Los españoles entran en la plaza de Orán sin mayores dificultades, pues bastan el desembarco y unas operaciones preparatorias para que el bey abandone la ciudad. Los intentos musulmanes por recuperarla resultarán baldíos.

Se firma entre España y Francia el Tratado de El Escorial o Primer Pacto de Familia, en cuya parte pública el rey francés ratifica los derechos del príncipe CARLOS (Carlos III) sobre los ducados italianos y se compromete a trabajar para que reciba Nápoles y Sicilia; a cambio, FELIPE V se suma a la oposición a la Pragmática y al matrimonio de MARÍA TERESA, hija de CARLOS VI, con el DUQUE DE LORENA. En las cláusulas secretas, LUIS XV se compromete a obtener de Inglaterra la devolución de Gibraltar a España, servicio que se le pagará con las ventajas comerciales que respecto a España disfrutan los ingleses.

El príncipe CARLOS (futuro Carlos III de España), entra en Nápoles y se apodera de Sicilia. Desde entonces es rey de las Dos Sicilias (1734-1759). La presencia española es muy bien recibida por los naturales deseosos de sacudirse el dominio austríaco. En consecuencia, CARLOS VI, emperador del SIRG, pierde Nápoles y Sicilia.

Se recibe en Nápoles el acta que FELIPE V ha firmado el 2 de abril concediendo a su hijo (futuro Carlos III de España) los derechos que pudieran corresponderle sobre aquellas tierras. Los napolitanos reciben con alegría tal noticia, pues significa que Nápoles será independiente y tendrá su rey, CARLOS VII.

En la Conferencia Imperial que se celebra en la fecha en Viena se toma la decisión que los exiliados por causa de la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1738), principalmente de Nápoles y Sicilia, que huyendo de los ejércitos de FELIPE V de España, pretendan vivir en Austria y disponer de ayudas del estado para ello, han de ser confinados al Banato de Temesvar, una región recientemente conquistada a los turcos donde se está haciendo un importante esfuerzo colonizador. Allí han de habitar una ciudad que se ha de llamar Carlaggaben en honor del emperador, pero que muy pronto se empezará a conocer como la Nueva Barcelona ya que estos exiliados residentes en Nápoles y Sicilia son a su vez los catalanes exiliados, o sus descendientes, de la Guerra de Sucesión Española. Así, pues, 20 años después la historia es a punto de repetirse para los que a partir de 1714 huyeron de las fuerzas borbónicas en el asedio de Barcelona.

El día de Nochebuena se incendia el Alcázar, principal símbolo de la dinastía de los Austria. Este fortuito incendio, decidió al rey Felipe V a encargar la construcción de un nuevo palacio real, que encomendó al arquitecto italiano Filippo Juvarra y tras la muerte de éste al también italiano Giovanni Battista Sacchetti. El nuevo palacio quedará ultimado en 1764, a poco de la llegada de su hijo Carlos III al trono por fallecimiento de su hermanastro Fernando VI.

En España, muere el ministro Patiño, abrumado por una intensa campaña de panfletos en su contra, sin haber gozado nunca de la simpatía de su rey FELIPE V y desengañado de la alianza francesa, al ver la forma en que va a resolverse la crisis sucesorio polaca con pocos resultados para España, unos resultados que lo han ido inclinando hacia el neutralismo. Tras su muerte, el gobierno adoptará una forma colegiada; la figura clave será Sebastián de la Cuadra, Marqués de Villadarías. Unos retoques ministeriales acabarán por dejar el gobierno sólo con vizcaínos y navarros.Tras el fracaso de los ministros extranjeros (Alberoni, Ripperdá), Felipe V optó por designar a españoles.

El aumento que experimenta la población en el siglo XVIII produce una creciente demanda de alimentos y un exceso de brazos. Como consecuencia la tierra se hace escasa y la mano de obra se abarata. Estos hechos fomentarán el deseo de alterar las instituciones legales que rigen la tenencia de la tierra. Diversas circunstancias que concurren en la época determinan que se empiece por los bienes ecelesiásticos y se pase luego a los municipales.

Se firma un Concordato entre Madrid y Roma, cuyas relaciones desde la guerra de sucesión española vienen siendo difíciles y han pasado por momentos de concordia y enfrentamiento. En este Concordato, de 1737, se determina que todas las propiedades que los eclesiásticos adquieran de nuevo deben quedar sujetas a las mismas cargas tributarias que las de los laicos. En los siglos XVII y XVIII, las comunidades religiosas, debido a su riqueza se apoderan de la tierra que se pone en venta. Estas tierras amortizadas o en poder de las llamadas \”manos muertas\” pertenecientes a la Iglesia y a los municipios quedan al margen del libre comercio y se substraen a la tributación normal, perjudicando al comercio y a la Hacienda.

Primera actuación de FARINELLI -famoso cantante castrado- ante FELIPE V.