El caos político y económico de Europa al comenzar la Gran Depresión llevó a una serie de cambios importantes en la política extranjera que iban a sentar las bases para el advenimiento del conflicto. En Alemania, HITLER iba a cumplir con su ambición de hacer añicos el Tratado de Versalles anunciando la expansión militar alemana. Al mismo tiempo, Hitler -una especie de paria en el ámbito internacional- anunció su primer acuerdo internacional importante, un pacto de no agresión con Polonia. HITLER, siempre ambicioso, empezó a preparar el Ansch1uss, o anexión de Austria.

Tras la primera guerra mundial, las visicitudes de la historia hacen de Austria una potencia menor, con una gran metrópoli, Viena, como capital. Viena se ha desarrollado como centro de una gran potencia, pero ahora lo era de lo que restaba de ella. La población austríaca es casi enteramente de habla alemana, y existe un arraigado sentimiento en favor de la unión con Alemania. Pero los tratados de paz lo prohiben en absoluto pues fortalecerían en exceso a Alemania. En su búsqueda de amigos, Austria encuentra a Italia, en el Sur y, en la fecha, firma con ese país un tratado de amistad. Italia, por supuesto, hará lo posible para animar a la derecha a implantar el fascismo en Austria.

Engelbert Dollfuss es elegido canciller de Austria a los 39 años. Formará un estado cristiano, autoritario y paternalista, creando el Frente Patriótico, destinado a reemplazar gradualmente a los partidos.

Famoso sería también el Concordato que, como enviado del Pontífice, el futuro PÍO XII firma con Austria y con la Alemania nazi en 1933. El testimonio de su ejemplar servicio y adhesión al Santo Padre quedaría grabado en los corazones de algunos cardenales alemanes cuando, en una importante reunión con ellos, pocos meses antes de ser llamado a la presencia del Padre Eterno, S.S. Pío XI les hacía partícipes de esta confidencia: \”Sé como nadie lo que Su Eminencia -refiriéndose al Cardenal Pacelli- hace por mí y por la Iglesia, y ustedes deben saber lo que Nos debemos a nuestro Secretario de Estado. Piénsenlo cuando yo no esté aquí\”.

El canciller Dollfus se erige en dictador de Austria para evitar la absorción de su país por Alemania.

En Austria, en la fecha, el Gobierno conservador de Engelbert DOLLFUSS, canciller desde 1932, disuelve el Parlamento e instaura un régimen autoritario. Este régimen,en puridad, no puede ser calificado de fascista, aunque sí -como en el caso del carlismo o de los nacionalismos vasco y catalán- firmemente católico, conservador, nacionalista y antiliberal. Esas circunstancias explican su alianza con Mussolini. Dollfuss también tiene otra razón para la suspensión de la democracia en Austria: los Nazis. Con Hitler como canciller alemán, parece cada vez más probable que en las elecciones futuras los nazis austriacos ganen en mayoría, y Austria deje de existir como estado.

En Austria, las posiciones políticas se radicalizan y los socialcristianos se enfrentan con los socialistas por un lado y con las nuevas formaciones nacionalsocialistas por otro. Con HITLER en el poder en Alemania, el canciller DOLLFUSS se enfrenta a la creciente presión de los nazis austríacos prohibiendo el partido nazi.

En Austria, los socialistas, sometidos a continuas provocaciones, se alzan en armas, en la fecha, pero no logran resistir más que unos pocos días.

Mussolini conoce y teme las intenciones de Hitler respecto a Austria e intenta impedirlas. El 17 de febrero de 1934 realiza una declaración garantista de la independencia de Austria, a la que se adhieren Gran Bretaña y Francia. Pero el tema seguirá preocupando al Duce, que en marzo tratará de apuntalar la independencia austriaca firmando el protocolo de Roma con Austria y Hungría, que prevé consultas y apoyo mutuo si alguno de los signatarios es amenazado. Esos acuerdos son muy poco consistentes y no resuelven la preocupación del dictador, para quien la independencia austríaca garantiza su influencia en Europa central, constituye un escudo frente a Alemania y resuelve el problema del Alto Adigio italiano, en el que viven trescientos mil austriacos que, de producirse la absorción austriaca por Alemania, se convertirán en trescientos mil alemanes, reivindicadores de la unión de ese territorio con Alemania, tal como ya comenzaba a percibirse en los Sudetes checos.

En Austria, el canciller DOLLFUSS suprime las milicias socialistas (disturbios de Viena de 1934) y trata de apoyarse exclusivamente en los socialcristianos y sus formaciones paramilitares para formar un Estado conservador y católico de organización corporativa. Todos los partidos son abolidos, excepto el Frente Patriótico creado por Dollfuss. El precio que pagará Austria por su amistad con Italia será convertirse en fascista.