ALEJANDRO Magno funda en Egipto, en el delta del Nilo, la ciudad de Alejandría. Será capital del país en tiempo de los TOLOMEOS, que la convertirán en centro cultural y científico con su célebre biblioteca varias veces incendiada, universidad y varios museos. El Faro de Alejandría será una de las siete «Maravillas del mundo» antiguo. (Aunque Alejandría de Egipto es la más universal, excelsa y perdurable de cuantas urbes fundó el Gran Macedonio, más de una docena de otras ciudades -Alejandrías- le deben también existencia y nombre.)
MACEDONIA
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Hay judíos que sirven de mercenarios de ALEJANDRO y otros se asientan en la recién fundada ciudad de Alejandría.
Hay judíos que sirven de mercenarios de ALEJANDRO y otros se asientan en la recien fundada ciudad de Alejandría, en el Delta. ALEJANDRO concede plenitud de derechos a los judíos alejandrinos, la comunidad más privilegiada y pujante de cuantas existen en la diáspora helenística y, posteriormente, romana. Los judíos de Palestina no tienen razón ninguna para sentir pesadumbre por su nueva situación, no tanto por lo mal que lo hubieran pasado bajo el dominio aqueménida, no demasiado, cuanto por lo que se prometían y estaban ya recibiendo de los greco-macedónicos.
El ejército macedonio se dirige desde Egipto a Mesopotamia.
El ejército macedonio, con ALEJANDRO a la cabeza, se dirige desde Egipto a Mesopotamia alcanzando el río Tigris en septiembre de 331aC. Antes de que ALEJANDRO Magno se enfrente al emperador persa DARÍO, su ejército simula el combate dividiéndose en dos bandos, cada uno con su propio caudillo. Como el simulacro parece desembocar en una batalla real, ALEJANDRO pone paz y ordena luchar a los dos falsos caudillos cara a cara, resultanto vencedor el que se hace llamar como él. El Rey intuye esta victoria como una premonición de la suya propia.
La batalla de Arbelas abre a Alejandro las puertas de Persia y con ellas las de toda el Asia.
DARÍO III reúne a todo su ejército -tropas propias, contingentes indios, mercenarios griegos, carros escitas y elefantes- en Gaugamela, frente a la ciudad de Arbelas (hoy Mosul, Irak). La noche antes de la batalla, ALEJANDRO duerme profundamente y a la mañana siguiente, el día de la fecha, sus generales le preguntan cómo ha podido dormir tan plácidamente teniendo las tropas de DARÍO tan cercanas. «Porque el rey DARÍO me ha tranquilizado mucho -contesta- reuniendo todas sus tropas en un solo lugar, ya que así las podré derrotar en una sola batalla». Y así sucede. La batalla de Arbelas -o Gaugamela- abre a ALEJANDRO las puertas de Persia y con ellas las de toda el Asia. Pero DARÍO huye de nuevo ante el empuje de los macedonios y ALEJANDRO, a pesar de haberse lanzado en su persecución, no consigue detenerlo. Parece ser que el emperador persa lleva muy malo saber que su vida corre peligro. DARÍO III pierde dos batallas: Isos y Arbelas y el imperio más grande del mundo por ser un cobarde.
El asalto al campamento de DARÍO supone para ALEJANDRO un nada despreciable botín.
El asalto al campamento de DARÍO supone para ALEJANDRO un nada despreciable botín. Ahora nada puede detener el avance macedonio hacia Babilonia, que será alcanzada sin dificultad, mientras DARÍO obtiene refugio temporal en Arbela y después en Ecbatana, la capital de Media. Así, pues, en la fecha, Alejandro ocupa las ciudades de Babilonia y Susa, antes de emprender la persecución de Darío para impedirle reunir un nuevo ejército en las satrapías más orientales. Por tanto Darío huye de nuevo hacia Hircania, una satrapía situada al sur del Caspio, y desde allí tratará de dirigirse a Bactra, la capital de Bactriana, perseguido de cerca por el ejército macedonio.
Al ver que Alejandro está decidido a capturar a Darío, un grupo de nobles persas, asesina a Darío.
Sin embargo, al ver que ALEJANDRO está decidido a capturar a DARÍO, un grupo de nobles persas, entre los que se encuentran los sátrapas Besos, Barsaentes y Nabarzanes, toman a DARÍO como rehén, para así poder pactar con ALEJANDRO y, al entregarlo, obtener del rey macedonio la independencia de las satrapías orientales que gobernaban. Enterado ALEJANDRO de estos sucesos por un grupo de persas fugitivos, emprende una rápida marcha para llegar hasta DARÍO (mediados de julio de 330 aC), pero poco antes de llegar al campamento de los sátrapas insurgentes, éstos apuñalan a DARÍO al tener conocimiento de su llegada a fin de evitar que caiga en sus manos, y emprenden la huida. DARÍO sólo sobrevive unos instantes, agradeciendo el socorro que le brinda un destacamento macedonio. Se cuenta que ALEJANDRO, al ver el cadáver de DARÍO, lloró y lo cubrió con su manto, diciendo: «No era esto lo que yo pretendía».
Los generales (diácodos = herederos) deciden que el hijo de ROXANA y un hermano bastardo de ALEJANDRO Magno serán reyes del imperio.
Los generales (diácodos = herederos) deciden que el hijo de ROXANA y un hermano bastardo de ALEJANDRO Magno serán los reyes del imperio, bajo la regencia de uno de ellos: PERDICAS. Los demás jefes se reparten las satrapías (o gobernaciones de los grandes países). El imperio de ALEJANDRO se desmembró, pues los sátrapas se fueron haciendo cada vez más independientes del poder central. Pero continuaron conservando la cultura griega.
Llega a Macedonia la noticia de la muerte de ALEJANDRO Magno.
Llega a Macedonia la noticia de la muerte de ALEJANDRO Magno. El interés de su madre Olimpia, que de nuevo a sido expulsada de Macedonia por Antípatro, se desplaza del derribo de éste a la salvación de su propia persona y al mantenimiento de la línea sucesoria encarnada por Alejandro IV, hijo póstumo de Alejandro y de la princesa persa Roxana. La «reina», pues, espera atenta y pacientemente su ocasión.
Casandro, hijo de Antípatro, se hace con el poder en Macedonia.
Casandro, hijo de Antípatro, se hace con el poder en Macedonia. Olimpia, viendo peligrar seriamente las opciones futuras de su nieto, ataca el reino. La historiografía, en general hostil a Olimpia, no dejará de señalar la crueldad con que ésta pasa a cuchillo a una serie de personas cercanas a la familia y cómo masacrará a los seguidores de Casandro.
La decisiva ayuda ateniense se inclinará finalmente por Casandro en detrimento de la «reina».
De hecho Olimpia, tendrá cerca el cumplimiento de su objetivo, pero la falta de apoyo militar en el momento preciso, así como el cambio de orientación de la decisiva ayuda ateniense, que se inclinará finalmente por Casandro en detrimento de la «reina», truncará su vida, la de su nuera y la de su nieto: todos fueron ejecutados en 316 aC. Con su muerte se desvanecerá el sueño de perpetuar la estirpe de los reyes que nunca volverán, sus añorados Filipo y Alejandro.