CONDADO DE CASTILLA (842-1038)

Total de piezas: 52

RAMIRO II y Fernán GONZÁLEZ vencen a las huestes de ABDERRAMÁN III cerca de Osma.


ABDERRAMÁN III devuelve el golpe a RAMIRO II, pretendiendo que sea una repetición del que asestó en 920. ABDERRAMÁN III cerca Osma y San Esteban de Gormaz, RAMIRO II acude en ayuda de Fernán GONZÁLEZ logrando levantar el cerco de San Esteban de Gormaz y venciendo a las huestes califales cerca de Osma.

ABDERRAMÁN III, realiza una amplia campaña de hostigamiento contra los reinos cristianos del norte.


ABDERRAMÁN III, una vez asegurada la paz interna, realiza una amplia campaña de hostigamiento contra los reinos cristianos del norte durante el verano del año 934. En el transcurso de la misma sus aliados norteafricanos, los magalawa, pasan a cuchillo a los 200 monjes de San Pedro de Cardeña, cerca de Burgos, consiguiendo así mantener atemorizados a los cristianos del norte de la Península.

La línea de repoblación del reino de León avanza hasta el río Tormes, rebasando el límite del río Duero.


Como consecuencia de la victoria de la batalla de Simancas, la línea de repoblación del reino de León avanza hasta el río Tormes, rebasando el límite del río Duero. Las victorias cristianas en Simancas y Zamora permiten, pues, a RAMIRO II consolidar la ocupación de tierras más allá del Duero (Sepúlveda, Ledesma y Salamanca…), y reforzar la alianza con Pamplona, con lo que extenderá la influencia de su reino fuera de sus fronteras. No obstante, aunque ABDERRAMÁN III no volverá a dirigir personalmente a sus ejércitos en combate alguno, éstos seguirán haciendo incursiones más allá de los límites cristianos. La batalla de Simancas es fundamental en la Reconquista porque es un episodio tangible no una leyenda, fue un suceso real a diferencia de otros episodios más o menos mitificados. Simancas sirvió como propaganda de la fe católica en el reino de León y fuera de la península, constituyendo la primera gran victoria cristiana sobre los musulmanes, que está perfectamente documentada en fuentes árabes y cristianas.

ABDERRAMÁN III cerca Zamora con veinte mil hombres y se dirige Duero arriba con un fabuloso ejército.


El califa omeya, ABDERRAMÁN III, concibe un proyecto gigantesco para acabar de una vez por todas con el reino leonés, al que denomina gazat al-kudra, Campaña del Supremo Poder o de la Omnipotencia. El omeya reúne un gran ejército alentado por la llamada a la yihad. ABDERRAMÁN III cerca Zamora con veinte mil hombres y se dirige Duero arriba con un fabuloso ejército de ochenta mil hombres en busca del rey leonés que va a su encuentro. RAMIRO II reúne junto a su ejército el de los condes castellanos Fernán GONZÁLEZ y ASUR FERNÁNDEZ y también el ejército navarro de la reina TODA que dirige personalmente. El inicio de la batalla, tiene lugar, en la fecha, en la margen derecha del Pisuerga, al noreste de Simancas (Valladolid), es muy violenta y se prolonga durante varios días. Las crónicas cristianas contarán que se aparece San Millán. Y además, según contarán las crónicas, tanto árabes como cristianas, sucederá un eclipse de sol unos dias antes de la batalla y que de hecho retrasará su ejecución.

La Batalla de Simancas dura algunas jornadas (1-6/agosto) decidiéndose del lado de los cristianos.


La Batalla de Simancas dura algunas jornadas (1-6/agosto) decidiéndose del lado de los cristianos, al mando de Ramiro II e León, que hacen huir a las tropas musulmanas que no pueden tomar la fortaleza de Simancas. Después de la jornada de Simancas acontece el desastre para los musulmanes en tierras sorianas, en lo que se denomina la jornada de Alhándega o del Barranco. En dicha jornada los musulmanes que en su retirada de Simancas han arrasado la zona del río Aza en su camino hacia Atienza, sufren una emboscada en un barranco, donde son derrotados y puestos en fuga, consiguiendo los cristianos un gran botín. ABDERRAMÁN III regresa a Córdoba a revisar la situación de sus fuerzas y a rehacer su ejército. El mundo musulmán acusa el desastre hasta sus cimientos. Su magnitud queda patente por dos hechos: ABDERRAMÁN III manda crucificar por traidores y cobardes a trescientos de sus oficiales y, por primera vez, cronistas cristianos de fuera de la península se hacen eco del hecho de armas.

El conde castellano FERNÁN GONZÁLEZ repuebla Sepúlveda. Se rebela frente al rey de León.


El conde castellano, FERNÁN GONZÁLEZ, repuebla Sepúlveda. Teniendo ya bajo su gobierno un extenso territorio, adopta un postura de abierta rebeldía frente al rey de León, RAMIRO II. FERNÁN GONZÁLEZ se casa con SANCHA, hermana del rey de Navarra GARCÍA SÁNCHEZ lo que refuerza su poder y le permite acentuar su política autonomista.

FERNÁN GONZÁLEZ único en usar el título de Conde de Castilla.


En 946, FERNÁN GONZÁLEZ y DIEGO MUÑOZ están ya libres y repuestos en sus condados, siendo a partir de entonces FERNÁN GONZÁLEZ el único en usar el título de Conde de Castilla. Para fortalecer los lazos del castellano con León, RAMIRO II le vincula a su familia casando a ORDOÑO III, su hijo mayor, con Urraca, hija de FERNÁN GONZÁLEZ. FERNANDO ANSÚREZ queda desposeído del título de Conde de Castilla y este condado permanecerá ya definitivamente en posesión de FERNÁN GONZÁLEZ.

FERNÁN GONZÁLEZ, quiere conseguir la unidad de toda la frontera oriental del reino de León.


A mediados del siglo X el conde castellano FERNÁN GONZÁLEZ (930-970), quiere no sólo consolidar su poder frente al rey de León sino también conseguir la unidad de toda la frontera oriental. Despojando a los descendientes de VELA JIMÉNEZ, se apodera de Álava, con la conformidad o al menos el consentimiento del rey astur-leonés RAMIRO II y se titula conde de los dos territorios: Castilla y Álava, adquiriendo una independencia de facto con respecto al reino de León. Los vascones siguen independientes en el territorio de Vizcaya y parte de la actual Guipúzcoa.

Fernán GONZÁLEZ, el gran conde de Castilla, goza de una sólida fama y de un gran prestigio.


Fernán GONZÁLEZ, el gran conde de Castilla, ha estado sujeto a la autoridad de Ramiro Il hasta su abdicación y muerte (951) y será leal, dentro de sus marcados intereses personales, a sus sucesores en el trono (Ordoño III, Sancho I, Ordoño IV y Ramiro III) . Sus campañas militares frente al islam, a veces junto a su rey y otras en ejercicio de sus funciones como autoridad de la marca oriental del reino leonés, le harán acreedor de una sólida fama. Un prestigio que garantizará el gobierno exclusivo de Castilla para su linaje.

Las fuerzas de los reinos cristianos han menguado de tal manera que ni pueden defender sus fronteras.


Las fuerzas de los reinos cristianos han menguado de tal manera que ni siquiera bastan para defender sus fronteras del renovado ejército de ABDERRAMÁN III. Por lo pronto, ORDOÑO III propone al califa el establecimiento de un tratado. Córdoba envía embajadores y, conseguida la promesa de los cristianos de desmantelar algunos castillos que los musulmanes contemplan como una amenaza contra ellos, se llega a un acuerdo de paz al que se adhiere también Fernán GONZÁLEZ. Los reinos cristianos deberán, en consecuencia, satisfacer tributos. ABDERRAMÁN III ni siquiera se plantea la conquista de tales reinos. Le es más productivo cobrar de ellos cada año.