Al anexionar la Iglesia romana los territorios de Bulgaria, los bizantinos se indignan y FOCIO rompe la comunión con Roma. En una carta dirigida, en la fecha, a los tres patriarcas de Oriente FOCIO lanza graves acusaciones contra los latinos, sobre las costumbres eclesiásticas introducidas entre los búlgaros y sobre sus doctrinas heréticas acerca de la procesión del Espíritu Santo (Filioque). Niega la primacía del Obispo de Roma, alegando, que, puesto que los emperadores residen en Constantinopla, la sede primada es la suya.

A pesar del apoyo decisivo del pontífice ADRIANO II, IGNACIO (Patriarca de Constantinopla) aparta a los cristianos búlgaros de la obediencia a Roma, poniéndolos bajo la dependencia de Bizancio. Contrariamente en el caso de Moravia, ADRIANO II sí consigue su obediencia gracias al apoyo dado a Cirilo y Metodio.

Los obispos alemanes que no están de acuerdo con que se celebre la liturgia en eslavo, obtienen, en la fecha, del papa ESTEBAN V, la condena de dicha liturgia contrariamente a lo decidido por el papa Juan VIII ya fallecido. Perseguidos, los discípulos de METODIO se refugian en Bulgaria. Los búlgaros, una población asiática profundamente eslavizada, dudan entre Roma y Constantinopla. Finalmente, adoptan el alfabeto cirílico y la liturgia eslava. (En el siglo siguiente, los rusos recibirán de los búlgaros su alfabeto y su liturgia)

El Papa ESTEBAN V -engañado por una carta falsamente atribuida al papa Juan VIII- prohibe el rito eslavo, autorizado por Adriano II y J?uan VIII.

Durante el reinado del emperador SIMEÓN I el Grande (893–927), el hijo de Boris, Bulgaria alcanza su máxima expansión territorial en su historia.

El reinado del emperador bizantino ALEJANDRO III es muy breve, pues mientras los búlgaros empiezan a prepararse para la guerra contra el Imperio, ALEJANDRO muere en la fecha. En su lecho de muerte nombra a su sobrino CONSTANTINO como heredero.

SIMEÓN I el Grande de Bulgaria logra ganar una supremacía militar sobre el Imperio bizantino, demostrada en la batalla de Aqueloo, una de las batallas más sangrientas en la Edad Media, así como una de sus victorias más decisivas. Su reinado también verá el desarrollo de una cultura eslava cristiana muy rica y única, que se convertirá en un ejemplo para otros pueblos eslavos de Europa del Este y también fomentará la existencia continua de la nación búlgara, a pesar de fuerzas que la amenazan. Es el primer soberano de este país que adopta el título de «tsar» (zar; versión eslava de «Caesar»). Esto significa que hay dos monarcas en el Este que se llaman a sí mismos emperadores. Hay un tercero en Occidente: Arnulfo, sobrino de CARLOS el Gordo.

En el Imperio bizantino, ZOE tampoco consigue éxito alguno con los búlgaros, y en 919 es reemplazada por ROMANO I Lecapeno, que casa a su hija Elena con Constantino. ROMANO I Lecapeno, era el hijo de un guardia imperial de origen armenio llamado Teofilacto Abstartos, que era apodado como “el Insoportable”. Según algunas fuentes, la juventud de CONSTANTINO VII habría sido especialmente triste, debido a su apariencia poco agraciada, su carácter taciturno y por haber sido relegado al tercer nivel de sucesión, tras los dos hijos de ROMANO I Lecapeno. Sin embargo, era un joven muy inteligente con múltiples intereses, y habría dedicado los años apartado del trono para estudiar las costumbres de la corte. ROMANO I Lecapeno se hizo con el poder en solitario hasta 944.

Los búlgaros derrotan decisivamente a los servios.

El 27 de mayo de 927, SIMEÓN I de Bulgaria muere de un paro cardíaco en su palacio de Preslav.