Acuerdo franco-japonés sobre la independencia e integridad de China.

Japón, practicando una política colonial, empieza la explotación de Manchuria, como la de Corea, a fin de satisfacer las propias necesidades niponas.

Corea, en la fecha, es formalmente declarada colonia japonesa. Durante el período subsiguiente (1910-1945) experimentará un considerable proceso de industrialización y desarrollo económico, dirigido a satisfacer las necesidades del Imperio japonés; los capitales japoneses financiarán y controlarán la producción hidroeléctrica, las plantaciones de arroz, la construcción de ferrocarriles, etc.

Mientras se combate en Europa, Japón trata de evitar un enfrentamiento abierto con la Entente y los Estados Unidos y apoderarse de la concesión alemana de Kiaochou, lo que le permitiría ampliar su zona de influencia en China del Norte hasta el río Ynag Tsé. Estas ambiciones territoriales mueven a Japón a situarse al lado de los aliados ante la esperanza de hacerse con las posesiones alemanas en China por lo que en la fecha, Japón declara la guerra a Alemania y presenta a Beijing las «21 exigencias» que constituyen en realidad un programa de colonización. No tardará en apropiarse de las posesiones alemanas en China e islas del Pacífico.

En sus demandas secretas de 1915, el gobierno japonés presiona al chino a reconocer el control de Japón no sólo sobre Shandong sino también sobre Manchuria y Mongolia, entre otras regiones. Al hacerse públicas, las demandas son recibidas con indignación tanto en China como en Occidente, ya que dejan al descubierto las ambiciones expansionistas de Japón, sordas a la creciente marea nacionalista que amenaza con cubrir al vecino país. China deberá acceder a estas demandas y así las hará efectivas en el mes de mayo.

A consecuencia de sus relaciones con Japón, se forma en China un amplio frente antinipón. China declara, en la fecha, la guerra a Alemania, creyendo con ello que estando al lado de los aliados ganará alguna consideración en el tratado de paz, pero esa esperanza se verá defraudada. Los tratados de paz confirmarán la fransferencia al Japón de las áreas de China previamente controladas por los alemanes.

En Japón, la población ha pasado de treinta y cinco a cincuenta y cinco millones de individuos entre 1873 y 1918.

La confusión que sigue a la caída del zar y la revolución bolchevique en Rusia reaviva las ambiciones militares japonesas de hacerse con el control de la Siberia oriental. En julio de 1918, Japón envía 75.000 hombres, una cifra tres veces superior a la que han movilizado sus aliados, como parte de una fuerza expedicionaria aliada destacada en Siberia. Una vez allí, los japoneses se muestran reacios a responder a las presiones internacionales y retirar sus tropas, permaneciendo en Siberia hasta 1922.

Los intentos de suprimir la nacionalidad y la cultura coreana por parte del Japón, producirán movimientos de resistencia que llevarán a la gran demostración pasiva de 1919, duramente reprimida, y a la formación de un gobierno en el exilio, con residencia en Saigón, bajo la presidencia de Syngman Rhee.  Eminentes coreanos firman  el Manifiesto de los 33 en pro de la independencia de su país, convertido en una colonia de Japón. Este acto fue el inicio de un movimiento general de protesta contra la ocupación, sofocado unos meses más tarde.

A pesar de que China ha entrado en la Primera Guerra Mundial al lado de los aliados, Japón mantiene su hegemonía en la zona. Consecuencia de ello es la revolución del movimiento del Cuatro de Mayo de 1919, encabezada por Sun Yatsen y miles de estudiantes. En este sentido, el Movimiento constituyó un paso adelante respecto a la Revolución de 1911. Tras este movimiento tiene lugar la corriente que exalta “la
ciencia y la democracia”. No obstante, esta tentativa fracasará también bajo la represión de los señores de la guerra y la invasión japonesa (a partir de 1931 en Manchuria) provocando una crisis nacional.