Rusia es el socio energético ideal para China, que recibe el 80% de sus importaciones de crudo por vía marítima, a través de los estrechos de Malaca, fácilmente bloqueables en caso de conflicto o embargo norteamericano. Un suministro continental de origen ruso es muy deseable para China, que no se siente segura con su actual situación, expuesta a imprevistos. Aunque no es lo fluido que podría ser, el comercio bilateral, que era de 10.000 millones de dólares en el 2001, ascendió a más de 29.000 millones en el 2005. El objetivo cara al 2010 está entre 60.000 y 80.000 millones de dólares. El acercamiento y la cooperación entre Rusia y China en su acción exterior han quedado reflejados en una posición común opuesta a la política de sanciones en las crisis internacionales, que ha frustrado el plan de Washington de aplicarlas a través de la ONU contra Corea del Norte y contra Irán. China y Rusia también se oponen al unilateralismo y a la militarización del espacio, dos aspectos que se repiten en las últimas declaraciones conjuntas.

China y Rusia acuerdan reforzar su cooperación en el campo de la energía con una nueva red de gasoductos que comenzará a funcionar de aquí a cinco años. El anuncio se hizo al término de la primera jornada de la visita oficial que realiza el presidente ruso, Vladimir Putin, a Pekín. En total, se firmaron quince acuerdos, de los que cuatro competen a temas energéticos, entre el gigante asiático, segundo consumidor mundial de petróleo, y su vecino ruso, segundo exportador de petróleo y primer suministrador de gas. Aunque la relación entre Rusia y China suele reducirse a un comercio que se ha triplicado en cuatro años y que consiste, básicamente, en armas y petróleo a cambio de productos acabados chinos, es en lo político donde está sucediendo lo más notable. Su contexto general es el empantanamiento de Washington en Irak y el relativo abandono de amplias zonas del mundo por parte de EEUU., que parece haber llegado al límite de sus posibilidades.

Los dos países (Rusia y China) coinciden en su común interés en que EEUU. se vaya de las posiciones que adquirió en el patio trasero ruso-chino de la Asia central ex soviética en el 2001 con la excusa de la “lucha contra el terrorismo” y han aprovechado con cierta habilidad las criticas estadounidenses a Uzbekistán para facilitar el regreso al redil del presidente de ese país, Islam Karimov, que ha cancelado el permiso para la presencia de tropas norteamericanas allá. La tercera gran coincidencia entre rusos y chinos es India. Ni Moscú ni Pekín quieren que India se convierta en un vasallo de EEUU. en Asia. “El verdadero siglo de Asia llegará cuando China e India vayan de la mano”, dijo en su última conferencia de prensa el primer ministro chino Wen Jiabao. Los dos países están resolviendo sus principales puntos conflictivos; el pleito fronterizo está siendo objeto de negociaciones y, para prevenir posibles colisiones derivadas de su común y creciente sed de petróleo, se han firmado acuerdos en materia de producción y explotación conjunta de recursos. Uno de los temas barajados, de gran importancia para la Unión Europea, es un comercio energético en Asia en euros, una pésima noticia para EEUU. y su dólar.

Para el Vaticano, nombrar obispos e influir en la vida interna de estados soberanos es una prerrogativa histórica y se apoya en una tradición milenaria. Pero en China hay otra tradición, aún más milenaria, según la cual “no hay más que un sol sobre el cielo”, es decir, que nadie está por encima del emperador y, por tanto, la religión debe estar sometida al Estado. China es un país tolerante en el tema religioso, pero puede truncar esa actitud en la más feroz de las persecuciones si interpreta que hay un reto al Estado o creación de autoridades paralelas. De esta diferencia parten muchos malentendidos y las actitudes concretas los profundizan. La nominación de Zen pertenece a esa serie.

El presidente de EEUU., George W. Bush, pide a su homólogo chino, HuJintao, que acompañe el desarrollo económico de su país con la apertura política y el respeto a los derechos humanos. El histórico encuentro se ve deslucido por una ruidosa manifestante contra Hu que rompió el cuidado protocolo.

“Los cambios de la política macroeconómica tardan mucho”, dijo resignado Rodrigo Rato durante la asamblea semestral del Fondo Monetario Internacional (FMI), en referencia a los ya casi diez años en que el FMI viene advirtiendo sobre el peligro de una economía mundial en la que EE. UU. se limita a comprar, y China, a vender. La expansión del déficit por cuenta corriente en EE. UU. – la diferencia negativa entre sus exportaciones e importaciones, más los flujos de beneficios e intereses- sólo es posible porque, como ha dicho el ex secretario del Tesoro Larry Summers, la economía mundial se rige por “una especie de equilibrio de terror financiero”. Se refería a la paradoja de que China, el principal rival de EE. UU. en la lucha por la hegemonía económica en el siglo XXI, se convierta en su principal acreedor, una fuente esencial de financiación de su deuda externa.

Pekín ha nombrado obispo de Kunming, la capital de la provincia de Yunan, a Ma Yingling, un clérigo conocido por su fidelidad al Estado.Maera secretario general del Consejo Chino de Obispos, que el Vaticano no reconoce, y vicepresidente de la Asociación Católica Patriótica China, avalada por las autoridades. El nombramiento se considera una respuesta de Pekín al Vaticano.

China está lanzando claras señales de apertura religiosa. En abril, se celebró en Hangzhou el primer foro internacional budista desde 1949, que contó con más de mil expertos y monjes de 34 países, y ha abierto el diálogo con el Dalai Lama. La Santa Sede también ha lanzado señales. Dice que al Papa le gustaría visitar China, pero, como ocurrió en el 2000 con la decisión de Juan Pablo II de canonizar a 120 santos chinos, los buenos deseos se mezclan con lo que Pekín interpreta como gestos no amistosos. Así, los chinos vivieron como una afrenta que el Vaticano efectuara la canonización el 1 de octubre, el día nacional de China. Ahora, el nombramiento de Ma parece la respuesta por la bofetada que supuso el nombramiento de Zen.

Se estima que en China –país de casi 1.300 millones de habitantes–, hay unos 13 millones de católicos, de los cuales 5 millones forman parte de la Asociación Católica Patriótica, obediente al Partido Comunista y con obispos nombrados por el Gobierno. Los 8 millones restantes pertenecen a la Iglesia católica clandestina, fiel al Papa. China y el Vaticano rompieron relaciones diplomáticas en 1951 por decisión de Mao Tse Tung, y en los últimos meses ha habido signos de deshielo por ambas partes. Pero parece que están previstas en China otras veinte ordenaciones episcopales sin aquiescencia papal. “La Asociación Patriótica está haciendo de todo para bloquear cualquier avance en las relaciones entre China y Vaticano. Sabe que en el futuro, cuando haya relaciones diplomáticas, la Iglesia no querrá depender de una asociación no eclesial. (…) Para la Asociación Patriótica, estas ordenaciones son un enorme golpe de timón para salvar sus poltronas.”

Los partidarios de la jurisdicción universal para la persecución de los delitos de genocidio han conseguido un sonoro éxito en el Tribunal Supremo español, que ordena a la Audiencia Nacional investigar la persecución contra el movimiento religioso chino Falun Gong. El Gobierno chino protesta contra esta decisión. El Gobierno chino lamenta la decisión del tribunal español y afirma que los querellantes dicen sólo “mentiras”. Los querellantes sostienen, en apoyo de sus tesis, que en China no existe un poder judicial independiente, y que toda denuncia interpuesta en los tribunales se vuelve contra quien la promueve, porque se convierte en sujeto pasivo del proceso, en lugar de ejercer su papel como impulsores de la investigación. Por otra parte, China no ratificó el Estatuto de Roma que creó la Corte Penal Internacional. A mayor abundamiento, China forma parte del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que, según los querellantes, veta cualquier iniciativa contra la persecución que sufren los miembros de Falun Gong ante dicho organismo. Desde que empezó la represión contra el movimiento religioso, en julio de 1999, han sido asesinadas unas 20.000 personas. Las acusaciones se dirigen contra el actual presidente del Comité Nacional del Consejo Consultivo Político del Pueblo Chino, Jia Qinglin, secretario del Comité Municipal de Pekín entre 1997 y 2002, en relación con quince víctimas de la persecución denunciada.