Menudean los pequeños problemas en África planteándose un contencioso entre España y Francia por el alcance de las posiciones hispanas en Guinea.

Los marroquíes, protestan de la pretensión española de construir el fuerte de Sidi Aguariach, en las proximidades de Melilla.

Después de paralizar la construcción de un fuerte en Sidi Guariach a causa de la oposición de los marroquíes que denuncian la profanación de una mezquita y un cementerio, el Gobierno de Madrid ordena, en la fecha, reanudar las obras a lo que los rifeños responden con un ataque generalizado. Ante la presión contra los obreros, el general García Margallo, gobernador militar de Melilla, acudirá con un destacamento y morirá en el combate (2/10/1893).

Ante la presión contra los obreros, el general García Margallo, gobernador militar de Melilla, acudirá con un destacamento y morirá en el combate (2/10/1893)

El general Martínez Campos desembarca en el puerto de Melilla, en la fecha, con un ejército de 20.000 hombres. De inmediato negocia con el sultán el fin de los ataques. El sultán acepta la fijación de límites en la zona neutral de melilla y el castigo de los rifeños culpables del ataque a los obreros (6/12/1893)

El sultán de Marruecos, viendo la superioridad que adquiere el ejército español en el conflicto del Rif, se aviene a negociar y, en la fecha, se llega a un acuerdo -Tratado de paz de Marrakech-, por el que se decide el castigo de los moros rebeldes, la creación de una «zona neutral» en el Rif y una indemnización de 20 millones de pesetas. La victoria española consigue arrancar del sultán de Marruecos nuevos reconocimientos de la soberanía española sobre todos sus enclaves en Marruecos.

Abd al-Aziz ibn al-Hassan es nombrado Sultán de Marruecos (1894-1908). Hijo de Hassan I, le sucedió el 7 de junio de 1894 cuando sólo contaba con 14 años de edad, al haber sido desheredado el hijo primogénito. Debido a la minoría de edad del nuevo Sultán, el gran Visir Ba-Ahmed ejerció la regencia hasta 1900. Su falta de personalidad hizo pensar a la opinión pública y a los observadores extranjeros que Marruecos se encaminaba a perder su independencia y llevó a su propia madre a imponer como gran visir a El Hadj el-Moktar que sin embargo sólo gobernó durante un breve período ya que desde 1901, Abd al-Aziz gobernó con la ayuda de consejeros europeos, especialmente ingleses, que abusaron de su inexperiencia. Intentó modernizar las estructuras feudales del país y así, en septiembre de 1901, inició una gran reforma administrativa y fiscal en la que suprimió los impuestos coránicos y transformó a los caídes en asalariados del Makhzen. Estas revolucionarias medidas provocaron una ola de descontento entre los notables del país que entraron en lucha abierta contra el gobierno central y dividieron Marruecos en numerosas facciones que escaparon del control del sultán.

Fracasa el acuerdo franco-español sobre Marruecos.

La competencia naval con Alemania, es el motivo de que Gran Bretaña responda, en la fecha, con la «Entente cordiale» con Francia. El término se empezó a utilizar hacia 1840. Así, «Entente cordiale» se usa para referirse al acuerdo de 1904 entre Francia y Reino Unido, que establece el apoyo mutuo en sus respectivos intereses coloniales y que sobre todo se dirige a combatir el creciente poder de Alemania amplificado en la «Triple Alianza» (Alemania, Austria-Hungría e Italia)». Entente cordiale es una expresión del francés que significa «entendimiento cordial» y que ha sido el término usado en la diplomacia internacional que implica relaciones amistosas. Sugiere una relación equivalente a una alianza, sin necesidad de establecer una alianza formal. A cambio de que Francia permita a los británicos operar libremente en Egipto, Gran Bretaña reconoce a Marruecos como esfera de influencia francesa (En esta declaración, se reconoce la soberanía de España sobre Ceuta y Melilla).

En la fecha, se celebra una Convención franco-española que fija sus áreas de influencia dentro del territorio marroquí. Renuncia el Reino Unido al territorio y conviene con Francia la entrega de una zona de protectorado a España, entre los montes de la Yabaya y el Rif, donde residen las tribus más aguerridas. Sin embargo, hasta 1927, en que se conseguirá pacificar el territorio, no se podrá hablar realmente de dicho régimen. Gran Bretaña, que controla la navegación en el Mediterráneo cuya puerta es el estrecho de Gibraltar, domina desde el peñón la costa norte y no quiere que Francia se asiente directamente en la meridional.