FERNANDO IV -el Emplazado- con nueve años de edad, bajo la tutela de su madre Dña. MARÍA de Molina, sucede a su padre Sancho IV en el trono de Castilla (1295-1312). La muerte de Sancho IV despierta todos los conflictos que habían permanecido callados hasta entonces.
CORONA DE CASTILLA (1230-1716)
Total de piezas: 625
El traidor infante JUAN regresa a Castilla y reclama su derecho al trono.
En efecto, el traidor infante JUAN regresa a Castilla, con el apoyo de DIONISIO de Portugal, y reclama su derecho al trono. Los nobles vuelven a la lucha para conseguir mayores privilegios.
Desaparecida la amenaza de los benimerines, JAIME II el Justo, adopta un papel conciliador.
Desaparecida la amenaza de los benimerines en la Península, el rey de Aragón, JAIME II el Justo, que no está dispuesto a facilitar la conquista castellana del reino de Granada, sino a fomentar los intereses mercantiles de sus súbditos en la zona, adopta un papel conciliador.
JAIME II el Justo, pone en marcha un plan destinado a destruir la unión entre Castilla y León.
Por su parte, JAIME II el Justo, rey de Aragón, que teme el excesivo poder de Castilla, pone en marcha un plan destinado a destruir la unión entre Castilla y León. Con la connivencia de una parte importante de la nobleza castellana, pretende que Castilla sea regida por ALFONSO de la Cerda mientras que el infante JUAN debe convertirse en rey de León. El reino de Murcia sería para Aragón mientras que algunas plazas fronterizas pagarían la participación de Navarra y Portugal.
DIEGO LÓPEZ de Haro -hermano del asesinado Lope Díaz de Haro (1288)- regresa al señorío de Vizcaya.
Habiendo muerto el rey Sancho IV de Castilla, DIEGO LÓPEZ de Haro -hermano del asesinado Lope Díaz de Haro (1288)- regresa al señorío de Vizcaya.
El rey nazarí y el aragonés firman un tratado de paz y de ayuda mutua contra Castilla.
El plan de JAIME II consiste, primero en enfrentarse a Castilla (debilitada por la minoridad de FERNANDO IV el Emplazado), arrastrando en la contienda a Granada y, después, llevar a Castilla contra Granada, al mismo tiempo que se neutraliza a Marruecos, donde los benimerines han conseguido ampliar su dominio. De acuerdo con la primera parte de este esquema, el rey nazarí y el aragonés firman -en la fecha- un tratado de paz y de ayuda mutua contra Castilla. En esta misma línea, JAIME II el Justo da soporte a ALFONSO de la Cerda en sus pretensiones al trono, porque le hace fuertes cesiones: Cuenca y otras villas por un lado y Murcia por el otro.
JAIME II el Justo se lanza contra Alicante, Elche, Orihuela y Murcia a la que ocupa.
El ataque es simultáneo y aterrador. MARÍA de Molina y FERNANDO IV quedan aislados en Valladolid, mientras el reino es atacado por todas partes. DIONISIO I de Portugal remonta el Duero camino de Valladolid, JAIME II el Justo se lanza contra Alicante, Elche, Orihuela y Murcia a la que ocupa el 2 de agosto. Fernando de la Cerda, hermano de ALFONSO, con ayuda aragonesa y navarra, penetra hasta Sangüesa. El intento de ALFONSO de la Cerda para penetrar en Castilla por el sector de Cuenca fracasa. Lo cierto es que cuando DIONISIO I está llegando a Simancas, y tiene Valladolid al alcance de la mano, desiste de su empresa y regresa a Portugal. Al fracasar el intento de ALFONSO de la Cerda, JAIME II se ve obligado a cambiar de política respecto a Castilla; es decir, se alía con FERNANDO IV el heredero designado por el rey.
El rey de Granada no tarda en aprovechar la ocasión y lanza una ofensiva contra los castellanos.
El rey de Granada por su parte, no tarda en aprovechar la ocasión y pronto lanza una ofensiva contra los castellanos, aunque se ve detenido ante los muros de Tarifa, defendidos una vez más por ALONSO PÉREZ de Guzmán, el Bueno, fiel a MARÍA de Molina y al rey FERNANDO IV.
Oposición de GUZMÁN el Bueno cuando el regente intenta una paz con Mohamed II, rey de Granada.
Cuando el regente intenta una paz con Mohamed II -rey de Granada- y se muestra propicio a entregar Tarifa, se encuentra también con la resuelta oposición de GUZMÁN el Bueno, quien se niega a cederla.
Los graves peligros que amenazaban Castilla y al rey pronto se desvanecen y los partidarios del rey pueden ya pasar a la contraofensiva.
Los graves peligros que amenazaban Castilla y al rey pronto se desvanecen y hacia finales de 1296 los partidarios del rey pueden ya pasar a la contraofensiva. La fidelidad demostrada hacia su rey por el pueblo llano y por los concejos es decisiva. La resistencia que ésta hizo posible acabó transformándose en victoriosa ya que ninguno de los atacantes poseía recursos para largas campañas. La lucha acabó por medio de acuerdos por separado con cada una de las partes. Si las pérdidas territoriáles fueron mínimas, el daño económico, por el contrario, fue desolador.

