara voluntad de Dios; la Iglesia nada puede hacer al respecto. Según el propio TERTULIANO el punto de ruptura llega cuando un «alto obispo» (probablemente CALIXTO de Roma) decide que la Iglesia tiene el poder de conceder la remisión después del bautismo, incluso en el caso de pecados tan graves como el adulterio o la apostasía. Esta pretensión en nombre del clero -a los ojos de TERTULIANO inconcebible- determina que el antiguo azote de los herejes se convierta definitivamente en el primer «protestante». Durante su período ortodoxo TERTULIANO ha atacado a los herejes del tipo de los montanistas porque «asignan incluso al laicado las funciones del sacerdocio» pero ahora, ya montanista, niega el poder de la penitencia.

Fallece en Cartago el pensador romano TERTULIANO.


En el año de la fecha, aproximadamente, fallece TERTULIANO. Nació, vivió y murió en Cartago. Ha escrito: «Apologeticum y Adversus Marcionem». Una de sus frases famosas, es: «La sangre de los mártires es la simiente de la fe». El título de «Pontifex maximus” ha sido aplicado por primera vez al obispo de Roma en sentido de burla en uno de los escritos montanistas (De puditicia 1) de TERTULIANO. De hecho, el Padre de la Iglesia ha pretendido ridiculizarlo al equipararlo con un sacerdote pagano. A partir del siglo XV el título será utilizado ya sin carga peyorativa por el papa y, ocasionalmente por algún obispo. Finalmente, su uso quedará restringido al papa.