Al negarse el emperador JUSTINO II a pagar tributos pactados con los Persas recomienza la guerra en el frente oriental, situación que se prolongará hasta 590.

Los persas sasánidas, a petición de los yemeníes, expulsan a los axumitas (etíopes) que ocupan Yemen desde hace medio siglo (525), poniendo fin a la influencia cristiana en Arabia.

Fallece JUSTINO II, le sucede TIBERIO I Constantino (578-582) su hijo adoptivo. Sigue la lucha contra los persas. Será derrotado por ávaros y por eslavos. Empobrecimiento del Imperio romano de Oriente.

A Cosroes I, rey sasánida de Persia, le sucede su hijo HORMIDAS IV (579-589)

Muere COSROES I rey sasánida de Persia.

En el año 580 los turcos han destruido a los heftalíes y dominan las estepas desde Manchuria hasta puntos tan al oeste como el mar de Aral. Los Jázaros, otro pueblo turco, se establecen en las estepas del Caspio. De la misma manera que el Imperio romano de Oriente está siendo asolado por las invasiones de búlgaros y ávaros, Persia lo es por las correrías de turcos y jázaros. Los persas los rechazan, pero también salen gravemente debilitados ya que la guerra con Bizancio continúa de forma esporádica, pues ambos contendientes -Persia y Bizancio- están cada vez más quebrantados y vacilantes.

El ejército bizantino obtiene las victorias de Gantzak y Adiabene y colocan finalmente a COSROES II el Victorioso en el trono de Persia (590-628). MAURICIO -emperador bizantino- y COSROES II mantendrán lazos de amistad, y esto parecerá una oportunidad para implantar la paz.

VARAHAN usurpa la corona de Persia, comenzando una guerra civil. COSROES Parwiz, el hijo de rey Hormidas IV, pide asilo y ayuda a MAURICIO, que accede con sus condiciones: la cesión de la Armenia Persa a favor del Imperio romano de Oriente y las ciudades de Dara y Martirópolis mas una parte de la Mesopotamia.

El Imperio romano de Oriente y Persia firman un contrato de paz.

Gracias a la paz concertada con Persia, MAURICIO inicia una campaña en los Balcanes contra los eslavos y los ávaros, que se han apoderado de Sirmium, Singidunum (Belgrado) y Viminacium, entre otras ciudades, y desde allí inician sus saqueos hacia Tracia. Los soldados que han luchado en el frente oriental son puestos a las órdenes de Prisco, quien rechaza a los ávaros fuera del territorio de Tracia y decide atacar a los eslavos mas allá del Danubio. Para ello atraviesa el río a la altura de Silistria y ataca por sorpresa a Ardagasto en su propio campamento. A pesar de tranquilizarse, tanto ávaros como eslavos siguen presionando sobre las tierras del Imperio.