En octubre, los aliados inician el asedio de Sebastopol. Los generales británicos demuestran ser particularmente incompetentes, como pone de manifiesto el episodio más famoso de la guerra. El 25 de octubre de 1854, en el transcurso de la batalla de Balaklava, un suburbio de Sebastopol, una confusión en las órdenes envía un escuadrón de la caballería ligera, integrado por 673 hombres, a una carga contra la artillería rusa, sin propósito alguno. Más de un tercio de los jinetes pierde la vida en media hora. El episodio será inmortalizado por el poema de Tennyson «La carga de la brigada ligera», la cual será saludada como un acto de heroísmo. La realidad, sin embargo, es que los soldados no son héroes, sino que los generales son incompetentes.

El asedio de Sebastopol continúa todo el invierno 1854-1855, y los aliados siguen siendo víctimas de los estragos del cólera. La guerra de Crimea es la primera en la que enviados especiales de los periódicos escriben crónicas de los acontecimientos, y el público británico se siente indignado ante la ausencia de cuidados médicos y la miseria generalizada que deben sufrir los soldados rasos, por causa de la incompetencia e indiferencia de sus jefes militares. Eso ha sido así desde siempre, pero por vez primera se daba a la publicidad. Florence Nightingale, una enfermera, llega a Crimea el 5 de noviembre de 1854. Más heroica que cualquier soldado y más inteligente que cualquier oficial, lucha en favor de un trato decoroso a los enfermos y heridos, y se convierte en una heroína para el público británico. Crea la profesión de enfermera, y sus informes después de la guerra inician el proceso en virtud del cual los ejércitos, por vez primera, se hacen responsables de la salud y bienestar de sus soldados.

El avance de los imperios ruso y japonés choca en las islas Kuriles. Por el tratado de Shimoda (1855) entre Rusia y Japón se establece la frontera entre las islas de Iturup y Urup; pero luego (tratado de San Petersburgo de 1875) Rusia cederá todas las Kuriles a cambio de los derechos japoneses sobre Sajalín. Tras la Segunda Guerra Mundial (1945), con la derrota de Japón, la Unión Soviética ocupará todas las islas, anexionándoselas de acuerdo con el tratado de San Francisco, y quedando incluídas en el óblast de Sajalín; pero Japón las denominará Territorios del Norte y las considerará propias, porque dirá que en el tratado de San Francisco Japón ha devuelto territorios que antes habían pertenecido a Rusia, pero las islas del sur nunca antes habían sido rusas. La disputa continuará en debate: Japón quiere la soberanía japonesa a cambio de paz y término al conflicto, ofreciendo también ayuda económica a Rusia. Los tratados de paz no han quedado cerrados y el conflicto continúa. El conflicto de las Islas Kuriles es el conflicto territorial que enfrentará a Japón y Rusia por la soberanía de las cuatro islas más meridionales pertenecientes a dicho archipiélago.

Fallece en San Petersburgo NICOLÁS I, emperador de Rusia, antes de que británicos y franceses, aliados del Imperio Otomano en la guerra, triunfen en el asedio de Sebastopol, abriendo el camino a las reformas efectuadas por su hijo Alejandro II que le sucede en el trono.

ALEJANDRO II (2/3/1855-13/3/1881), emperador de Rusia. Casado con María de Hessen-Darmstadt. Tendrá 12 hijos. Hereda de su padre, Nicolás I, un imperio derrotado militarmente, hundido económicamente y socialmente y sin elementos activos que deseen luchar por su supervivencia. Con todo consolidará la expansión rusa hacia el Este (Siberia, donde son desterrados los espíritus liberales) y el Sudeste (hacia el mar Negro). Durante los primeros años de su reinado, debido a los fracasos de la guerra de Crimea, se verá obligado a hacer importantes concesiones a los grupos liberales e ilustrados.

Los anglofranceses conquistan Sebastopol después de un asedio de más de un año. Austria amenaza de nuevo a Rusia con la guerra si se niega a firmar la paz, por lo que ha de ceder.

Suecia, Inglaterra, Francia y Turquía se coaligan frente a Rusia.

La guerra de Crimea (1852-1856) termina con el tratado de París. Gran Bretaña logra sus propósitos. Rusia accede a que sus barcos de guerra se mantengan fuera del mar Negro, con lo que el Imperio otomano parece quedar a salvo. Las potencias europeas frenan el avance de Rusia hacia el Mediterráneo. Rusia cede a Moldavia parte de la Besarabia y renuncia a su protectorado sobre Moldavia y Valaquia. Las potencias occidentales garantizan la integridad del Imperio otomano, se declara que el Danubio se abre a la navegación y el mar Negro queda neutralizado y abierto al comercio internacional.

En 1858 Rusia firma un tratado con China por el que este país le cede la orilla oriental del río Amur, una región que Rusia se había visto forzada a evacuar casi dos siglos antes.

El zar ALEJANDRO II libera a los siervos de la familia imperial.