MARCO AURELIO al que su obra «Reflexiones o Meditaciones» le coloca entre los principales filósofos estoicos, es un hombre tolerante que aplica al Imperio enseñanzas filosóficas y que concreta en una más amplia y generosa interpretación del derecho romano, reduce los impuestos de los pobres, amplía los derechos de los esclavos y sólo se sale de su trayectoria humanitaria en la persecución de los cristianos, a quienes considera enemigos naturales del imperio. En efecto, los bárbaros amenazan sus fronteras y a MARCO AURELIO le corresponderá la triste suerte de verlas devastar el territorio itálico; tendrá asimismo que ser el primero en acoger a los bárbaros en el territorio del Imperio y asignarles tierras que explotar. De ahí la preocupación de una sólida organización interna y el motivo de las persecuciones. También MARCO AURELIO ve en los cristianos un elemento de desunión.

VOLOGESO III, rey de Partia, comprende que con dos emperadores en Roma -Marco AURELIO y su hermano Lucio- iban a producirse disensiones y parálisis, en consecuencia se apodera de Armenia que está bajo el vasallaje de Roma. Marco AURELIO se ve obligado a enviar un ejército a Oriente. Envía al hábil general Avidio Casio, el cual sigue la misma ruta que Trajano medio siglo antes.

En Armenia, los romanos tienen una buena actuación en el campo de batalla, pero los soldados regresan en el año 166 contagiados de viruela y no se puede evitar que, a lo largo de veinte años, la epidemia (posiblemente viruela) se extienda por el Imperio que queda debilitado. Su población desciende, y nunca volverá a alcanzar las cifras anteriores a la epidemia.

Los germanos consideran útil el comercio con el Imperio romano, pero cuando Roma parece debilitarse, experimentan la natural tentación de incrementar sus ganancias dedicándose al pillaje. En 167, las tribus germánicas de los marcomanos rebasan las fronteras romanas y penetran por el Danubio en el «limes» para saquear zonas fronterizas. La tensa situación requiere una solución de emergencia. Marco AURELIO recluta un nuevo ejército en el que participan esclavos y gladiadores. El propio emperador tiene que aportar sus joyas para sufragar los gastos. Pero el esfuerzo económico dará sus frutos y tras casi seis años de guerra -guerra danubiana-, los bárbaros se retirarán. Pero el imperio quedará debilitado y a aquella tentativa seguirán otras. De hecho, el nombre de bárbaros se aplica a todos los pueblos que no aceptan los límites del imperio ni las costumbres y hábitos culturales de los romanos. Es, por tanto una denominación muy genérica que abarca a nultitud de pueblos, algunos más cercanos como los germanos, y por ello mejor conocidos, y otros totalmente desconocidos.

Bajo el reinado de MARCO AURELIO, que es también un magnífico gobernante, comienzan a aparecer los primeros síntomas de que la Edad de Oro del Imperio romano está llegando a su fin. Los bárbaros, ansiosos por alcanzar las riquezas de Roma, asedian todas las fronteras del Imperio. Cuando los ataques son lanzados por guerreros, las legiones romanas pueden rechazarlos con cierta facilidad. Pero pronto comienzan a llegar tribus enteras: hombres, mujeres, niños y ancianos, grandes oleadas de gente hambrienta llegadas de Europa Central y las estepas rusas. Estas masas migratorias, no buscan presentar batalla, sino nuevas tierras en las que asentarse, y contra ellos no cabe emplear el recurso de las armas. El Imperio, que ha alcanzado con Trajano su máxima expansión, comienza a contraerse a partir de MARCO AURELIO. Este príncipe filósofo, amante de la paz, se ve obligado a combatir sin descanso en la frontera del Danubio. Pero Roma ya no pelea para conquistar nuevos territorios, sino para defenderse, y a partir de este momento, cada derrota supondrá la pérdida de una parte de sus dominios.

Fallece Lucio AURELIO, por lo que la Diarquía (Marco y Lucio AURELIO) queda naturalmente rota. Marco AURELIO seguirá imperando en solitario, de hecho como lo ha venido haciendo hasta este momento.

Por un edicto del emperador romano Marco AURELIO, se castiga con el exilio o muerte a los adeptos de nuevas sectas y de religiones desconocidas.

En los años comprendidos entre el 172 y el 176 se producen repetidas intentos de invasión de la Bética por parte de tribus moras provenientes de la provincia Tingitana del norte de Africa. Algunas de las principales ciudades de la Bética, como Malaca, Gades e Itálica sufren los efectos de estas incursiones que son reprimidas por tropas de Hispania.

Marco AURELIO derrota a los cuados en la famosa victoria de la «legión tonante», conseguida providencialmente y atribuida a las oraciones de la XII Legión, compuesta por cristianos.

En Siria se proclama emperador el gobernador Caius Avidius Cassius. El usurpador es asesinado tras tres meses de gobierno.